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El FMI pide una nueva prueba de resistencia a la banca europea

El economista jefe del Fondo Monetario considera que la posibilidad de que alguna entidad financiera tenga que ser rescatada por algún Gobierno es "bastante limitada".

Olivier Blanchard, economista jefe del Fondo Monetario Internacional, hizo ayer recapitulación del año mirando a 2011, y en concreto a Europa. Aunque la crisis financiera se superó, afirma, hay varios países europeos en un "largo y duro" proceso de ajuste estructural. Y en este contexto, se mostró partidario de someter a la banca a una segunda prueba de resistencia.

La posibilidad de que alguna entidad financiera europea tenga que ser rescatada por algún Gobierno, dice Blanchard en una entrevista con la revista del organismo, es "bastante limitada". Sin embargo, considera que realizar un nuevo examen a la solvencia de las entidades será un ejercicio de "transparencia" que contribuiría a apuntalar la confianza de los mercados financieros.

Dicho esto, califica de "exagerada" la preocupación con el sistema bancario europeo. En EE UU, la Resera Federal ya está en ese proceso de reexamen, para determinar si los grandes bancos cuentan con el colchón de capital para dar dividendos a los accionistas y para la recompra de títulos, sin riesgo de quedar expuestas en caso de un deterioro de la economía.

En su opinión, la segunda ronda de hacerse cuanto antes y debe establecer criterios claros sobre cómo los acreedores, los Gobiernos nacionales y la Unión Europea absorberían futuras pérdidas ante un escenario económico adverso. Aunque cree que las previsiones del FMI se están cumpliendo, advierte que "las cosas no están bien". Habrá baches tanto en 2011 como en 2012.

El equipo económico del FMI sigue hablando de una recuperación a dos velocidades, con los países ricos creciendo a un ritmo más lentos que los mercado emergentes los próximos años. En este contexto, Blanchard reiteró la necesidad de que se afronte la nueva fase con la atención puesta en el reequilibro de sus economías, dando pasos concretos para reducir la deuda.

Es, dice, la condición para que una recuperación saludable. Un reequilibrio también a escala global, que se traduce en más ahorro en el caso de EE UU y menos dependencia de las exportaciones para países como China, donde el FMI quiere que se fomente la demanda interna. Y para Pekín también, aunque sin citarla, el mensaje de que deje mover con más libertad su moneda.

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