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Reportaje:

Europa tiembla ante una OPEP del gas

Rusia patrocina la creación de un cartel similar al del petróleo en la cumbre de países productores, del día 9, en Qatar

La OPEP del gas -a pesar de las advertencias que en su contra ha hecho esta semana Andris Piebalgs, comisario para la energía de la Unión Europea- puede convertirse en realidad dentro de una semana, el lunes 9 de abril, en Doha, la capital de Qatar, donde se reúnen los principales productores de este combustible. Más aún, en muchos países, desde Argelia a Rusia, se afirma que el tema está decidido y se pronostica que la reunión de Qatar marcará el comienzo de una nueva etapa en las relaciones entre productores y consumidores. Las perspectivas de la creación de un cartel del gas causan gran preocupación en Europa -incluso miedo-, debido a su gran dependencia en materia energética de terceros países.

El comisario de Energía amenazó con impulsar la energía nuclear y el "carbón limpio" si Argelia y Rusia forman el cartel
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Los temores europeos se acrecientan por la participación y el protagonismo de Rusia en la creación de la nueva OPEP. Algo comprensible, si se tiene en cuenta que más de una cuarta parte del gas que consume Europa proviene de aquel país. Aunque la dependencia del gigante ruso varía sustancialmente de un país europeo a otro. Los hay que dependen en un ciento por ciento del gas ruso, como Finlandia, Eslovaquia o Estonia, mientras que otros, como España o Suecia, no dependen en absoluto (0%). Pero estos últimos son los menos: el 42% del gas que importa Alemania es ruso; Francia depende en un 26%; Austria, en un 68%, etcétera.

Si la OPEP del gas se convierte en realidad, la debilidad de los países europeos en este campo aumentará considerablemente. De ahí la preocupación que existe en Europa y la advertencia lanzada el lunes por Piebalgs. El comisario de Energía amenazó con impulsar decididamente el desarrollo de la energía nuclear y del "carbón limpio" si países como Argelia y Rusia forman un cartel del gas. En una reunión sobre estrategia energética con altos funcionarios de EE UU, entre los que figuraban el ministro de Energía, Samuel Bodman, y el subsecretario de Estado, John Negroponte, Piebalgs advirtió que la creación de una OPEP del gas iría finalmente en contra de los mismos países productores.

Mensajes contradictorios

Rusia y Argelia trataron de tranquilizar a Piebalgs diciéndole, según el comisario, que sólo querían cooperar en materia de los nuevos desafíos tecnológicos y las investigaciones. Pero Piebalgs no quedó convencido del todo después de conversar con representantes de Moscú y Argel. A pesar de las palabras tranquilizadoras que escuchó, reconoció: "En estos momentos no puedo descartar que se darán pasos para establecer un cartel del gas".

Rusia es hoy en día el primer productor de gas del mundo, con 656.000 millones de metros cúbicos al año, lo que significa más del 21% del total mundial, mientras que Argelia, a la que corresponde el 10% de las importaciones europeas, e Irán -por cierto, el país que propuso al Kremlin crear una OPEP del gas- están entre los 10 primeros productores, con cerca de 88.000 millones cada uno (algo más del 3% del total mundial).

La decisión sobre la unión de los productores de gas se decidirá en la próxima reunión de Qatar, a la que Rusia asistirá sin falta. El presidente Vladímir Putin así se lo prometió al emir Hamad bin Khalifa al Thani en febrero pasado durante su visita a Doha. Putin está muy a favor de aumentar la cooperación y la coordinación entre los productores de gas y en principio apoya la idea de semejante cartel, aunque muchos expertos y economistas rusos se muestran en contra, ya sea por considerar que su creación es poco realista o que económicamente no le conviene a Rusia.

Pocos dudan que en Doha se creará una alianza entre un importante grupo de productores de gas, pero no está clara la forma que adoptará: si será un auténtico cartel como la OPEP, o una unión económica, o simplemente una especie de mesa redonda permanente. En cualquier caso, Rusia, por ser el principal productor y exportador, puede pretender ocupar el liderazgo en esa nueva organización. La cuestión está en dilucidar si le conviene a Rusia participar en una OPEP del gas o no.

Un primer examen superficial puede hacer creer que semejante cartel sería muy conveniente. Teóricamente permitiría dictar altos precios monopólicos a los países desarrollados y también podría utilizarse como instrumento político de presión.

Sin embargo, el proyecto es calificado de poco realista por muchos expertos, ante todo debido a que el mercado del gas es muy diferente del petróleo. De hecho, todavía no hay un mercado libre del gas, que funciona por contratos a largo plazo. El emir de Qatar fue uno de los primeros en hacer notar esta circunstancia, confirmada por todos los especialistas.

Además, el precio del gas está relacionado y depende hoy del precio del crudo. Por ello, mientras no se forme un auténtico mercado mundial del gas, para lo cual es necesaria la globalización del GLN, será muy difícil crear un cartel que pueda dictar precios o influir sobre ellos. Precisamente por estas razones el emir de Qatar rechazaba de plano en un comienzo la idea de crear una OPEP del gas, pero ahora ha cambiado de opinión y está dispuesto a mantener negociaciones para formar una alianza de productores.

Yevgueni Yasin, ex ministro de Economía de Rusia, es uno de los principales opositores a que su país participe en una OPEP del gas, porque, como bien explica, la imagen de Moscú en Europa empeorará. La UE se convencerá definitivamente de que Rusia pretende establecer un monopolio en el mercado del gas para dictar su voluntad a los consumidores.

Gran amenaza

Tampoco necesita Rusia entrar en este momento en ningún tipo de alianza con Irán, país que es visto como una gran amenaza por los países occidentales. Si se forma un cartel del gas, Rusia indudablemente puede, si quiere, convertirse en su líder, pero el precio que deberá pagar será una seria confrontación con Occidente.

Es mucho más conveniente tener con el posible futuro cartel las mismas relaciones que Rusia tiene con la OPEP, es decir, ser un observador que no asume ninguna obligación, que tiene buenas relaciones con todos y que, al mismo tiempo, se beneficia de los altos precios del crudo.

Si los países productores de gas se ponen de acuerdo en crear un mercado como el que existe del petróleo, ello incluso podría tener consecuencias negativas para Rusia. Yasin explica que en ese caso, Moscú se vería privada de aplicar, como hace hasta ahora, precios diferenciados o discriminatorios.

Para la mayoría de los especialistas, la OPEP del gas tiene valor para Rusia sólo mientras continúe siendo una idea y no se materialice. Como idea, sirve al Kremlin para presionar a sus socios europeos en materia de seguridad energética, es decir, para convencerlos de que lo mejor en materia de combustible son los contratos a largo plazo y la integración de las compañías rusas en el mercado europeo y de las compañías europeas en el mercado ruso.

Los presidentes de Argelia y Rusia, Abdelaziz Buteflika y Vladimir Putin, en un encuentro en Moscú.
Los presidentes de Argelia y Rusia, Abdelaziz Buteflika y Vladimir Putin, en un encuentro en Moscú.AP

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