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La primera crisis del euro

Grecia presenta un drástico plan de ajuste para "salvar el país"

Papandreu anuncia la subida del IVA, la congelación de las pensiones y la rebaja de sueldos públicos - Atenas avisa de que está dispuesta a escuchar al FMI si Europa no responde

Andreu Missé

"Vamos a hacer un esfuerzo enorme para recuperar la credibilidad de los mercados y evitar que nuestra economía se derrumbe". Con estas palabras, el portavoz del Gobierno del primer ministro socialista griego, Yorgos Papandreu, valoró el significado del duro ajuste aprobado ayer, necesario para asegurar que el país pueda seguir recibiendo financiación exterior. La Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) aplaudieron las nuevas medidas.

Papandreu comparó la crisis fiscal que padece Grecia con una situación de guerra e indicó que los griegos no deberían hacerse ilusiones pensando que un impago de la deuda es una "pesadilla de un escenario remoto". A pesar del clima de fuerte contestación social, el primer ministro se mostró completamente decidido a tomar "duras y posiblemente injustas medidas", para "salvar el país" a sabiendas de que sin duda aumentarán las protestas. Ayer mismo, cientos de pensionistas se manifestaron ante las oficinas del primer ministro.

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Tras presentar el plan de ajuste (que supondrá nuevas subidas de impuestos, congelación de pensiones y recorte de salarios públicos), el primer ministro griego advirtió de que tras cumplir sus promesas "ahora el pueblo griego esperaba la solidaridad de Europa". Y amagó con que si Grecia "no recibe un apoyo político sustancial" estará dispuesta a escuchar las propuestas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los sacrificios previstos por el Gobierno heleno se adoptarán inmediatamente: la subida del IVA, de entre el 0,5% y el 2% según los productos, será efectiva a partir del 15 de marzo. También subirán un 20% el alcohol y el tabaco, mientras que las contribuciones sobre la propiedad inmobiliaria registrarán tipos impositivos mayores. Las rentas superiores a 100.000 euros tributarán al 45%. El aumento de la presión fiscal irá acompañado de un plan de lucha contra el fraude, que en Grecia es una práctica generalizada con una economía sumergida de más del 30%, y que constituye uno de los problemas más serios del país.

En el capítulo de gastos los sacrificios afectarán especialmente a los pensionistas, que verán congeladas las prestaciones, y a los funcionarios que verán recortados los complementos salariales, que representan un 30% de sus ingresos. También las inversiones públicas se verán reducidas en varios cientos de millones de euros.

Tras dos meses de zarandeo por los mercados, que han sido un verdadero festín para los especuladores, Grecia ha asumido finalmente sus responsabilidades pero también ha sacado a relucir su dignidad. La referencia al recurso al FMI por parte de Papandreu es también un aviso a los mandatarios de la UE para que no se limiten a alargar incesantemente la lista de exigencias. La Unión ha insistido reiteradamente en que las ayudas a un país de la zona euro que estuviera eventualmente en dificultades deberían provenir de dentro de la UE. El recurso al FMI, si llega, sería un fracaso político para la eurozona, según los analistas, y una losa para la moneda única.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, manifestó que la Unión "siempre ha dado muestras de solidaridad con todos los Estados miembros y demostrará que en el futuro Grecia puede contar con esta solidaridad". Según la Comisión, "el anuncio confirma el compromiso del Gobierno griego de hacer todo lo que esté en su mano para cumplir los objetivos del programa de estabilidad, y en particular asegurar que se logra la reducción de cuatro puntos del déficit público en 2010". Grecia cerró el pasado año con un déficit del 12,7%.

El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, fue más preciso en cuanto a las ayudas y reiteró sus promesas. "Los miembros de la zona euro", dijo "están dispuestos a dirigir una acción coordinada y determinada, si es necesario, a fin de de preservar la estabilidad financiera de la zona euro en su conjunto".

El comisario de asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, manifestó su satisfacción por las medidas acordadas y su confianza en que serán "asumidas por los ministros de Economía de la UE y del Eurogrupo, en las reuniones de los próximos 15 y 16 de marzo. Para estas fechas está previsto el primer examen de las decisiones adoptadas por Grecia. Rehn evitó hablar de rescate, e insistió en que el asunto de Grecia era "un caso particular dentro de la eurozona" y que su solución es necesaria "para evitar que sus efectos se desborden y puedan contagiar a otras economías del sur y también del norte de Europa".

La Comisión prepara un marco europeo de coordinación para actuar en el caso de Grecia que se dará a conocer en las próximas semanas.

Tras el anuncio del nuevo plan de austeridad que supondrá un ahorro de unos 4.800 millones de euros, las autoridades de la UE se volcaron en manifestaciones de apoyo, reconociendo el esfuerzo que supone para el país. También las agencias de calificación, y el FMI saludaron las medidas de austeridad. Para la agencia Moody's, que mantuvo la calificación de Grecia, "las nuevas medidas representan una manifestación de clara resolución del Gobierno heleno para controlar las finanzas públicas". Para Fitch, el ajuste en el gasto y aumento de ingresos contribuirá a reducir el déficit.

Por su parte, el FMI estimó que el plan de austeridad es "muy fuerte", y su aplicación supondrá "un paso adelante decisivo" para reducir el déficit.

También Alemania, que hasta ahora ha sido el país más reticente a prestar un salvavidas a Grecia, se sumó ayer a las felicitaciones a las autoridades griegas por las medidas adoptadas. Christoph Steegmans, portavoz adjunto de la canciller Ángela Merkel, reconoció que Grecia "está haciendo verdaderos esfuerzos para sanear sus cuentas públicas".

Un pensionista intenta romper la barrera de seguridad durante la protesta ayer en Atenas (Grecia) contra las medidas de ajuste.
Un pensionista intenta romper la barrera de seguridad durante la protesta ayer en Atenas (Grecia) contra las medidas de ajuste.EFE

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