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Salvamento bancario

EE UU inyectará hasta 140.000 millones para salvar a las hipotecarias

Bush evita la quiebra de Freddie y Fannie, que controlan la mitad del mercado

Tremendo golpe de mano sobre el sistema financiero estadounidense. La Administración Bush anunció ayer que toma el control de las dos grandes hipotecarias del país, Fannie Mae y Freddie Mac, que poseen o aseguran la mitad de las hipotecas norteamericanas. A menos de dos meses de las elecciones presidenciales y ante los efectos del vendaval de la crisis financiera e inmobiliaria, el Gobierno estadounidense se compromete a inyectar hasta un máximo de 200.000 millones de dólares (140.000 millones de euros) en nuevo capital y líneas de crédito para evitar la quiebra de las dos firmas. Esa cifra sólo se alcanzaría si todo se tuerce, pero da idea de la magnitud del agujero.

La combinación del reventón de la burbuja inmobiliaria y de la crisis crediticia sigue causando estragos. Con todas esas luces de alarma encendidas "es necesario actuar", aseguró el secretario del Tesoro, Henry Paulson, ante los potenciales efectos devastadores del revés de Fannie y Freddie. "La economía y los mercados no se recuperarán hasta que la corrección de la vivienda sea cosa del pasado. Fannie y Freddie son cruciales para dejar atrás los problemas", afirmó en Washington. El propio Bush señaló: "Permitir que las compañías quiebren o se deterioren, dañaría nuestro mercado hipotecario y podría debilitar otros mercados de crédito".

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Los dos gigantes hipotecarios -de carácter semipúblico- aceptaron la intervención como último recurso para mantenerse a flote. No tenían otra salida. Sus libros de cuentas evidencian que el colchón financiero del que disponen es más pequeño de lo que decían sus gestores.

Paulson presentó la que está llamada a ser la mayor intervención gubernamental en empresas estadounidenses. La idea es que Washington saque la chequera para comprar millones de dólares en activos hipotecarios. En paralelo se realizarán inyecciones de capital para compensar las pérdidas que vayan acusando y comprar acciones de las dos empresas. En definitiva, la intervención persigue restaurar así la credibilidad de las dos compañías.

La Administración Bush toma el control de las dos hipotecarias con carácter temporal -sus poderes expiran a finales de 2009-, y procederá a una intensa remodelación de sus equipos de gestión. Incluido el despido fulminante de sus presidentes, Daniel Mudd (Fannie) y Richard Syron (Freddie), que de momento permanecerán en las dos firmas para facilitar la transición a sus sucesores: Herb Allison, presidente del fondo de pensiones de los maestros, y David Moffett, ex responsable de US Bancorp. Mudd y Syron se unen a la larga lista de ejecutivos defenestrados tras el estallido de las turbulencias, hace un año.

La intervención demuestra que el Gobierno estadounidense está adquiriendo un papel protagonista en los mercados y en la economía. En marzo, la Reserva Federal, banco central, ya gastó 29.000 millones en el rescate del banco de inversión Bear Stearns. El coste de la crisis es inmenso: a esas cifras hay que sumar el plan de estímulo fiscal de 168.000 millones para reactivar la economía.

Restablecer la confianza

Ahora son hasta 200.000 millones adicionales. El Tesoro ya aprobó en julio una ley para inyectar fondos en caso de que fuera necesario. Pero el mercado no ha acabado de creerse esa garantía y ha exigido dólares contantes y sonantes en Freddie y Fannie. La intervención conjunta del Tesoro, la Reserva Federal y la Agencia de Financiación Inmobiliaria empezará con una inyección de 1.000 millones en cada entidad, con poderes para llegar hasta el 74% del capital. Según los expertos, los 200.000 millones de dólares -100.000 en cada una- son sólo la garantía de que el Gobierno puede llegar a gastarse ese dinero para tomar el control. Pero el objetivo es restablecer la confianza.

El coste final del plan depende de cómo se ejecute. Hace unos meses el Congreso lo estimó en unos 50.000 millones. En todo caso, será el rescate más caro pagado por el contribuyente. Washington no puede permitirse la quiebra de dos firmas que dan cobertura a la mitad de las hipotecas, un mercado de 12 billones de dólares. Wall Street dictará sentencia. Tan pronto como hoy mismo.

El secretario del Tesoro, Henry Paulson, durante su comparecencia de ayer en Washington para anunciar el rescate de Freddie Mac y Fannie Mae.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, durante su comparecencia de ayer en Washington para anunciar el rescate de Freddie Mac y Fannie Mae.AP

El apoyo de Bernanke

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, apoyó "con firmeza" la acción diseñada por el Tesoro para hacerse con el control de Fannie Mae y Freddie Mac, porque cree que garantiza la "salud financiera" de las dos entidades. Además, lo considera un paso necesario para ayudar a reforzar el mercado inmobiliario y promover la estabilidad financiera, con serios problemas desde el inicio de las turbulencias, hace ya más de un año. Sin embargo, sobre la mesa quedan varias incógnitas por resolver.

Además del coste final de la operación, la estructura híbrida -público-privada- de ambas entidades parece condenada a desaparecer. "Con su estructura actual crean riesgos sistemáticos", dijo el secretario del Tesoro, Henry Paulson, a la vez que reconocía que hay diferencias sobre las opciones disponibles. Pero también la seguridad de que es necesario un cambio de rumbo. "No volverán a ser dirigidas con una estrategia de maximizar dividendos, una estrategia que históricamente ha estimulado a correr riesgos", remachó.

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