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Industria aprueba una subida de la luz del 2,6% para los hogares

Las tarifas del gas natural se congelan para siete millones de consumidores

Industria aprobó ayer una subida del 2,64% a partir del próximo 1 de enero para la llamada tarifa de último recurso (TUR) a la que están acogidos alrededor de 18,5 millones de usuarios de electricidad. La TUR se aplica a los usuarios con potencia contratada inferior a los 10 kilovatios que no hayan contratado por su cuenta en el mercado libre. No subía desde julio pasado (2%).

El incremento, que en el conjunto de 2009 fue del 5,5% para los usuarios domésticos (hubo subidas en los meses de enero y de julio) no afectará ni a los usuarios acogidos al bono social (tres millones de clientes) ni a los que tengan contratada la tarifa de discriminación horaria (la antigua tarifa nocturna, que afecta a 1,1 millones). Así, estarán exentos del aumento los hogares con consumos mínimos, con una potencia contratada inferior a tres kilovatios siempre que se trate de la primera residencia; las familias con todos los miembros en paro; perceptores de pensiones mínimas y familias numerosas.

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Sumando el efecto de estas tres tarifas la subida media se reduciría al 2,2%, según aclaró ayer el Ministerio de Industria.

El aumento de enero ha estado precedido de una cierta polémica, ya que el sistema para determinar las tarifas es mixto. Parte depende de Industria y parte, del juego del mercado, con subastas que fijan el precio del kilovatio para meses. En la parte que toca al Gobierno, Industria decidió un aumento de las llamadas tarifas de acceso -las que pagan los costes fijos, el transporte y la distribución- del 14,25% para los hogares y de más del 22% para los grandes consumidores. Con esa subida, y a falta de que se celebraran las subastas de energía, todo apuntaba a un fuerte incremento de los precios en 2010.

Finalmente, en un año de crisis, la subida decidida, con precios del kilovatio a la baja, ha sido moderada: un 2,64%. Pero ese incremento puede que no sea el último del año. Las tarifas pueden ser revisadas -y lo son- cada tres meses. El pasado año, cuando la crisis arreciaba, el Gobierno adelantó que la revisión sería para el semestre. Si se mantiene el criterio, podría haber una nueva revisión en julio. En el peor de los casos, cabe la posibilidad de que haya subidas trimestrales.

Pese a que el incremento de tarifas aprobado ayer está muy por debajo de lo que se llegó a estimar por muchos expertos, la polémica está servida. En el plano de la política, porque el PP rechaza totalmente cualquier aumento de precios. Y en el plano de los consumidores porque se destaca que la subida, aparentemente moderada, casi triplica la inflación prevista para el cierre del año 2009 (1%), marcado también por un importante descenso de la demanda de electricidad.

El secretario de Economía y Empleo del PP, Álvaro Nadal, denunció ayer que la subida de enero aprobada por el Gobierno "condena a agonizar" a más sectores industriales y de servicios, y retrasará la salida de la crisis. Además, pone casi imposible la firma de un pacto por la energía que le ofreció el PP al Gobierno, y que estaba condicionado a que no hubiera ningún aumento.

Con la liberalización total del mercado, en julio pasado, todos los usuarios pueden elegir a qué compañía comercializadora compran la electricidad tras comparar ofertas diversas. Para quien prefiere mantener el contrato de siempre, no hay consecuencias. Sigue pagando a su compañía de siempre, sólo que a través de una empresa comercializadora creada al efecto por su distribuidora.

Sólo habrá consecuencias para los clientes con potencias contratadas superiores a los 10 kilovatios, generalmente pequeñas empresas y establecimientos. Si esos clientes no se mueven y contratan por su cuenta en el mercado libre, la factura eléctrica se les encarecerá un 5% por trimestre.

La buena noticia es que las tarifas del gas natural se congelan para los siete millones de clientes domésticos. No obstante, podrían subir a lo largo de 2010, ya que su revisión es también trimestral.

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