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Entrevista:Ricard Fornesa | Presidente de La Caixa

"Las normas de transparencia perjudican a las cajas porque crean una burocracia absurda e innecesaria"

Ricard Fornesa posee una de esas mentes activas e inquietas capaces de ponerse a contar las grúas que se cruzan en sus 25 kilómetros de trayecto diario de Premià, donde vive, a Barcelona, para evaluar la euforia de la construcción. Desde el pasado 20 de marzo preside La Caixa, tercera entidad financiera del país y propietaria del mayor grupo industrial español. Su acceso al cargo, en el que relevó a Josep Vilarasau, culmina 27 años de vinculación con la entidad. Asegura que no le molesta que se hable de "continuismo tras una gestión extraordinaria". Su único mandato le llega a los 71 años. Le pilla con un ducados entre los dedos y en plena convulsión de un sector marcado por el Gobierno al compás de la transparencia. Su talante enérgico y directo ya empieza a dejar impronta en La Caixa.

"Hemos sentido desconfianza hacia nuestra forma de ser y nos ha preocupado"
"Si de mí depende, Brufau y Fainé serán directores generales toda la vida"

Pregunta. Su aterrizaje coincide con un clima aparentemente adverso para las cajas. ¿Cómo se explica las medidas y los mensajes de Gobierno?

Respuesta. El aterrizaje siempre es complejo en una entidad de estas dimensiones. Pero la conocía bastante, y Vilarasau y su equipo han hecho un trabajo excepcional, lo que hace el aterrizaje más llevadero. Es cierto que se ha creado un ambiente sorprendente respecto a las cajas, con dudas e inquietudes que no llego a comprender. Hablar de falta de transparencia en las cajas es absurdo. El nivel de transparencia es superior al de otros ámbitos empresariales. Por ejemplo, los préstamos a un partido político los conocen el Banco de España y el Tribunal de Cuentas, y se presentan de forma individualizada, con toda la información relativa a los importes y condiciones, sea cual sea su cuantía, al consejo de administración, donde hay sindicatos, instituciones, impositores y corporaciones locales de partidos distintos. No hay secreto ni contubernio posible para hacer operaciones privilegiadas. La composición del consejo lo impide. Y, además, los créditos a personas y empresas relacionadas con consejeros se comunican a la Generalitat.

P. Se ha creado cierta expectación sobre los sueldos que se van a desvelar.

R. Pues se van a saber. Sin problemas. La retribución de un ejecutivo sólo es evaluable si puede contrastarse con otras; si no, puede parecer elevada. Si la retribución de consejeros en las empresas cotizadas se tendrá que dar a conocer, y las cajas tienen consejeros en empresas cotizadas, ¿por qué había que especificar en el caso de las cajas?

P. Las normas de transparencia aprobadas y las comisiones de retribuciones e inversiones que crean, ¿de veras perjudican al funcionamiento de las cajas?

R. Perjudican porque se crea una burocracia absurda e innecesaria. ¡Tiene más eficacia una comisión de control, independiente del consejo, que una comisión delegada con miembros del consejo!

P. ¿Queda mermada la independencia de La Caixa?

R. Estas medidas son objeto de un desarrollo reglamentario cuyo resultado final desconocemos y que puede ofrecer soluciones adecuadas. Un diputado catalán ha dicho que buena parte de estas regulaciones son limitativas. Y el ministro Rodrigo Rato ha manifestado recientemente que creía que el nivel de transparencia de las cajas es suficiente.

P. ¿La Caixa se ha visto objeto de un intento de acoso y derribo?

R. Hemos sentido desconfianza hacia nuestra forma de ser, y nos ha sorprendido y preocupado. Si ganamos cuota de mercado, será porque la modernidad y la profesionalidad son reales en las cajas. Y nuestros coeficientes de solvencias son superiores a la media de las entidades financieras. Y si desde el ámbito político se considera que hay que evitar la excesiva influencia política en las cajas, corresponde al ámbito normativo encontrar soluciones para que así sea.

P. ¿Cree que el Gobierno considera a la caja como un poder más al servicio de la Generalitat al que quiere españolizar?

R. No puede pensar esto porque no es verdad. Hemos demostrado con la composición de nuestro consejo nuestra neutralidad absoluta sobre las influencias políticas que puedan existir. Hay un equilibrio. En Madrid puede haber una sensación permanente de que las periferias puedan tender a una singular endogamia. Es innegable que cada caja tendrá disposiciones favorables a la zona en la que tiene su sede social. Y no creo que sea malo. Quizá existan quienes desde Madrid contemplan con inquietud que las cosas no tengan una dirección única hacia el centro, pero no creo que sea una opinión general.

