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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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El IPC en 2006

Con el dato de diciembre, conocido el pasado viernes, se cierra el año 2006 en cuanto a la inflación se refiere. El año arrancó mal, con una tasa interanual del IPC superior al 4% en enero (gráfico izquierdo). Eran tiempos en los que el precio del petróleo mostraba una fuerte tendencia al alza y había superado los 60 dólares el barril, casi veinte más que un año antes. Éste aún continuaría al alza, hasta alcanzar 70 dólares en abril, obligando a revisar mes tras mes las previsiones de inflación para el resto del año. Las publicadas en esta página de Negocios el 14 de mayo contemplaban una tasa para el final de 2006 del 3,6%, casi un punto porcentual más que las realizadas en el mes de noviembre de 2005 (gráfico central). El panorama cambió, sin embargo, a partir de septiembre, cuando la cotización del petróleo registró una corrección importante, situándose en torno a 60 dólares en los últimos cuatro meses del año. Ello ha permitido que, al final, la inflación anual se situara en diciembre en el 2,7%, curiosamente la misma cifra prevista en noviembre de 2005. Es decir, la evolución del precio del petróleo, extremadamente volátil (gráfico derecho), ha condicionado de forma muy importante la marcha de la inflación en 2006. En términos medios anuales, ésta se ha situado en el 3,5%, una décima porcentual más que en 2005, aunque con perfiles contrarios a lo largo del año, al alza en 2005 y a la baja en 2006.

O el BCE se da prisa en subir tipos al 4%, o le va a resultar difícil luego argumentar su subida

Por supuesto, el mismo condicionante sufrió la inflación en la zona del euro, aunque en el conjunto de estos países el impacto del petróleo es menor que en España, debido al mayor peso que tienen los impuestos (la mayor parte de los cuales son una cantidad fija por litro o tonelada) en el precio final de la energía. Ello explica que el diferencial de inflación con dicha zona aumentase hasta 1,9 puntos en enero y disminuyese posteriormente a 0,8 puntos en diciembre. Por eso, las variaciones mensuales del mismo no deben interpretarse de forma directa y lineal como ganancias o pérdidas de competitividad, sino que hay que analizar los datos con más perspectiva temporal y conjugarlos con otros indicadores de inflación. En términos de media anual, el diferencial ascendió a 1,4 puntos, cifra similar a la que se obtiene a partir de los costes laborales por unidad de producto, que sin duda supone una pérdida de competitividad notable. El principal problema que tienen nuestras autoridades para atajar este diferencial es que ya no disponen de la política monetaria. Por ello, la respuesta debe ser introducir más competencia y flexibilidad en los distintos mercados.

La nueva orientación a la baja del precio del petróleo supone una mejora notable de las ya favorables previsiones de inflación para 2007 que hacíamos unos pocos meses atrás. Bajo la hipótesis de que dicho precio se sitúe en torno a 60 dólares (ahora está por debajo de 55), la tasa interanual del IPC registraría una caída hasta el 1,6% en los meses del verano, si bien repuntaría de nuevo para cerrar el año en el 2,6%. La media anual se situaría en un 2,1%. Poniéndonos más pesimistas, con el barril de petróleo aumentando progresivamente hasta 70 dólares al final del año (65 dólares en media anual), la inflación media anual se elevaría al 2,5% y la de diciembre, al 3%. Quitemos seis o siete décimas a las primeras cifras y tendremos unas previsiones para la eurozona claramente por debajo del 2%. O el BCE se da prisa en subir sus tipos al 4% o le va a ser muy difícil luego argumentar su subida.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS)

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