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España será la única gran economía que retroceda en 2010, según el FMI

El Fondo prevé que el PIB español caiga el 0,7% y que el paro suba al 20,2% - La recesión mundial ha terminado, pero la recuperación será anémica

Claudi Pérez

El estudiante se levanta, grita en turco algo así como "fuera de la facultad, ladrones" y lanza un artefacto-zapato de tecnología iraquí contra Dominique Strauss-Kahn, socialista, francés y primer ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Yerra el blanco por poco. La cumbre del FMI quedó televisivamente inaugurada ayer con ese zapatazo de un universitario con ganas de situar Estambul en la senda que marcaron Praga, Washington y Seattle, escenarios de sonadas protestas antisistema en la época dorada del capitalismo feroz. Tras dos largos años mucho menos brillantes al filo del precipicio, Strauss-Kahn se atrevió al fin con un mensaje positivo. "La recesión ha terminado", acertó a decir en la Universidad de Bilgi antes del percance. Aunque ese incipiente optimismo global no vale para todos: el FMI pronostica que España será el único país de los que acudieron al último G-20 en Pittsburgh que seguirá en recesión en 2010.

El organismo prevé fuertes caídas adicionales en el sector inmobiliario
España cumple los tres requisitos para que la crisis sea más grave
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El FMI advierte de que el fin de la recesión no supone dejar atrás la crisis

"España saldrá de la recesión como el resto de los países europeos", aseguró el presidente José Luis Rodríguez Zapatero en Nueva York la semana pasada. Si las previsiones del FMI aciertan, la realidad enturbia de lo lindo ese deseo. Sólo Irlanda, dentro de la zona euro, lo hará peor en 2010. El PIB español caerá el 3,8% este año y el 0,7% en 2010, frente al 0,3% que prevé el Gobierno. Es decir, dejará atrás la crisis más tarde que sus socios europeos y que el resto de las economías del G-20. Esas cifras suponen una ligera mejoría respecto a los pronósticos de primavera. Pero esa mejoría es muy inferior a la del resto de los grandes países.

En línea con Strauss-Kahn, el economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard, abrió fuego ante la prensa con un solemne "la recuperación ha comenzado: el desafío es sostenerla". Tras contraerse en torno al 1% este año, la riqueza mundial crecerá aproximadamente un 3% en 2010, según el FMI. Sin embargo, la alquimia estadística tiene poca magia en el caso español: a esa caída del PIB -el final de una era en términos de convergencia con Europa-, España suma números de pesadilla en el mercado laboral, con el desempleo en el 20,2% en ese fatídico 2010. El paro impide la reactivación rápida del consumo, según el Fondo. Y el reventón inmobiliario, tras el huracán financiero, no ha cesado: el organismo no descarta "fuertes" caídas adicionales en ese sector, que dificultan la mejora en la inversión residencial.

Ante este diagnóstico, la ministra de Economía, Elena Salgado, replicó que las previsiones del FMI son "muy cambiantes" y "más pesimistas" que las del Ejecutivo porque éste dispone de "mejor información". "Tenemos que hablar con el Fondo para explicarles algunas cosas que tal vez no han entendido bien", dijo, como los presupuestos y el impacto de los impuestos en el déficit.

El nivel de pesimismo del Fondo depende de que un país cumpla alguna de las tres características que lo pueden dejar a la intemperie ante la crisis: la recesión será más dura y con más desempleo "en las economías que han experimentado un boom del crédito, una burbuja inmobiliaria o grandes déficits por cuenta corriente". España cumple las tres premisas. Sólo EE UU y el Reino Unido hacen también triplete. Pero EE UU crecerá el 1,5% en 2010, y los británicos casi el 1%: los países anglosajones suelen recuperarse de los fracasos de forma fulminante.

No son buenas noticias para España. Y sin embargo la economía puede beneficiarse de la mejoría internacional, liderada por la fuerte recuperación asiática, que contrasta con la atonía europea. La confianza de los mercados financieros y el apetito por el riesgo han rebotado. Los mercados emergentes navegan en aguas más tranquilas, en especial China. Y las fenomenales ayudas públicas "han estabilizado el sector financiero y prácticamente han eliminado el riesgo de una depresión global", según el informe de otoño del Fondo, que destaca desafíos: la reactivación será anémica, insuficiente para reducir el desempleo por ahora.

El optimismo aporta frescura tras más de dos años en los que cada previsión era peor que la anterior. Aunque el discurso del Fondo está tan matizado, tan plagado de peros, que bien pudiera tratarse de un falso amanecer.

Strauss-Khan no descartó un perfil de W en la recuperación: dos profundos baches. Al cabo, por el momento el alivio en las tensiones económicas "se debe al fuerte gasto público y al ajuste del ciclo de inventarios de las empresas, dos factores que desaparecerán tarde o temprano", explicó Blanchard. El consumo y la inversión no acaban de arrancar. El crédito escasea. Y los desequilibrios de la economía mundial siguen como antes de la crisis: China, Alemania y Japón exportan mucho y consumen poco, y EE UU -o España- no logran el giro contrario. "Los riesgos siguen siendo preocupantes", dijo Blanchard antes de reclamar el mantenimiento de los estímulos fiscales y monetarios.

El Fondo tiene una extraordinaria capacidad para curarse en salud: prácticamente vale una cosa y la contraria. "La frágil economía mundial", asegura el FMI, "aún parece vulnerable a una amplia variedad de shocks: la subida del petróleo, un retorno virulento de la gripe, sucesos geopolíticos o un resurgimiento del proteccionismo". Cualquier cosa es posible.

Incluso todo lo contrario: la "sólida recuperación" del optimismo en los mercados podría desembocar "en una escalada fuerte e imprevista del consumo y la inversión en economías avanzadas y emergentes". El futuro, en fin, es impredecible, viene a decir el Fondo. Justo antes de la tormenta, el FMI expresaba una opinión muy favorable sobre las prácticas bancarias de titulización del crédito, grandes responsables de la crisis. "La dispersión del riesgo de crédito desde los bancos a un grupo más amplio y diversificado de inversores (en lugar de que los bancos lo almacenen en sus balances) ha contribuido a que la banca y el conjunto del sistema financiero sea más resistente", decía el informe de 2006. Vaya bingo.

El FMI contradice los pronósticos de Zapatero

- 6 de septiembre. Tras publicar ese día EL PAÍS en su suplemento Negocios un análisis de la economía española en que se señalaba que España encaraba una recesión más larga que Europa, Zapatero replicó en Rodiezmo: "No me veréis al lado de aquellos que creen que vamos a salir los últimos, que no podemos. No, vamos a salir como los demás, podemos y volveremos a tener años de crecimiento económico y de creación de empleo y garantizando el Estado del bienestar y las políticas sociales".

- 9 de septiembre. Comparecencia en el Congreso sobre la situación económica: "En estos días hay un debate en algunos medios sobre la eventualidad de que la recuperación de la economía española sea más tardía que la del conjunto de las economías desarrolladas. Las advertencias sobre los riesgos de que tal cosa pudiera suceder son dignas de consideración y el Gobierno las toma muy en cuenta. Por esta razón he ligado la recuperación -su rapidez y su alcance- a la energía y al acierto que sepamos poner en la solución de los problemas específicos que aquejan a la economía española".

- 23 de septiembre. Después de que la Asociación Española de Banca alertase sobre el riesgo de que España se quede atrás en la recuperación, Zapatero replicó en Nueva York que hablar de tiempos de recuperación "es poner el foco donde no está" y aseguró: "España saldrá de la recesión como el resto de los países europeos".

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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