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Reportaje:Economía global

Italia atraviesa el desierto

El país transalpino trata de dejar atrás lo peor de la crisis, cuyas secuelas serán dolorosas

Italia empieza a atisbar señales de que lo peor del temporal ha pasado, de que el momento más bajo de la crisis se está dejando atrás. Estas señales llenan de optimismo al Gobierno de Silvio Berlusconi, pero no convencen a trabajadores y empresarios, que ven por delante un año todavía más complicado que el anterior.

Lo malo es que la tormenta puede haber pasado, pero sus consecuencias se dejarán sentir durante mucho tiempo. Durante el último año, la economía italiana ha dado un gran paso hacia atrás y ha vuelto a los niveles de 2001. Para recuperar el crecimiento anterior a la crisis harán falta al menos cuatro años, y durante este tiempo miles de empresas correrán el riesgo de desaparecer.

Para recuperar la renta 'per cápita' de 2007 habrá que esperar hasta 2018
Berlusconi repite una y otra vez que la crisis es sólo "psicológica"

El mayor sindicato de Italia, CGIL, calcula que un millón y medio de pymes se encuentran en la dramática situación creada por las dificultades para acceder al crédito. La patronal, Cofindustria, calcula que entre 2008 y 2010 se perderán 700.000 puestos de trabajo y que la tasa de desempleo subirá desde el 6,7% del año pasado hasta el 9,5%.

Ante este panorama, Berlusconi, en la apertura de una feria textil en Milán esta semana, volvió a hacer gala de su proverbial optimismo. Dijo que Italia está en la fase "conclusiva" de la crisis y reiteró su eslogan favorito: que la crisis es sobre todo "psicológica".

La patronal no lo tiene tan claro. Prefiere no echar las campanas al vuelo y, aunque en su último informe de coyuntura, recién publicado, reconoce que "la recesión ha quedado atrás", considera que la recuperación económica será "lenta, larga e insidiosa" y que las consecuencias "se dejarán sentir durante mucho tiempo". Incluso cree que algunos sectores no se recuperarán jamás.

Para intentar salir lo más rápidamente posible del túnel, la presidenta de los empresarios, Emma Marcegaglia, ha tendido la mano a la CGIL, con la que tuvo un sonoro enfrentamiento hace unos meses por el nuevo convenio colectivo que quiere implantar la patronal. Los empresarios reclaman reformas estructurales profundas, ayudas a la producción y menor presión fiscal.

Sin embargo, el ministro de Economía, Giulio Tremonti, que ha aprovechado los primeros días para pasearse por diversos foros económicos -criticando a los bancos y a los economistas-, no tiene en cartera grandes cambios porque considera que la situación no es propicia. "Si estás fuera de la crisis puedes diseñar el futuro, si estás dentro debes atravesar el desierto", ha dicho Tremonti en relación con las reiteradas peticiones del Banco de Italia para que reforme el mercado de trabajo, mejore la formación y controle la deuda pública, que este año alcanzará el 114,8%.

La deuda italiana, la tercera mayor del mundo, ha condicionado la actuación del Gobierno para frenar la crisis. Durante el último año se han aprobado medidas anticrisis -ayudas a las rentas más bajas, aplazamiento del pago del IVA, rebaja del impuesto de sociedades...- que para la oposición no son suficientes. El Partido Demócrata considera que el Gobierno se ha limitado a "mover el dinero entre las distintas partidas del balance", por lo que el efecto real en la economía ha sido "cero".

La mayor preocupación son ahora quienes se han quedado sin trabajo y sin prestaciones sociales y el millón de trabajadores que, según la CGIL, podrían engrosar el paro durante el próximo año. El número de empresas en dificultades ha aumentado, como señala el alza en un 553% de los expedientes de regulación de empleo temporales. Esta situación empeorará si los bancos se empeñan en poner dificultades a la hora de conceder créditos a las empresas, como ha denunciado el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi. La presidenta de la patronal también ha lanzado una alarma en este sentido y pide a los bancos que no aprieten ahora que las empresas van a necesitar más financiación.

El economista y diputado del PD Antonio Misiani pinta un escenario bastante tenebroso: "Italia ha echado marcha atrás 10 años". Para alcanzar el nivel de riqueza per cápita de 2007 habrá que esperar hasta 2018. "El tiempo de recuperación será el peor de las grandes economías del mundo y netamente superior al de la zona euro", subraya. -

Recogida de uvas en la región toscana de Chianti.
Recogida de uvas en la región toscana de Chianti.AFP

Dualidad Norte-Sur

En los próximos meses, Italia se prepara para afrontar el proyecto de ley de la fiscalidad federal, el más reclamado por la Liga del Norte, y que ya recibió el visto bueno de la Cámara de Diputados. El ministro de Economía lo ha definido como la "madre de todas las reformas" porque sostiene que el principal problema del país es "la cuestión meridional" y la "excesiva dualidad norte-sur".

Entre los aspectos más polémicos del proyecto destaca la diferenciación salarial entre el norte y el sur del país, una propuesta que no convence a los sindicatos, pero que el ministro para la Simplificación, Roberto Calderoli, define como una medida necesaria y "de absoluto sentido común".

El secretario confederal de CGIL, Agostino Megale, alerta contra el engaño en el que pueden caer los trabajadores, sobre todo los del norte: "Lo que se propone no es la subida de los salarios en el norte, sino la rebaja de los del sur, que ya son un 16% más bajos". El resto de sindicatos tampoco lo ve con buenos ojos y señala que el coste de la vida en el sur resulta, en muchos sectores, entre ellos la sanidad, superior al del norte, siempre tan alabado por los ministros de la Liga. -

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