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Continúa la tensión en la frontera hispano-francesa a pesar de que se ha restablecido el tráfico de camiones

En un clima de cierta tensión, ante la imprevisible actitud de los agricultores franceses, que en determinados momentos intentaron asaltar algún convoy de camiones españoles, en la mañana de ayer quedó prácticamente restablecido el tráfico de los camiones detenidos desde anteayer por los agricultores franceses en la frontera de La Junquera. La jornada de lucha convocada anteayer por los agricultores del Rosellón francés, bajo el lema El Rosellón agrícola se muere, provocó la paralización de más de doscientos camiones españoles en la frontera de IA Junquera. Los huelguistas arrancaron alrededor de seiscientos metros de vía férrea en la localidad francesa de Le Boulou -y que no podrá ser reparada más que al cabo de tres días-, e interrumpieron asimismo el tráfico por carretera.

Los últimos coletazos de la jornada de protesta contra la importación de productos hortícolas españoles se produjeron ayer en la localidad francesa de Herault, próxima a Beziers. En esta ciudad, varios grupos de viticultores franceses detuvieron algunos camiones cisterna españoles para comprobar si transportaban vino español, informa Elena Urente.

Todas las vías de comunicación fueron interrumpidas mediante su ocupación por tractores y piquetes de huelga. Participaron en la movilización contra los productos españoles unos mil agricultores franceses, resultando paralizadas todas las actividades comerciales y agrícolas del Rosellón.

Las actitudes violentas de los campesinos franceses no llegaron a producir enfrentamientos con los transportistas españoles, debido sin duda a que éstos no se atrevieron a atravesar la frontera, siguiendo las indicaciones de la policía española. Aproximadamente, doscientos camiones españoles permanecieron detenidos por este motivo en la frontera de La Junquera, produciéndose grandes colapsos de tráfico.

Poco después de la una de la tarde de ayer llegó a La Junquera el gobernador civil de Gerona, Ramón Codina Ribas, para dirigir personalmente las operaciones de entrada de los primeros transportes agrícolas españoles en territorio francés.

Dicha entrada, iniciada a primeras horas de la mañana de ayer, continuó desarrollándose con normalidad por la autopista A-17, mientras sigue cerrada la carrereta nacional. Hasta ahora, los camiones que han iniciado viaje son los que se mueven bajo los regímenes TIR y TIC, y no han sido molestados en su itinerario por el sur de Francia.

Sin embargo, entre las 6 y las 7 de la tarde, los gendarmes detuvieron el tráfico de los camiones españoles, en territorio francés, ya que unos doscientos agricultores habían protagonizado un intento de asalto a un convoy español en las cercanías de la localidad de Salces, informa Pere Madrenys desde Gerona. Los camiones estuvieron detenidos durante una hora, hasta que las autoridades francesas permitieron reiniciar el viaje. Los camiones españoles realizan el trayecto en grupos, bajo la protección de la gendarmería, que comenzó a ejercer esta vigilancia a partir de las dos de la tarde de ayer.

Solidaridad europea

Según noticias recogidas por Efe, diversas agencias europeas de transporte se han solidarizado con los transportistas españoles y han enviado camiones desde la República Federal de Alemania, Bélgica y Holanda para transbordar los productos españoles en la frontera española.

Idéntica medida podría ponerse en marcha en las líneas de ferrocarril, siendo enviados vagones desde dichos países a la estación de Le Boulou.

Las reivindicaciones de los campesinos del Rosellón francés se han planteado de nuevo en contra de la importación de productos hortícolas españoles. Los agricultores se pronunciaron asimismo contra el ingreso de España en el Mercado Común, y exigiendo el cumplimiento del calendario comunitario.

