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Kirchner deroga el decreto que forzó la dimisión del presidente del Banco Central

El polémico Decreto de Necesidad y Urgencia creaba el llamado Fondo del Bicentenario, encargado de hacer frente a pagos de deuda con reservas del Banco Central

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha anunciado que ha derogado el polémico Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) por el que se creaba el llamado Fondo del Bicentenario, encargado de hacer frente a pagos de deuda con reservas del Banco Central. El decreto provocó un serio enfrentamiento con el presidente del Banco Central, Martín Redrado, que se vio obligado a dimitir a finales de enero pasado.

La presidenta, sin embargo, no ha renunciado al uso de esas reservas (4.000 millones de dólares han sido transferidos mismo en virtud de otro decreto, según el ministro del Interior) y se ha limitado a señalar que se crearía una comisión bicameral que se encargará en el futuro del seguimiento de la política de desendeudamiento del Gobierno. Argentina, dijo, tiene un problema estructural, el pago de una deuda creada por el default de 2001, y debe encontrar la manera de reducir las altísimas tasas de interés que pagan y el elevado índice riesgo-país.

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Cristina Fernández de Kirchner ha inaugurado la sesión ordinaria del Congreso (Cámara de Representantes y Senado, en las que el kirchnerismo no tiene mayoría por primera vez desde 2003) con un duro discurso contra los creadores de una "Argentina mediática y virtual",en la que todo es un desastre, y que se opone a la Argentina real, en la que se han realizado importantes avances. Todo su discurso ha girado en torno a esa diferenciación y en un duro ataque contra los medios de comunicación y los jueces que aceptan, aseguró, la judicialización de la política.

La oposición, que no tiene derecho a intervenir en el misma sesión, acogió favorablemente la derogación del DNU inicial, pero criticó duramente que se haya aprobado otro que, a su parecer, tiene los mismos defectos. En los pasillos y ante los medios de comunicación, se criticaba también la negativa de la presidenta a aceptar que la realidad económica es mucho menos brillantes de la que ella maneja y su empeño en atribuir a los medios de comunicación todos los males del país.

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