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El Gobierno anima al textil a trasladar al extranjero parte de la producción

El plan de promoción exterior incita a subcontratar la actividad con más mano de obra

El Gobierno ha puesto el pie en el acelerador para internacionalizar las empresas textiles españolas. Ha diseñado un plan de promoción en el exterior entre cuyos objetivos están "fomentar las actividades de mayor productividad y valor añadido y deslocalizar/subcontratar las fases de producción más intensiva en trabajo". Con el plan se quiere preparar al sector para la liberalización, el 1 de enero, con la desaparición de las cuotas de importación. El programa está dotado con 14 millones de euros en 2005, a los que se añaden 36 millones por la vía de ayuda al desarrollo tecnológico.

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La liberalización costará unos 14.000 empleos

El plan apuesta por la internacionalización de las empresas. De esta forma, se pretende dar respuesta a la nueva situación a la que se enfrentará el sector a partir del año que viene, cuando se liberalice totalmente el comercio textil y desaparezcan las cuotas de importación, lo que tendrá un impacto en los países en desarrollo que han crecido con mano de obra barata. El Gobierno ha querido minimizar el impacto que tendrá este cambio en el sector español y dice que su efecto ya se está sintiendo en los últimos años. No obstante, reconoce que es el momento de dar el salto en la internacionalización de las empresas textiles.

La Secretaría de Estado de Comercio y Turismo ha hecho un diagnóstico del sector textil español en el que se enumeran las amenazas en el medio plazo, y entre ellas se encuentran la liberalización del comercio textil, la pujanza de China y otros países asiáticos, la ampliación de la Unión Europea (UE), la presión de los grandes distribuidores, las nuevas exigencias medioambientales y la copias fraudulentas.

El plan de Comercio propone frente a estas amenazas aumentar la base exportadora, fomentar las actividades de mayor productividad y valor añadido, y subcontratar las fases de producción más intensivas en mano de obra. En estos momentos ya son 305 las empresas textiles españolas que participan en el proceso de internacionalización que dirige el Instituto de Comercio Exterior (Icex).

Para el secretario de Estado de Comercio, Pedro Mejía, la propensión exportadora de España en este sector es de entre 10 y 20 puntos inferior a la de países con estructura similar a la nuestra. A su juicio, es necesario mejorar la percepción de España como "marca de origen". Además, Mejía considera que hay que aprovechar la presencia de las compañías del segmento de moda, como Zara, Mango y Cortefiel, para arrastrar a otras empresas.

El diagnóstico del informe del Gobierno va desde la realidad europea a la española. Así, afirma que el sector textil europeo ha sufrido una importante pérdida de cuota de mercado mundial pasando del 43% en el año 1990 al 30% en 2002. China e India han sido las grandes beneficiadas de esta pérdida. En cuanto al sector español, el informe resalta que el valor de la producción disminuyó a una tasa media acumulada del 0,76% entre 1995 y 2003. El sector textil español es el quinto en importancia, tras Italia, Alemania, Reino Unido y Francia, tanto en términos de producción como de empleo.

Las empresas nacionales tienen poco tamaño. Las grandes sólo representan el 0,5% del número total. El resto son pequeñas y medianas empresas y están concentradas en Cataluña y la Comunidad Valenciana. La tasa de paro se situó en el segundo trimestre de 2004 en el 11,17%, cuando en 1987 era del 11,30%. El empleo total, 226.500 personas, supone el 8,2% del empleo industrial.

El 5% de las exportaciones

Las exportaciones del sector han crecido a un ritmo medio superior al del conjunto de la exportación española (10% frente al 9%). En la actualidad, el textil supone el 5% del total de la exportación española y el principal mercado de destino es la Unión Europea.

Para los responsables de Comercio, el sector presenta una realidad con luces y sombras. A pesar de la pérdida continuada de producción y empleo en la última década, se ha logrado un avance en adaptación a nuevas tecnologías. El sector sigue sufriendo una fuerte atomización empresarial, pero ha avanzado en penetración en mercados exteriores, aunque prevalece en muchos casos una estructura familiar que entorpece ese proceso.

Comercio también destaca que no existe un interés de las empresas españolas internacionalizadas por identificarse con el Made in Spain (Zara, Mango, Sprinfield, Women Secret, Massimo Dutti, Pull & Bear, Bershka, etcétera). Con todo, la competitividad mejoró al pasar de tener una cuota mundial del 1,6% en 1990 al 2,1% en 2002.

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