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El FMI impone a Lagarde normas éticas más severas

La nueva directora gerente deberá evitar "conductas inapropiadas"

Christine Lagarde comenzó puntual su andadura al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI), con la doble sombra del escándalo Strauss-Kahn y de la crisis de la deuda soberana. El contrato de la exministra francesa de Economía es muy similar en los aspectos de retribución y en el grueso de sus condiciones al que tenía su predecesor, Dominique Strauss-Kahn. Pero varía sustancialmente en el punto segundo en lo relativo al código de conducta ética que deben seguir todos los miembros del personal del FMI.

En el caso de Lagarde es mucho más detallado que el de su predecesor, que el 18 de mayo tuvo que dejar de forma forzada el mando tras ser acusado de asalto sexual. Ahora, las cláusulas no solo dejan claro que esperan que la directora gerente cumpla con "los más altos estándares" éticos, sino que se le pide que evite "cualquier apariencia de conducta inapropiada".

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Es más, se le insta incluso a que participe en los programas de formación ética que somete el organismo a todos sus empleados, que son obligatorios. El caso Strauss-Kahn, detenido bajo cargos de violación con una acusación que ha perdido fuerza, no llegó a manchar la imagen del organismo. Pero por si acaso, se precisa que cualquier empleado debe guiar su conducta por "los valores de integridad, imparcialidad y discreción".

También se hace referencia al conflicto de intereses, uno de los asuntos suscitados por su papel en la solución de la crisis griega. La política y abogada francesa ya dejó claro que no habrá tratamiento de favor hacia sus antiguos socios europeos, y que reforzará la labor de vigilancia para la prevención de crisis.

La exministra francesa recibirá por sus servicios un salario base inicial de 467.940 dólares (323.000 euros). Es una cantidad neta, que se ajustará durante los cinco años de mandato a la inflación.

A ese salario, hay que añadir un desembolso anual de 83.760 dólares (58.000 euros) en concepto de dietas y gastos de representación que no está obligada a justificar. Y su remuneración se completa con la aportación que haga el organismo a su plan de pensiones. Son números que no pasan inadvertidos cuando el FMI exige austeridad a sus miembros para superar la recesión.

De hecho, el sueldo de partida de la abogada francesa es un 10% más alto al que firmó su compatriota Dominique Strauss-Kahn en noviembre de 2007, que se fue ajustando al alza de precios, y un 20% más que el de Rodrigo Rato. El FMI precisa que este dinero es para asegurar que Lagarde tiene "un nivel de vida apropiado" a su cargo y necesidades de representación.

Lagarde llegó a la sede del FMI en Washington a primera hora. Para su primer día no tenía programados actos oficiales, salvo la inmortalización de su entrada al organismo creado en la conferencia de Bretton Woods. Para hoy tiene prevista una rueda de prensa, en la que detallará su agenda para los próximos cinco años.

Christine Lagarde saluda al director en funciones del FMI, John Lipsky, en presencia de Shakour Shaalan, miembro del comité ejecutivo, ayer en la sede de la institución, en Washington.
Christine Lagarde saluda al director en funciones del FMI, John Lipsky, en presencia de Shakour Shaalan, miembro del comité ejecutivo, ayer en la sede de la institución, en Washington.CLIFF OWEN (AP)

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