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Larry Page desplaza a Schmidt y retoma el mando de Google

El buscador se enfrenta a nuevos rivales como Facebook

El chico ya ha madurado lo suficiente para demostrar que puede hacerse cargo de la gestión diaria de la compañía. Larry Page se coloca hoy el casco de consejero delegado de Google, que le arrebata a Eric Schmidt tras una década al frente del gigante de Silicon Valley, que en la nueva era digital se enfrenta a la competencia de nuevos rivales, como Facebook, Twitter o Groupon.

El relevo se anunció el pasado 20 de enero, coincidiendo con la presentación de los resultados de cierre de ejercicio. Sergey Brin, el otro cofundador, se dedicará a proyectos estratégicos, en concreto al desarrollo de nuevos productos. Mientras que Schmidt desempeñará desde ahora las funciones de presidente ejecutivo de la firma de Mountain View.

Sergey Brin, el otro cofundador, será el encargado de nuevos productos
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La visión e inteligencia de Page, de 38 años, nadie las discute. Y bajo la batuta del anterior consejero delegado tuvo tiempo de prepararse para liderar una compañía que es mucho más que un buscador, capaz de generar 29.300 millones de dólares (21.000 millones de euros) en ingresos. Pero el gran examen llega ahora, cuando además de buenas ideas tendrá que dar la cara ante los inversores con argumentos y resultados.

La realidad está cambiando mucho y rápido en el universo tecnológico, con la irrupción de nuevos dispositivos móviles y las plataformas sociales. A los competidores tradicionales, como Microsoft, Apple o Yahoo!, se le suman jóvenes actores que luchan por pegar bocado a la suculenta tarta publicitaria en Internet, de la que Google se lleva ahora el mayor trozo.

La rápida expansión de Google está empezando, además, a llamar también la atención de los reguladores de la competencia, como la denuncia que le acaba de presentar Microsoft. Y como le pasó a la firma de Bill Gates, es algo que Larry Page deberá cuidar muy bien en la nueva etapa que afronta la compañía, para no toparse con distracciones excesivas que le pongan en desventaja frente a rivales que le pueden comer el terreno.

Google fue fundada en 1998. Aparte de la corta frase del comunicado con el anuncio el relevo, Page dijo poco más desde entonces. Lo único que deja claro es que no quiere que sus 30.000 empleados sean víctimas de la complacencia y que meterá la tijera a la burocracia, para ser más ágiles a la hora de elaborar productos que le permitan seguir dominando Internet.

Page ya estuvo al frente de Google hasta que en 2001 optó por dejar las riendas en manos de Schmidt. Había cosas del trabajo de jefe que no encajaban con su personalidad. Lo que se preguntan en Wall Street es si tendrá la capacidad para gestionar la compañía más poderosa en Internet y, sobre todo, ver qué partes del negocio prioriza y qué proyectos dejará morir.

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