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Reportaje:

La URSS amplía su mayor fábrica de coches, que emplea a 90.000 trabajadores y exporta a 88 países

Pilar Bonet

Hay aquí una cadena de montaje de 1.700 metros y maquinaria italiana, de la RFA, de Japón y de Francia, entre otros países.Los defectos de la VAZ, por su parte, están íntimamente relacionados con la pesadilla que según comentaba recientemente un periódico soviético, convierte aquí prácticamente en un delincuente a todo conductor: la escasez de piezas de repuesto. La especulación con las piezas de repuesto, los robos, los inventarios falsificados y la mala gestión han motivado la intervención del fiscal general del Estado, Alexander Rekunkov. Recientemente, la publicación Literaturnaia Gazeta señalaba que, pieza por pieza, como si tal cosa, 62 automóviles enteros habían desaparecido de la VAZ en dos años.

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Una parte del problema parece venir de un cálculo equivocado. Los proyectistas del Jiguli creyeron que los ciudadanos soviéticos iban a usar su utilitario durante un período de cinco años y después prescindir de él. Se equivocaron, porque han pasado casi 15 años y nadie piensa aquí en tirar a la basura su coche, que supone un símbolo de estado y que además cuesta 7.200 rubios (más de 1.400.000 pesetas al cambio oficial), siendo el salario medio de 180 rubios aproximadamente (36.000 pesetas).

El resultado es que se producen piezas de recambio para un total de 1,6 millones de coches, y el parque automovilístico de Jigulis es de ocho millones. En este contexto, no resulta sorprendente que los automovilistas se roben los unos a los otros los limpiaparabrisas, los neumáticos y los guardabarros y sobornen a los encargados de los talleres de servicio, y hasta resulta explicable que acudan con su coche enfermo a Togliatti, pensando que aquí, cerca de la fábrica, es más fácil conseguir el repuesto necesario. Un total de 54 personas fueron despedidas de la empresa en 1983 por robos repetidos de hasta 50 rubios. Los autores de robos de mayor cuantía escapan de la jurisdicción sindical y son procesados criminalmente. Literaturnaia Gazeta señalaba recientemente que un maestro de la fábrica se llevó 1.850 bombillas halógenas.

Llega la tracción delantera

Entre las medidas para evitar las sisas figura el aumento de la producción de piezas de repuesto. En 1985 se iniciará la producción de un nuevo modelo en el que han participado Porsche y Fiat y que constituirá el primer utilitario soviético con tracción delantera.Los trabajadores de la VAZ, cuyo sueldo medio es de 197 rubios más una prima del 10% o el 15% en concepto de exportación, no tienen ninguna ventaja especial para comprar los automóviles que ellos mismos producen.

Para comprar un vehículo a través de los sindicatos hace falta trabajar un mínimo de dos años y medio en la fábrica.

En la fábrica coexisten superpuestas diversas etapas de la vida de la empresa: desde la maquinaria italiana de la marca Innocenti que sirvió para producir la primera chapa allá en los años sesenta, hasta la nueva línea de chapado japonesa Hitachi Zosen.

Un taller de soldadura, donde trabajan 26.000 personas, es el mayor de la fábrica. Hay aquí una línea automática de producción germano-occidental y otra japonesa (Kawasaki), que ha sustituido por robots una cadena de producción donde antes trabajaban 40 personas.

Los obreros de la cadena de montaje -en su mayoría mujeres- trabajan ocho horas diarias y cinco días a la semana. De la jornada laboral hay que descontar dos pausas de 10 minutos y otra de 46 minutos para la comida

Desahogo en el trabajo

¿Es la velocidad de la cadena de montaje más rápida o más lenta que la de otras fábricas automovilísticas occidentales? preguntamos. Es prácticamente la misma, pero el ritmo, estudiado psicológicamente, es diferente. Mientras en la Fiat italiana éste se mantiene constante desde el principio al fin de la jornada, aquí la cadena comienza por la mañana con una velocidad mínima -1,8 metros por minuto- y luego va a aumentando hasta un máximo de 5,1 metros por minuto, para volver a disminuir después. Fuentes informadas italianas señalan que el tema de los tiempos de producción fue uno de los que más guerra dio durante las negociaciones entre la Fiat y la fábrica soviética durante su montaje, ya que los soviéticos consideraban demasiado rápidas las marcas italianas. Éstas, sin embargo, acabaron aceptándose y reduciéndose incluso.A juzgar por lo que vimos, en la fábrica de Togliatti no hay escenas propias de Tiempos modernos. Los obreros trabajan desahogadamente, pueden además hacer el trabajo de algún compañero ausente, y hay quien se echa una siestecita aprovechando los asientos por montar de un Jiguli. En la sección de soldadura, unas obreras distribuyen bollos y leche.

Más del 40% de las empleadas son mujeres. En el comedor de la empresa cada día comen 35.000 obreros por menos de medio rublo (100 pesetas) cada uno. En los talleres abundan los letreros políticos y las invitaciones a incrementar la producción. En los vestuarios masculinos, tan sólo una pancarta cuelga del techo: "Guerra al alcoholismo".

Aunque la fábrica de Togliatti está a la vanguardia de la industria automovilística de la URSS, fuentes italianas informadas señalan que la empresa responde ya a una concepción antigua en los países industrializados con economía libre de mercado, ya que el porcentaje de trabajo manual es demasiado elevado en la VAZ. El Fiat 124 estaba a la vanguardia de la producción italiana cuando se montó la VAZ, pero ahora se ha quedado anticuado.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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