Francia polemiza sobre la 'baguette'
La mítica baguette, esa barra de pan de 250 gramos, que se supone que todos los franceses llevan bajo el brazo al nacer, subirá de precio a la vuelta de vacaciones. Y el anuncio, realizado por la federación gala de panaderías, ha creado tal revuelo que ha obligado a intervenir a la ministra de Economía, Christine Lagarde.
Los panaderos franceses sitúan la subida entre un 5% y un 8%, y se escudan en el precio del trigo, que en el último año casi se ha doblado. "Sí, pero cuando ese precio baja, los panaderos no lo repercuten en la baguette", lamenta una asociación de consumidores, que recuerda que "entre 1992 y 2006 la baguette ha pasado de 0,53 a 0,80 céntimos, mientras el precio del trigo bajaba de 190 a 125 euros por tonelada".
El precio de la baguette no está reglamentado desde 1978. A pesar de ello, la ministra de Economía francesa encargó ayer a la Dirección General del Consumo que "esté alerta". "Un 8% de aumento parece demasiado respecto a lo que representa el precio del trigo", explicó Lagarde.
La ministra, muy didáctica, expuso ante las cámaras de televisión que "el precio de la harina sólo representa el 5% del coste de la baguette". Pero los panaderos oponen que además deben reflejar el coste de otra masa, la salarial, en el precio del pan. "Los salarios suponen el 50% de su precio, la harina alrededor de un 10%", calculan los artesanos, "y en el nuevo precio repercutiremos la harina y, sobre todo, el salario mínimo".
La oposición socialista ha encontrado en el precio del pan un asidero. "El alza del coste de la vida y la disminución del poder adquisitivo es el dossier olvidado por este Gobierno. Sube el pan, suben los materiales escolares o el precio del gasóleo, pero el Gobierno no lo tiene en cuenta", afirmó el diputado socialista Jean-Christophe Cambadelis.