P. ¿Se interpretó quizás así en la OPA de Gas Natural?

R. Corresponde al Estado decidir lo que desde el punto de vista de estrategia energética no es conveniente para España. Gas Natural lo acepta y no ha presentado recurso.

P. Los bancos acusan a las cajas de competir con ventaja.

R. Esta zona de privilegios difusa que se nos atribuye contrasta con una serie de limitaciones y servidumbres que tenemos por nuestra naturaleza y por la composición de nuestros órganos. La Caixa destina un 26,6% de sus beneficios a Obra Social. Tenemos la misma presión que el capital ejerce sobre el beneficio de un banco para su distribución. Los bancos no pueden comprar cajas. Pero nosotros no podemos incorporar socios de otras entidades mediante ampliaciones de capital. Uno de los problemas realmente existentes en las cajas es el problema de la capitalización.

P. ¿Qué va a hacer La Caixa con las cuotas participativas?

R. En las cajas existe un camino complejo para mejorar su nivel de capitalización, y las cuotas ofrecen esta opción, son una vía. Puede ser útil. En La Caixa no tenemos de momento un plan de desarrollo de cuotas participativas.

P. ¿Sería bueno para La Caixa que pudiera fusionarse con otra caja no catalana?

R. Puede ser atractivo desde un punto de vista financiero, pero difícil de practicar en la realidad, por las diversas competencias que inciden en un proyecto de estas características.

P. La Caixa tiene un 15% de Banco Sabadell. ¿Quieren comprar el Atlántico?

R. Ésta es una cuestión que tiene que decidir el Banco Sabadell. No tenemos a ninguna persona en el Consejo ni estamos en la gestión.

P. El Banco de España llama la atención sobre los riesgos que asumen bancos y cajas en los créditos hipotecarios, aunque ahora el nivel de morosidad sea bajo.

R. En caso de la Caixa, la morosidad es de un 0,34% y, por tanto, por debajo de la media. En general, ésta es la tónica de todas las cajas y bancos. Tenemos un coeficiente de solvencia del 13,8%, casi el doble de lo necesario. Nosotros tenemos ofertas alternativas de hipotecas a tipo fijo. Pero no nos metemos en ninguna guerra. Tenemos un crecimiento de crédito al 20%.

P. ¿Cree que hay burbuja inmobiliaria?

R. Los hechos demuestran lo contrario. No sólo hay demanda, sino que los precios aumentan. La demanda excede a la oferta.

P. ¿Cómo se presentan los resultados de La Caixa durante este ejercicio?

R. Han tenido una relación satisfactoria este ejercicio. En mayo, acabó con un 2,2% de incremento de resultado neto. Hemos llegado a tener un aumento de un 28% en resultados de explotación. A fin de junio se prevé un aumento de resultado neto importante.

P. ¿Da por terminada ya la crisis en América Latina?

R. Argentina continúa siendo la gran incógnita. Hay un presidente nuevo y hay que esperar a conocer mejor su programa y sus propuestas. Cuando vuelva a estar posicionada, y lo estará, volverá a ser un mercado atractivo. Agbar [controlada por La Caixa] tiene una presencia importante en Argentina y ha quedado afectada, naturalmente. Pero mantenemos la convicción de que la economía va a mejorar.

P. La presencia de los directivos de La Caixa en los consejos de sus empresas participadas, ¿respondió al temor a una posible limitación del Gobierno a esta presencia?

P. De común acuerdo con Brufau y Fainé, vimos que esto era una dispersión innecesaria. Era una fórmula de orden. Era mejor concentrar su presencia en las sociedades donde realizaban un papel más activo.

P. ¿No está usted asumiendo muchas presidencias, La Caixa, Agbar, Caifor y Colonial?

R. Mi presencia en el ámbito empresarial es similar a la de otras situaciones próximas que no han provocado extrañeza.

P. ¿Es estable la cúpula triangular en La Caixa? ¿Mantendrá la doble dirección general hasta el final de su mandato?

R.Brufau y Fainé son dos personajes fuera de serie en España, por su dedicación y eficacia. Interrumpir esta situación sería impropio. Y yo jugué un rol importante para su incorporación, que decidió Vilarasau, y me encuentro perfectamente bien con ambos. Por lo que de mí depende, se quedan toda la vida. Y los dos mejor que uno.

P. Los estatutos de La Caixa sólo hablan de un director general. Y al actual Gobierno de la Generalitat no le gustó que se nombrara a dos...

R. Los directores generales de las cajas han tenido siempre un peso extraordinario y las tradiciones tienen su peso, que cuesta romper. Pero La Caixa tampoco es como las demás. Lo que puede hacer un solo director general en las otras cajas aquí puede ser que lo tengan que hacer dos, porque la dimensión y características de nuestra operativa e inversión lo justifica. Dentro de esta casa, los dos son directores generales a todos los efectos.

