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La crisis del euro

Al menos seis heridos en los enfrentamientos en las calles de Atenas entre manifestantes y antidisturbios

El Parlamento votará mañana el plan de austeridad exigido por Bruselas entre huelgas y deserciones en el partido del Gobierno mientras el país afronta su cuarta jornada de huelga general

En la jornada de huelga de hoy los enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios comienzan a ser más duros. Las trifulcas se han saldado con al menos seis heridos, tres de ellos policías y tres manifestantes, según han informado fuentes policiales a Efe, que no han precisado si ha habido detenciones. Esta es la cuarta huelga general del año y ha sido convocada por los dos principales sindicatos griegos durante 48 horas.

Las protestas habían comenzado de forma pacífica hasta que un grupo de alrededor de 200 encapuchados ha comenzado a lanzar adoquines en la plaza Syntagma (plaza de la Constitución) de Atenas, lugar clave de las protestas en Grecia y donde se ha centralizado el movimiento de los indignados griegos. La Plaza se encuentra además en los alrededores del Parlamento donde se está negociando el nuevo plan de austeridad griego.

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La violencia se ha desatado en la parte inferior de la plaza tras el fin de las manifestaciones multitudinarias convocadas por los sindicatos mayoritarios en esta huelga general de 48 horas que ha paralizado el país.

Un grupo de alrededor de 200 encapuchados ha comenzado a lanzar adoquines en la plaza Syntagma (plaza de la Constitución) de Atenas, en los alrededores del Parlamento, en una ofensiva que parece planeada con anterioridad, dado que hace rato que se les había visto rondando la zona. Este grupo de manifestantes ataviado con máscaras antigás han pulverizado con mazas y en cuestión de minutos los escalones de un hotel situado en la plaza y han lanzado los pedazos a los agentes de policía antidisturbios. Todos estos agentes, en torno a un centenar, se han concentrado en este punto para frenar a los encapuchados, intentando arrinconarlos en una zona de la plaza. Utilizan gases lacrimógenos para contener la agresión y dado que no son capaces de contenerles, han comenzado a disparar, directamente contra ellos, un spray con efecto cáustico.

Los encapuchados, en un intento de zafarse de la policía, se han dirigido a una zona importante de la plaza, el campamento de los indignados, que a través de varios megáfonos piden a encapuchados y policía que abandonen esta zona. Los antisistema tratan de ocultarse en el campamento y ampliar su zona de lucha contra los antidisturbios.Los encapuchados, en un intento de zafarse de la policía, se han dirigido a una zona importante de la plaza, el campamento de los indignados, que a través de varios megáfonos piden a encapuchados y policía que abandonen esta zona. Los antisistema tratan de ocultarse en el campamento y ampliar su zona de lucha contra los antidisturbios.

La huelga comenzó la pasada medianoche. Durante 48 horas, barcos, autobuses, tranvías, trenes y aviones tienen previsto dejar de funcionar total o intermitentemente; cerrarán oficinas de la Administración, bancos, centros públicos y ambulatorios; los hospitales sólo atenderán las urgencias. También cerrarán las farmacias. Sin embargo, los trabajadores del metro, que en un primer momento estaban también llamados a la huelga, acudirán a trabajar, ya que se desconvocó la huelga esta madrugada en esta empresa pública. Funcionará con normalidad y espera contar con los trabajadores suficientes para "dar servicio a todos los ciudadanos que acudan a las manifestaciones convocadas hoy y mañana" en el centro de Atenas.

En torno a las once y media de la mañana se unieron en las calles cercanas al Parlamento las dos manifestaciones convocadas para esta mañana en Atenas. La que tiene más apoyo es la convocada por GSEE (trabajadores del sector privado) y Adedy (funcionarios). Los manifestantes gritaban consignas como "No pagaremos la deuda", "Coged el memorandum [palabra que usan para referirse al plan de ajuste] y marchaos", "No a las medidas de los mercados", además de gritos contra el Gobierno, Sarkozy y Merkel.

La convocatoria era bastante similar a las anteriores (la última, hace dos semanas); también se esperaban multitudinarias concentraciones previstas en Atenas y otras ciudades del país, e incidentes entre elementos residuales y la policía. La mayor diferencia es que las 48 horas de huelga convocadas por los dos sindicatos mayoritarios, Confederación General de los Trabajadores de Grecia (GSEE, sector privado) y Adedy (funcionarios), coinciden con la votación más decisiva que probablemente haya abordado el Parlamento griego desde el restablecimiento de la democracia, en 1974: la del plan de ajuste 2012-2015, cuya aprobación es una condición ineludible para el desbloqueo del quinto tramo del rescate acordado por la UE y el FMI en mayo de 2010. Sin los 12.000 millones de euros de esa dosis, Grecia se declarará insolvente en julio.

Con la teórica mayoría absoluta de que dispone el gubernamental Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), 155 de 300 diputados, la votación del miércoles debería ser un paseo. Pero una sucesión de deserciones en sus filas ha dejado al partido a los pies de los caballos. Este fin de semana, dos diputados socialistas manifestaron su renuencia a apoyar el doloroso plan de ajuste, que incrementa la presión fiscal y prevé la desaparición de 150.000 puestos de trabajo en la Administración. A los dos rebeldes se han sumado en las últimas horas otros dos correligionarios, lo que, de confirmarse las deserciones, dejaría al Pasok con una ventaja mínima de 151 diputados, a uno solo del empate.

