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El deterioro del mercado laboral

El Gobierno pide que no se hagan vaticinios apocalípticos con el paro

Salgado descarta los cinco millones de desempleados y rechaza liberalizar los despidos "porque con 800.000 parados más no se puede decir que sean caros"

Ramón Muñoz

Test de credibilidad del Gobierno. Recorten esta página y guárdenla en el cajón. Rescátenla a principios del próximo año. Si el paro para entonces ha superado los cinco millones, el Ejecutivo habrá suspendido la prueba. Y es que, tras las catastróficas cifras de desempleo ofrecidas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), con más de cuatro millones de parados, el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero se ha atrevido a hacer un nuevo vaticinio: no se superará la barrera de los cinco millones.

La más contumaz en la previsión fue la nueva vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, que hasta por dos veces señaló ayer que no se alcanzará esa cifra, y echó mano de la teoría de la recuperación incipiente que maneja el Ejecutivo: a partir de este mes de abril se notará una "clara" inflexión y la destrucción de empleo se frenará.

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La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, fue más gráfica. A la pregunta de un periodista sobre si España llegará a la fatídica cifra de los cinco millones, incitó a no hacer "vaticinios" sobre dónde está el límite del paro, y "mucho menos apocalípticos".

Hasta ahora los pronósticos optimistas del Gobierno en materia de desempleo han resultado un fiasco. Desde el cartel electoral "Por el pleno empleo" con el que concurrió el PSOE a los comicios de marzo de 2008 hasta las últimas declaraciones de distintos miembros del Gabinete, todas sus previsiones se han visto superadas por la realidad. La última vez, el pasado miércoles, tan sólo dos días antes de hacerse públicas las cifras de la EPA, cuando el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, contestaba airadamente al diputado popular Tomás Burgos que le echó en cara sus pronósticos de "que la crisis financiera se resolvería en dos meses" y de "que no llegaríamos nunca a cuatro millones de parados".

"Aquí los únicos que crean alarmismo, los únicos que crean incertidumbre y los únicos que no se ajustan permanentemente a la realidad son ustedes. En estos momentos acaba de dar por amortizado cuatro millones de parados. Todavía no hemos llegado, señor diputado", decía el ministro en el pleno del Congreso.

Corbacho negó reiteradamente en los últimos meses que se fuera a alcanzar esa cifra, pero no ha sido el único. También lo hizo el ex vicepresidente, Pedro Solbes, y el propio presidente Zapatero. Le ha faltado tiempo al líder del PP para recordárselo. "Zapatero dijo en el debate de investidura de hace un año que en ningún caso la tasa de paro superaría el 11% que había dejado el PP. Pues bien, hoy es del 17%. Eso demuestra la capacidad de predicción y la habilidad para hacer diagnósticos que tiene el Gobierno de España", aseguró ayer Mariano Rajoy en Villarrobledo (Albacete).

Rajoy acusó al Gobierno de proponer como única medida ante este "desastre nacional" la de "aumentar y aumentar el gasto público, hipotecar el futuro, generar deuda para los próximos años y poner a la economía en una situación imposible".

Zapatero estuvo en boca de más políticos. Como Rosa Díez (UPyD), que indicó que la EPA desmentía el "optimismo antropológico" del presidente, o de Durán i Lleida (CiU), que no entiende el "conformismo e incluso satisfacción" del Gobierno ante el "desastre sin paliativos" de estos datos.

La patronal CEOE aprovechó los datos para, en un tono muy conciliador, incitar al Gobierno y a las centrales sindicales para que atiendan su propuesta de reforma laboral dentro del diálogo social, "que no busca abaratar el despido ni hacerlo libre, sino mejorar los contratos temporales y convertirlos en fijos de una forma asumible para los empresarios, respetando siempre los derechos adquiridos por los contratos ya vigentes", informa Europa Press.

Elena Salgado ya le había respondido antes, en su comparecencia ante la prensa. "Con 800.000 parados más en el último trimestre no se puede decir que el despido sea caro o que haya dificultades para el despido", señaló la responsable del ministerio de Economía, que no dudó en reconocer que los datos de la EPA son "malos y peores de lo esperado".

El Gobierno no impondrá una reforma laboral. Salgado apeló a la responsabilidad de patronal y sindicatos para que acuerden las reformas precisas. De la Vega insistía después en que no habrá nuevas medidas económicas tras las ya adoptadas como la línea de crédito para las pymes o los avales a los ayuntamientos para que paguen sus facturas.

Recién llegado a Washington para la cumbre del G-7, el comisario europeo de asuntos económicos y monetarios, Joaquín Almunia, aseguró que las cifras de paro españolas "son realmente preocupantes", aunque recordó que cuando él era ministro de Trabajo España ya llegó a esas tasas.

Almunia destacó que Bruselas ha pedido reformas en el mercado de trabajo a los países de la UE, "especialmente a España, para eliminar la dualidad [el alto índice de temporalidad] en la contratación". "Sé lo difícil que es transformar estas recomendaciones en la práctica, pero el Gobierno español está seriamente comprometido en ese aspecto", zanjó, informa Claudi Pérez.

Una desempleada ante una oficina del Inem en Madrid.
Una desempleada ante una oficina del Inem en Madrid.CARLOS ROSILLO

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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