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El agravamiento de la crisis

El FMI prevé que el frenazo de las economías avanzadas se extienda a 2012

El Fondo cree que España crecerá el próximo año la mitad de lo que calcula el Gobierno con un 1,1% y augura que el paro apenas bajará del 21% en lo que queda de 2011. -Confirma una drástica revisión en EE UU y prevé un avance del 1,1% en la eurozona

La recuperación económica tendrá que esperar otro año más. Al menos, en buena parte de los países avanzados, que encajan ya cuatro años de pertinaz crisis. Es el último vaticinio de los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que supone una enmienda a la totalidad de las previsiones que el propio Fondo hizo cinco meses atrás, cuando daba la recuperación por encarrilada. Ahora, anticipa que ningún país avanzado -salvo Japón, por las obras de reconstrucción tras el tsunami-, llegará a crecer más del 2% en 2012. Y que, pese al empuje de los emergentes, el crecimiento mundial se quedará, tanto en 2011 como en 2012, en el 4%, cuando el año pasado superó el 5%.

El informe Perspectivas Económicas Mundiales que ha presentado el FMI en Washington es un reguero de revisiones a la baja. "Si comparamos con lo que pensábamos en abril, la recuperación económica es ahora mucho más incierta", admite el economista jefe de Fondo, Olivier Blanchard, en el análisis que abre el informe. Las nuevas previsiones, publicadas en la antesala de la Asamblea del FMI y del Banco Mundial, revelan la preocupación del Fondo por la deriva en la que están inmersas varias economías industrializadas.

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"La recuperación en los países avanzados es mucho más débil desde principios de año, algo que no supimos detectar mientras estaba ocurriendo", asume Blanchard. A esto, el economista jefe del FMI suma el "significativo incremento de la incertidumbre fiscal y financiera en agosto", focalizada en el mercado de deuda pública y los bancos europeos. "Si, por separado, son procesos preocupantes, juntos mucho más", advierte.

Pese a todo, los expertos del Fondo creen que la sangre no llegará al río. La conclusión generalizada del informe es que la nueva marea de turbulencias financieras "retrasará, pero no hará descarrilar" la recuperación de los países avanzados. Y, aunque destacan que los "riesgos son muy reales", no ven en el horizonte otra recesión, una amenaza que sí ha aireado la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que se estrena este viernes al frente de una asamblea de la institución.

Haya o no otra recesión (una cuestión que puede dirimirse por unas pocas décimas del PIB), el nuevo aplazamiento de la crisis echa sal en la herida del abultado desempleo en varios países, para el que el Fondo no atisba un descenso significativo con tasas de crecimiento tan débiles. Porque las revisiones a la baja en las previsiones de los países avanzados han sido aún más duras de lo que se había filtrado en las últimas semanas. Si en abril el pronóstico para EE UU era un crecimiento del 2,5% este año y del 2,7% el próximo, ahora esa previsión se reduce al 1,5% en 2011 y al 1,9% en 2012. En la zona euro, la revisión no es tan intensa, pero el balance es casi peor: según las cuentas del Fondo, el crecimiento apenas llegará al 1,1% en 2012, menos aún que este año (1,3%).

España encaja una rebaja similar en las previsiones para 2012, que se quedan también en el 1,1%, lo que evidencia otra vez el desfase del pronóstico (un crecimiento del 2,3% para ese mismo año) del Gobierno. Lo singular es que no hay cambios en el vaticinio del Fondo (0,8%) para este año, aunque también se sitúa lejos de las cuentas del Ministerio de Economía (1,3%).

Donde sí hay una revisión significativa es en el ámbito laboral. El FMI cree que el promedio de la tasa de paro española será del 20,7% en 2011 frente al 19,4% que pronosticaba hace unos meses. Eso supone que los expertos del Fondo creen que la tasa de paro bajará muy poco en la segunda mitad del año, con relación al 21% que alcanzó en la primera mitad del año.

En esta vuelta de tuerca a los pronósticos, tras un verano aciago, el cambio de perspectiva toca incluso a los países emergentes, cuyas exportaciones empiezan a sufrir las consecuencias de la débil demanda de los países avanzados. Aún con un crecimiento sólido, superior al 6% en promedio, algunos de los nuevos gigantes (singularmente China e India) ralentizarán el paso en 2012.

Para salir del atolladero, el Fondo se agarra casi siempre a propuestas genéricas: equilibrismo entre recorte de gasto público en los países más cuestionados (el propio FMI aprieta estos días a Grecia) para despejar las dudas de los mercados y estímulos públicos al crecimiento donde sea posible (para lo mismo); un nuevo ruego a China para que facilite el consumo interno. Pero también hay alguna receta concreta, singularmente para Europa, en afirmaciones de Blanchard: "el Banco Central Europeo debe bajar sus tipos de interés". O también, ante el "creciente escepticismo de los mercados" sobre las entidades financieras, que "será necesario recapitalizar algunos bancos europeos".

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