P. ¿Cómo se ve aquí un posible relevo en la Generalitat?

R. Nosotros vemos adecuados a todos los presidentes posibles. Ningún problema. Todos los presidentes son buenos.

P. ¿Existe alternativa en el caso del Gobierno central?

R. No entiendo que una alternativa política represente un problema para el sector empresarial.

P. La próxima vez que Brufau quiera dirigir una operación de calado como la que intentó con la OPA de Gas Natural sobre Iberdrola, ¿consultará al ministro de Economía?

R. Hará lo que deba de hacer, y su voz y opinión será muy decisiva y escuchada en la decisión que se adopte.

P. ¿Tiene algo que ver con la OPA de Gas Natural sobre Iberdrola que ahora el Gobierno exija una desinversión de la gasista en Enagas?

R. Cuando el Gobierno dice que para el transporte de gas debe encontrar una solución similar a la de Red Eléctrica Española (REE), suena razonable. Cuando se dice que la propia Gas Natural había propuesto en su OPA sobre Iberdrola los porcentajes últimos con que se quedaría en Enagas, también es verdad. Lo que importa es que se den las fórmulas, programas y calendarios adecuados para que esta desinversión se produzca en un plazo lo menor posible, y en las mejores condiciones. Se habla de dos años, pero cabe pensar en una ampliación.

Ricard Fornesa, junto a la ventana de su despacho en La Caixa tras la entrevista.
Ricard Fornesa, junto a la ventana de su despacho en La Caixa tras la entrevista.CARLES RIBAS

"La expansión irá adelante"

Pregunta. Plantear que las cajas se atengan a sus objetivos fundacionales y a su territorio histórico, ¿les supone una contradicción con su política de inversiones?

Respuesta. ¿Por qué no podemos tener la misma oportunidad que los bancos de seleccionar nuestras inversiones de acuerdo con la oferta del mercado y las expectativas de futuro? Creo sinceramente que el gobernador del Banco de España tuvo sólo la tradicional intención de recordar la necesidad de cautela, prudencia, sensatez, de recordar el territorio básico y principios fundacionales... Tengo el convencimiento absoluto de que no hay una interpretación más allá. Nuestro marco y plan de expansión continuará adelante, como entidad financiera y como grupo industrial. Se siguen abriendo oficinas. ¿Por qué dejar de hacerlo? Tenemos 4.630 oficinas, el 56% fuera de Cataluña y Baleares. No hemos agotado el modelo.

P. ¿Ha preguntado al ministro de Economía si se van a limitar los derechos políticos de las cajas en esta legislatura o en la siguiente?

R. Existen reiteradas declaraciones en el sentido contrario. Esa posibilidad sería contraria al normal funcionamiento del sistema financiero.

P. ¿Qué idea tiene para reordenar el grupo?

R. Tenemos objetivos industriales de gran estabilidad y permanencia. Lo normal es que se establezca un criterio de permanencia en tres sectores: inmobiliario, servicios e infraestructuras y ocio. En otros casos, cualquiera de las inversiones pueden ser objeto de reconsideración. En ocio, estamos en Port Aventura, con un ámbito de influencia hotelero e inmobiliario excelente, aunque no es una máquina de ganar dinero.

P. El proyecto de normas de contabilidad futuras plantea que las participaciones en las empresas no van a contabilizarse en los resultados si no superan el 20%, frente al 3% actual. ¿Mantendrá su política de participaciones?

R. Lo que se plantea es controlar un 20%, o una participación menor pero con una presencia muy activa. Y en Telefónica y en Repsol tenemos un vicepresidente y un consejero. Si no ocurriera así, obligaría a reconsiderar una estrategia de inversiones. Cuento con que no sea así. En las grandes sociedades, nadie tiene un 20%, ni los bancos. Eso sería anular los núcleos permanentes en las grandes sociedades, que dan estabilidad.

P. ¿Van a elevar su 12,5% en Repsol? ¿Cómo ha quedado su relación tras la OPA?

R. No puede ser que cualquier discrepancia se acepte como motivo para la existencia de una mala relación. Esta relación se ha normalizado completamente, si es que había dejado de estarlo. El documento suscrito entre Repsol y la Caixa plasma la reanudación de una relación. De momento, la Caixa no tiene intención de mover su participación en un sentido o en otro. Toda inversión o desinversión es coyuntural.

P. ¿Temen que Repsol aumente su parte?

R. La ley se lo permite. Puede hacerlo. No me consta que lo haga, pero si lo hace está en su derecho.

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