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Fracaso en la subasta de bonos del Estado anunciada por el Tesoro

La subasta de bonos del Estado, cuyo plazo de presentación de ofertas por parte de las instituciones financieras terminó ayer, va a representar un fracaso absoluto por el Tesoro, dada la pequeña demanda de títulos y los eievados precios que bancos y cajas de ahorro ofertaron. Las cantidades solicitadas por bancos y cajas fueron bastante inferiores a los 200.000 millones de pesetas de la subasta anterior, y la mayor parte de las mismas, a tipos de interés que excedían en un punto al precio de adjudicación de la última subasta.El Banco de España hizo público el crecimiento de la cantidad de dinero en el pasado mes de febrero, que presenta una desviación de casi ocho puntos sobre los objetivos para el conjunto del año y que ha provocado fuertes tensiones monetarias.

Las instituciones financieras presentaron en el Banco de España sus peticiones para acudir a la subasta de bonos del Tesoro en línea con las condiciones que refleja el mercado, y que marcan una clara tendencia al alza de los tipos de interés. En algunos medios del sector se señalaba la posibilidad de que la subasta se declare desierta ante la escasez de dinero ofertado y los elevados tipos de interés a que se mantienen. Aunque no se han hecho públicas las cantidades ofertadas, se señalaba ayer que éstas eran notablemente inferiores a los 200.000 millones de pesetas que se ofrecieron hace algo menos de un mes, y que, en cualquier caso, los tipos de interés son bastante más elevados que el 10,45%, a que resultó el coste final de la última subasta.

Frente a este desastre en la subasta de bonos, que no viene sino a reflejar la situación de subida de tipos de interés en los mercados monetarios, las peticiones para adquirir pagarés del Tesoro en la subasta quincenal parecen algo más elevadas, y sobre todo más posibles de ser atendidas por la Administración sin que se produzcan fuertes elevaciones de los tipos de interés sobre los actuales.

Por su parte, el Banco de España hizo públicas las cifras de crecimiento monetario durante el pasado mes de febrero, que muestran una desviación de casi nueve puntos sobre los objetivos previstos por el Gobierno y que justifican las continuas subidas de los tipos de interés practicadas por el Banco de España, así como la subida del coeficiente de caja y las trabas puestas a la entrada de dinero caliente procedente del exterior.

Según estos datos, pendientes de depuración por la estacionalidad de las mismas, los activos líquidos en manos del público crecieron el 16,7% en febrero sobre el mes anterior, con una clara desviación, y sobre todo una aceleración inusitada, sobre los objetivos previstos para el conjunto del año. Junto al crecimiento total de la cantidad de dinero en circulación se ha producido, por primera vez en muchos meses, un paralelo incremento de las llamadas disponibilidades líquidas -efectivo y depósitos en entidades financieras- del 10%, mientras que en el mes anterior este incremento apenas si había sido del 1%.

Pagarés para el público

Para el Banco de España, durante el pasado mes de febrero han aumentado todas las partidas que componen los activos líquidos en manos del público en cantidades muy fuertes. Los pagarés del Tesoro en poder de los ahorradores privados aumentaron en más de 100.000 millones de pesetas sobre los niveles alcanzados en enero, que, a su vez, ya habían crecido en 90.000 millones de pesetas.Los depósitos de los bancos aumentaron en el pasado mes el 6,4% en relación a enero, cuando descendieron sobre los niveles alcanzados en diciembre. En las cajas de ahorro, los incrementos de los depósitos siguen aumentando a ritmos muy fuertes. En febrero lo hicieron en un 14,6%, seis puntos más que en enero, que ya crecieron sobre diciembre, cuando aumentaron por encima del 20%.

Las desviaciones en estas tasas de crecimiento de los depósitos de las instituciones financieras, así como las elevadas entradas de divisas como consecuenela de la elevación de los tipos de interés en el mercado interior para intentar frenar el crecimiento económico, han hecho imprescindible tomar medidas de mayores restricciones monetarias, cuyas repercusiones tardarán todavía algún tiempo en tener lugar, ya que, en cualquier caso, la Administración no quiere provocar un reajuste económico fuerte para no tener que soportar incrementos fuertes del paro.

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