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La crisis del euro

Lagarde admite que queda por recuperar la confianza del mercado en Europa

La directora del FMI advierte de que las turbulencias pueden resurgir fácilmente

Un acto de coraje sin precedentes. Así calificó Christine Lagarde el acuerdo logrado la semana pasada por los líderes europeos para rescatar a Grecia. Pero ahora lo que queda es que los mercados se convenzan. Si no, advierte, "las turbulencias pueden resurgir fácilmente". Fue el primer comentario público desde que asumió el mando del Fondo Monetario Internacional.

La exministra francesa habló en Nueva York en un desayuno organizado por el Counicil on Foreign Relations, en el que participaron representantes de los grandes bancos de Wall Street. "Sigo en modo de escucha y aprendizaje", señaló la abogada, en un tono distendido. "Para ser efectivos, hay que entender bien los retos a los que nos enfrentamos", añadió.

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A partir de ahí, enumeró los desafíos que tiene por delante. El primero, la crisis de la deuda soberana en Europa y EE UU. Gran parte del problema fiscal europeo, dijo, es consecuencia del hecho de que hay una unión económica y monetaria "incompleta". Pero dejó claro ante los presentes que el pacto del viernes muestra que se cree en la zona euro.

"Si eso convence a los mercados, está aún por ver", reconoció Lagarde, por eso cree prioritario que ahora se apliquen los compromisos acordados y que se haga "con rapidez". De esa manera se eliminará la incertidumbre que sigue generando el rescate a Grecia y su efecto contagio al corazón de Europa. Los gobiernos europeos, dijo, no cuentan con el lujo del tiempo.

El problema de la deuda, dijo la directora gerente del FMI, hay que afrontarlo con la mente abierta. Y en ese punto, y mirando también al reloj, se refirió a la crisis fiscal en EE UU. La valentía que mostraron los líderes europeos la espera ahora de Washington a la hora de elevar el techo de la deuda. Si no, las consecuencias del impago serán muy severas.

Pero Lagarde dejó claro que el problema fiscal estadounidense no se resuelve solo con un acuerdo a la hora de ampliar el margen que tiene el Tío Sam para pedir prestado. Hay que afrontar a medio plazo el reto del doble déficit fiscal y exterior. "Ningún país puede tener un crecimiento sostenido con ese nivel de desequilibrio", remachó Lagarde.

La directora del FMI insiste que unas finanzas saneadas son clave para un crecimiento solido, sostenido y equilibrado. Pero también señaló que nada de esto se puede conseguir sin la creación de empleo. Un mensaje que dirigió a EE UU y a Europa. Por eso va a colocarlo en el centro de las políticas del organismo. Así de paso se hace frente al reto de la inestabilidad social.

Respecto al funcionamiento del organismo, dijo que asume el puesto con la "mentalidad abierta" y cree que para que el FMI sea efectivo debe ofrecer un análisis de "calidad" a sus socios y no estar encorsetada por doctrinas. Es decir, está abierta a reconsiderar las políticas seguidas hasta ahora para acomodarse a la realidad de cada país y usar la herramienta adecuada.

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