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El agravamiento de la crisis

España tiene un mes para evitar correr la misma suerte que Italia

Salgado confía en que Moody's tenga en cuenta las reformas para no recortar de nuevo la calificación de la deuda española

España tiene un mes para convencer a la agencia de calificación Moody's de la eficacia de las reformas y medidas anunciadas por el Gobierno para reducir el déficit sin lastrar en exceso el débil crecimiento que afronta el país. En caso de que lo logre, podrá evitar correr la misma suerte que Italia, que hoy ha visto como Standard & Poor's recortaba la nota de solvencia de su deuda por razones muy similares: un crecimiento exiguo y dudas sobre la capacidad para alcanzar los objetivos de déficit, agravado en su caso por las divisiones políticas en el Ejecutivo de Silvio Berlusconi.

Moody's, una de las tres agencias que controla el negocio de la medición de riesgos junto a Standard & Poor's y Fitchs, puso en revisión el pasado 29 de julio la calificación de la deuda española, que actualmente está en Aa2, la tercera nota más alta y el equivalente a un notable. Esta decisión, que la sociedad justificó por el alto coste de la reestructuración del sistema financiero, implica que tendrá que rebajarla o mantenerla en un plazo no superior a tres meses, aunque también puede pedir una prórroga y retrasarla otros tres meses más.

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Sea en octubre o más tarde, hay más posibilidades de que su conclusión sea negativa para los intereses de España. Las razones para ello están en el deterioro generalizado de las previsiones sobre la crisis y las advertencias que ha realizado la propia Moody's sobre las dificultades que representan para los objetivos de déficit la evolución presupuestaria de las comunidades. En el lado contrario, también celebró la reforma constitucional para incluir por ley un límite al déficit.

Pese a ello, la vicepresidenta Salgado confía en que reconozca que España está cumpliendo el calendario de reformas y valore la decisión de incluir en la Constitución un límite para el déficit, ya que proporcionará "ahora y en el futuro" estabilidad presupuestaria. Durante una entrevista en Antena 3, Salgado, que no ha querido hacer un pronóstico sobre futuras decisiones por parte de estas agencias, ha insistido en que España está cumpliendo sus objetivos y está aplicando las reformas.

"Hay dos puntos claves para las agencias: un crecimiento no muy elevado y el hecho de que las autonomías se están desviando mucho de lo esperado", ha resumido el analista de AFI Miguel Aguerri. "En la medida en que estos dos factores se confirmen, es posible que conviertan en real sus amenazas, sobre todo por el desvío en las comunidades, que tienen muchos gastos pero un escaso margen de maniobra", ha añadido antes de augurar que, "lo más probable es que no cumplan con el objetivo".

Sobre las comunidades, que han pasado a ser el centro de atención de los inversores para evaluar la capacidad real de cumplir con las metas de déficit, Fitch ya rebajó la semana pasada la calificación a cinco de ellas, al mismo tiempo que puso en revisión a las otras cinco sobre las que emite una valoración. El motivo, el mismo para todo: el desfase presupuestario acumulado en sus cuentas hasta junio.

España entró en la crisis financiera internacional con la máxima nota posible, la codiciada triple A. Y la mantuvo durante unos meses hasta que, en enero de 2009, Standard & Poor's sacó la tijera y la redujo en un peldaño. A esta agencia le siguieron las otras dos entre mayo y junio de 2010, ya avanzada la crisis fiscal del euro. Actualmente, junto a la Aa2 de Moody's, S&P califica la calidad crediticia de España con una AA, también la tercera más alta posible. Esta agencia, además, decidió mantenerla en febrero por las medidas de consolidación fiscal y las reformas estructurales emprendidas por el Gobierno.

El rating de Fitch es más positivo, concretamente un escalón menos malo, con una AA+. En su opinión, esta nota refleja que el país es "solvente", aunque la calificación también se sustenta por el programa de compra de bonos del Banco Central Europeo (BCE) cuando los mercados se angustien. Su último movimiento tuvo lugar en marzo. En cualquier caso, tanto Fitch como S&P tienen la calificación de España en perspectiva negativa por las dificultades para hacer frente a sus compromisos de deuda, lo que implica más posibilidades de un recorte que de una mejora. Sobre la primera posibilidad, Fitch ha emitido hoy un informe en el que considera que el reequilibrio de la economía española está "en marcha", aunque ha advertido de que aún se encuentra lejos de estar "completo".

También Standard & Poor's, según ha explicado hoy uno de sus analistas a EP, Moritz Kraemer, considera que España ha reaccionado de forma más "rápida y eficaz" que Italia a las tensiones del pasado verano, cuando la presión contra su deuda marcó máximos históricos.

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