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La primera crisis del euro

Francia reduce 45.000 millones de gasto

La medida pretende que el déficit pase del 8% del PIB al 3%, en tres años - La Administración se contrae y se elevará la edad de jubilación, ahora en 60 años

Antonio Jiménez Barca

Francia se suma a la marea ahorradora que recorre Europa. Así lo asegura el primer ministro francés, François Fillon, que ayer, en París, en un discurso dirigido a los militantes de su partido, la UMP, fijó por primera vez la cantidad de dinero que el Estado francés tiene previsto ahorrar en tres años a fin de alcanzar en 2013 el déficit público exigido por Bruselas, el 3% del PIB. Fillon señaló que para esa fecha, el Estado francés, cuyo déficit es del 8% en estos momentos (7,5% en 2009), habrá reducido su gasto en 45.000 millones de euros, además de ingresar 50.000 millones más y se habrá embolsado 5.000 millones extra provenientes de ciertas exenciones fiscales que serán anuladas.

El objetivo es ingresar 50.000 millones más con la mejora económica
Se quitarán exenciones fiscales por valor de 5.000 millones de euros

Es decir, en 2013 Francia contará con 100.000 millones más de euros, que ayudarán a aligerar una mastodóntica deuda que actualmente roza el 85,7% del PIB.

Fillon no dio detalles sobre el contenido de la reforma del sistema de pensiones, que se dará a conocer el martes o el miércoles próximo, y cuyo principal punto será la elevación de la edad de jubilación, que ahora es de 60 años con carácter voluntario. "Sería cobarde de nuestra parte decir a los franceses que se puede garantizar su pensión sin prolongar el periodo de actividad y sin tocar la edad legal (de jubilación) y el símbolo de los 60 años", indicó.

El pasado 7 de mayo, Fillon -que es el encargado siempre de dar este tipo de malas noticias en el Gobierno francés, ahorrándoselas a Sarkozy- adelantó que el Estado francés congelará el gasto durante los próximos tres años. Días después, añadía que los distintos ministerios ahorrarán un 10% en los denominados "gastos de intervención", partidas especiales relacionadas, con lo general, con asuntos sociales. Entonces se desató un debate casi puramente semántico entre los líderes políticos franceses sobre si esas medidas se podían considerar o no un verdadero "plan de austeridad".

Con posterioridad, Fillon adelantaba que los contribuyentes franceses dejarán de gozar de muchas de las 400 tipos diferentes de exenciones fiscales que actualmente procuran deducciones en el Impuesto sobre la Renta galo. Ya entonces el primer ministro francés contabilizó la cuantía de esta medida: 5.000 millones de euros. Ahora, a falta de otras iniciativas (Fillon no adelantó ninguna ayer), hay que entender que Gobierno francés se compromete a gastar 45.000 euros menos en tres años gracias sólo a la congelación anunciada y a la reducción de las partidas especiales de intervención.

En el capítulo de ingresos, Fillon piensa aumentar la recaudación de impuestos en 35.000 millones por el aumento de ingresos consecuencia de la mejora de la economía. Fillon confía en que la recuperación, que apunta leves repuntes ya, sea constante y firme. El jueves, el primer ministro se apoyó en un dato recién aparecido, la creación de 29.000 puestos de trabajo en el primer trimestre de 2010, para asegurar: "Es la primera buena noticia sobre economía estructural que tenemos". Los 15.000 millones de euros que restan hasta los 50.000 que el Gobierno prevé ingresar llegarán de la retirada de ciertas medidas del plan de reactivación económica puestas en marcha en 2008 y 2009 y que a juicio de Fillon ya no son necesarias.

El anuncio de la cuantificación del ahorro francés sucede poco antes de una decisiva reunión entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, que se verán mañana en Berlín después de que se anulara otra entrevista idéntica el lunes de la semana pasada, el mismo día en que Alemania anunciaba un recorte drástico en el gasto de 80.000 millones de euros en cuatro años, bajadas de sueldo a funcionarios incluidas. La anulación de la entrevista, a instancias de Merkel y a última hora, alegando razones de agenda de la canciller alemana, sembró cierto desconcierto en París y levantó las sospechas en toda Europa sobre la falta de entendimiento y de sintonía entre Sarkozy y Merkel.

Ahora, antes de que se encuentren los líderes de las dos principales potencias de la zona euro para hablar, sobre todo, de mercados financieros, del euro y de la marcha de la economía europea, Francia coloca encima de la mesa su propuesta ahorradora. Que a juicio del primer ministro Fillon, es insoslayable: "Nos hemos comprometido a rebajar el déficit del 8% al 3% en 2013 y todos nuestros esfuerzos se van a concentrar en llevar a cabo esta prioridad".

El presidente francés Nicolás Sarkozy, a la izquierda, charla con el primer ministro, François Fillon, en los Campos Elíseos de París, en mayo de 2010.
El presidente francés Nicolás Sarkozy, a la izquierda, charla con el primer ministro, François Fillon, en los Campos Elíseos de París, en mayo de 2010.REUTERS

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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