Debate crucial

El pánico ha sido manifiesto en las últimas horas en la bancada socialista. El Gobierno del primer ministro Yorgos Papandreu, que el martes pasado superó una decisiva moción de confianza, ha echado mano de todos los argumentos posibles en el debate parlamentario que ha comenzado este lunes y ha apelado al patriotismo para pedir el apoyo a los recortes: "Les pido que escuchen su alma, la conciencia patriótica, ya que vuestro voto es esencial para que Grecia se ponga de pie", ha dicho en la apertura de la sesión.

El mandatario ha sacado además a sus pesos pesados al estrado; en los despachos y los pasillos, el ministro de Finanzas, Evánguelos Venizelos, trata de reconducir a los disidentes. La psicosis de defecciones, y el correspondiente mercadeo de apoyos, ha obligado a Venizelos a retratarse sobre la eventual adopción de nuevas medidas en el futuro -algo que el ministro no descarta- y a responder pormenorizadamente a las dudas que uno de los diputados rebeldes, Panayotis Kurublis, le ha planteado por escrito. El voto de este pende de un hilo.

Más claro lo tiene Alekos Azanasiadis, que dirá no al nuevo programa de austeridad. "Coincido con el Gobierno en muchas cosas, pero estoy convencido de que algunas empresas públicas no deberían ser privatizadas", ha dicho. El plan de ajuste, que prevé ingresar 50.000 millones de euros por privatizaciones, compromete según el diputado la soberanía nacional sobre sectores estratégicos, como por ejemplo la gestión de los puertos del Pireo y Salónica. Además de la votación del miércoles, los diputados se pronunciarán el jueves sobre la ley de implementación fiscal para 2011, un paquete de medidas adicionales que entrará en vigor inmediatamente.

Mientras tanto, los cinco diputados de Alianza Democrática, el pequeño partido de Dora Bakoyanis -una escisión de Nueva Democracia, el principal partido de la oposición-, se hacen los interesantes reservándose su decisión final. Algunas fuentes señalan que el miércoles otorgarán su apoyo al plan de ajuste gubernamental, pero nada cierto se sabe.

Menos dudas alberga la maquinaria sindical, perfectamente engrasada desde que empezaran las movilizaciones contra la política anticrisis del Gobierno, en febrero de 2010. A su indudable capacidad de convocatoria -GSEE tiene 472.000 afiliados y Adedy, 311.000, según los últimos datos- se suma la presencia en las calles del movimiento de los indignados, que ha programado sus propias marchas. Como aperitivo de las protestas que comienzan martes, alrededor de 300 miembros de Pame, el sindicato del Partido Comunista de Grecia (KKE, en sus siglas griegas), tercera fuerza en el Parlamento con 21 diputados, han colgado de la Acrópolis pancartas contra el plan de ajuste. Como de costumbre, los comunistas, prietas las filas, se manifestarán por separado, a una hora y en un lugar distinto que el resto.

Un operario retira los cristales de una luna rota en un restaurante de comida rápida, el día después de la batalla campal entre policía y manifestantes que protestaban contra los duros recortes aprobados en el parlamento.
Un operario retira los cristales de una luna rota en un restaurante de comida rápida, el día después de la batalla campal entre policía y manifestantes que protestaban contra los duros recortes aprobados en el parlamento.LOUISA GOULIAMAKI (AFP)

Los puntos clave del plan de austeridad

- El Gobierno someterá a votación un duro programa de ajuste que se basa en el aumento de la presión fiscal y en las privatizaciones. El Estado prevé ingresar algo más de 78.000 millones hasta 2015.

- Subida de impuestos. Los impuestos aumentarán este año en 2.300 millones; en 2012, en 3.380 millones; en 2013, 152, y 699 en 2014.

- Tasa solidaria. El Estado prevé recaudar 1.300 millones gracias a la denominada "tasa solidaria", que gravará proporcionalmente los ingresos,con tasas entre el 1% y el 5%. El mínimo exento de contribución baja de 12.000 a 8.000 euros.

- Aumento del IVA. Los bares y restaurantes incrementarán el IVA del 13% al 23%, con carácter inmediato. También suben los impuestos sobre bienes suntuarios.

- Privatizaciones. El Estado prevé ingresar 50.000 millones de euros hasta 2015 por la venta de empresas públicas. Entre ellas figuran el monopolio de juegos de azar, la caja postal y los operadores de los puertos de El Pireo y Salónica.

- Recortes en el sector público. Están previstos recortes por 770 millones en 2011; 600 en 2012, 448 en 2013, 300 en 2014 y 71 en 2015, mediante la disminución de funcionarios, por jubilación o extinciones de contratos temporales.

- Menos beneficios. 5.000 millones menos en beneficios sociales y aumento de las contribuciones a la seguridad social para atajar trabajos informales y sin declarar.

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