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EE UU prefiere los coches de juguete

Mattel supera al gigante General Motors en capitalización bursátil

Corren nuevos aires por el asfalto de EE UU. El amor de los americanos por los grandes coches se esfuma. Basta con fijarse en el tirón en las ventas del Smart en junio. Para muchos, este pequeño vehículo de Daimler puede parecer un coche de juguete, al lado del Hummer.

Y, aunque pueda sonar a ironía, Mattel acaba de superar en cotización bursátil a General Motors (GM) gracias, curiosamente, a las ventas de sus cochecitos de juguete.

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La amenaza de la bancarrota sobrevuela Detroit. La que fuera durante un siglo la capital mundial del automóvil no termina de superar la crisis. El alto precio del petróleo agrava seriamente los problemas. El miedo a la quiebra está echando por tierra los títulos de GM, que se pagan a su nivel más bajo desde 1954, cuando Eisenhower era presidente.

Hasta los coches de juguete Hot Wheels tienen más éxito que los modelos de la legendaria marca de Detroit, que este año conmemora su centenario con más pena que gloria. Como indica Bloomberg en una comparativa entre el valor bursátil de GM y Mattel, el fabricante de juguetes es ahora más atractivo para los inversores, incluso habiendo cerrado el primer trimestre en pérdidas.

Mattel tampoco se escapa de la crisis, por la caída generalizada de la demanda. Pero los coches que vende bajo la marca Matchbox y Hot Wheels suelen sacar tajada de los periodos de vacas flacas, por su bajo precio. La previsión es que Mattel vuelva a recuperar los números verdes en el primer trimestre.

La situación de los grandes de la automoción -GM, Ford Motor y Chrysler- no es tan prometedora; y dista mucho de la que auguró Rick Wagoner cuando en junio de 2000 se puso al frente de GM. Entonces dijo que la compañía abarcaría el 28% de la tarta del mercado. Habló de "oportunidades ilimitadas". Ocho años después, se muestra incapaz de enderezar el rumbo y su plan de reestructuración no le permite adaptarse con rapidez a las nuevas tendencias.

Es un problema compartido por los tres gigantes de Detroit, que acusan un serio problema de sobrepeso. Los modelos que fabrican son muy grandes e ineficientes en el uso de combustible. Y con el alto precio que se paga a pie de manguera por la gasolina, los estadounidenses empiezan a demandar coches que gasten menos y más compactos. Ya no quieren oír hablar del Hummer.

Las ventas de junio revelan claramente dónde está el problema. Cayeron un 18% en comparación con el mismo mes de 2007, hasta los 1,19 millones de unidades. Los todoterrenos (SUV) y camionetas ligeras (pick up truck) arrastraron al resto. A este ritmo, 2008 cerrará con 13,6 millones de vehículos vendidos, frente a los 15,7 millones de 2007.

La crisis afecta a toda la industria, pero en especial a las marcas locales. GM logra a duras penas mantener el liderazgo en su propio mercado, tras vender un 18% menos que hace un año. Le sigue de cerca Toyota. Los analistas dicen que es cuestión de tiempo ver a la japonesa quitándole el cetro en su propia casa. El año pasado ya lo hizo a escala global.

El tercer lugar lo ocupa Ford Motor, que registró una caída en las ventas del 28%, y que está viendo su tercer lugar amenazado por Honda, que ya supera con comodidad a Chrysler. Es el peor mes de junio de Ford desde 1990, según Autodata. La tarta global de GM es del 12,5% y muchos se preguntan qué espera Wagoner para irse, mientras la amenaza de la bancarrota se hace más evidente.

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