Jornada violenta

La violencia de la jornada de protesta llegó a su punto límite cuando, alrededor de las nueve de la mañana de anteayer, varios cientos de campesinos se concentraron en Perpiñán, dirigiéndose desde allí en manifestación a Le Boulou. En este lugar colocaron casi un centenar de tractores, excavadoras y maquinaria agrícola, interrumpiendo el tráfico. A continuación, un grupo de manifestantes cerró los raíles del ferrocarril, siendo arrancados con excavadoras y otras herramientas unos seiscientos metros a partir de allí. Los huelguistas destrozaron asimismo las vallas de la autopista, bloqueando todas las vías de comunicación que convergen en este lugar.

En la mañana de ayer se volvieron a reproducir algunos incidentes cuando un comando de un centenar de viticultores cortó, en las afueras de Beziers, las principal autopista por la que circulan camiones españoles, con una barrera de neumáticos en llamas.

Estos viticultores de la zona de Montpellier enviaron otros comandos a todos los accesos a Beziers para dar el alto y controlar si los camiones cisterna que circulan llevan vino que no sea francés.

Un portavoz de los viticultores advirtió que se derramará por la autopista todo vino de importación.

Mientras tanto, las autoridades francesas se declaran desesperadas ante la violencia practicada por los agricultores del Sur que, anteayer, arrancaron ocho cientos metros de vía en las inmediaciones de Le Boulou. El valor de estes daños se calcula que asciende a 160 millones de pesetas. Pero, al mismo tiempo, medios oficiales, por una parte, reiteran que no impedirán el tránsito de los camiones españoles, y por otra, dado que el pro blema es muy delicado, no creen poder ir mucho más lejos contra sus agricultores para impedir estas acciones, informa Feliciano Fidalgo desde París.

El ministro español de Transportes y Comunicaciones, Luis Gámir, aprovechando su estancia en París para asistir a la Conferencia de Seguridad Marítima, a pesar de que advirtió que no era un tema de su competencia, creyó oportuno entrevistarse con su homólogo galo, Charles Fiterman, para expresarle "la preocupación de los españoles" ante la violencia que se desarrolla en el Sur contra los bienes o los intereses españoles. Antes se había entrevistado con el ministro del Mar, Louis le Pensec. En estas entrevistas, el ministro expresó la "profunda molestia" española por estos incidentes. Por su parte, las autoridades diplomáticas españolas presentaron en París y Madrid sendas protestas a las francesas, con nota verbal en el Ministerio de Asuntos Exteriores de la capital francesa y convocatoria del embajador francés en Madrid.

Represalias españolas

Por su parte, algunos sectores agrarios de la cuenca del Duero están estudiando la posibilidad de tomar represalias contra los camiones cargados de leche francesa que atraviesan esa zona camino de Portugal, informa César Lumbreras. Las organizaciones agrarias de ámbito nacional han reaccionado con dureza ante los últimos acontecimientos registrados ayer.

Jóvenes Agricultores señala en un comunicado que todos estos hechos son tolerados y auspiciados por las autoridades francesas. "Su postura no demuestra más que la manifiesta incapacidad de su Administración para resolver los problemas agrícolas. La ministra francesa de Agricultura no cumple lo acordado con José Luis Alvarez, y la Asamblea Nacional no concede a los agricultores lo que les había prometido". José María Giralt, presidente de esta organización, ha comenzado una serie de contactos con empresas navieras para buscar nuevas fórmulas de transporte de los productos agrarios con destino a Europa.

La Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG) señala que ante esta actitud "el Gobierno español debería actuar con más energía en defensa de los productos agrarios españoles, estableciéndose prohibiciones de importar productos alimenticios franceses, fundamentalmente pescado, leche y quesos, destinados tanto al mercado español como a los mercados del norte de Africa y Portugal, que utilizan nuestra infraestructura para llegar hasta estos lugares".

La comisión permanente de la Unió de Pagesos de Catalunya propone, por su parte, presionar a la Administración para que fije un programa claro y público, una vez consultados los interesados, de actuaciones frente a la ofensiva de los agricultores franceses.

El Consejo preautonómico del País Valenciano instó ayer al Gobierno a que adopte las oportunas acciones para acabar "con el vandálico proceder de los agricultores franceses respecto a los productos valencianos".

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