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Magna pacta con la Opel británica y mantiene los recortes para España

La compañía canadiense acepta celebrar más reuniones tras negociar con Sebastián durante 11 horas sin resultados el futuro de la planta de Figueruelas

La compañía austro-canadiense Magna International Inc. y su aliado ruso, el banco Sberbank, están a punto de hacerse con el 55% de la filial de General Motors (GM), Opel. De hecho, según anunció el consejero delegado de GM, Fritz Henderson, la firma de la operación podría realizarse esta misma semana. Pero Magna, en lo que se refiere a España -adonde su consejero delegado Sigfried Wolf se trasladó ayer a negociar el futuro de Opel- parece no tener prisa en calmar las aguas.

Sindicatos y Administración tratan de evitar, hasta ahora sin éxito, el anunciado recorte de 1.350 de los 7.200 empleos de la fábrica de Opel en Figueruelas (Zaragoza). Ayer, tras 11 horas de reunión "decepcionante" en el Ministerio de Industria en Madrid, según los sindicatos, sólo se acordó seguir con los contactos.

Los sindicatos de Reino Unido logran un acuerdo para evitar despidos

No sucede lo mismo en el caso del Reino Unido. El aquel país, Magna se ha movido con más celeridad y los sindicatos -Tony Woodley, del sindicato Unite- anunciaron un acuerdo para limitar la reducción de empleo prevista, 1.200 trabajadores de un total de 5.500, a 600 bajas voluntarias. A cambio, los trabajadores de Opel Vauxhall en las plantas de Ellesmere Port y Luton, aceptan congelar su salario durante dos años. El acuerdo fue anunciado por la BBC y en la tarde de ayer estaba pendiente de confirmación por Magna.

En España, el panorama era más sombrío. Tras más de 11 horas de reunión con el ministro de Industria, Miguel Sebastián, los sindicatos y representantes del Gobierno autónomo de Aragón, el futuro del empleo en la fábrica de Figueruelas estaba tan amenazado como lo estaba un día antes.

Según los sindicatos, Magna no había modificado prácticamente su plan industrial. Únicamente, explicó el presidente del comité de empresa, José Juan Arceiz, hubo un pequeño movimiento: frente a la propuesta de trasladar la producción del nuevo Opel a Alemania a partir de 2013, se matizó que la medida afectará a la versión tres puertas. La versión cinco puertas se fabricará, de forma compartida, entre Figueruelas y Eisenach (Alemania). Ante la posición de Magna, y tras ocho horas de conversaciones, los sindicatos abandonaron la reunión. Arceiz incluso esgrimió la posibilidad de emprender movilizaciones.

Quien no se levantó de la mesa fue el ministro Miguel Sebastián. Está mucho en juego y su apuesta, en defensa del empleo en Figueruelas, ha sido fuerte. Como perfecto anfitrión, invitó a comer a Wolf y a los dos preocupados consejeros aragoneses presentes en la reunión, el de Industria, Arturo Aliaga, y el de Economía, Alberto Larraz.

De la sobremesa, surgió algo positivo. El diálogo no está roto definitivamente y hoy habrá nuevos contactos entre la dirección de Magna y los sindicatos, probablemente en Zaragoza, para tratar de acercar posiciones. Todo para evitar que España se convierta en una excepción en el conjunto de la operación de venta de Opel al consorcio Magna-Sberbank.

Los representantes de los trabajadores, señaló ayer CC OO, seguirán "defendiendo" la viabilidad de la planta zaragozana y solicitarán de nuevo a Magna que "tenga en cuenta sus variables económicas y de rentabilidad".

Al término de la maratón de reuniones, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, trató de resaltar elementos positivos del encuentro. Según explicó, sin detallarla, Magna habría presentado una nueva propuesta industrial que aseguraría el futuro de la planta de Opel en la localidad zaragozana de Figueruelas para un periodo de entre cinco y 10 años.

Pero a Sebastián se le notó el disgusto al añadir que al Gobierno español le siguen sin gustar los planes a largo plazo. Especialmente si no garantizan el empleo presente.

Miguel Sebastián, a la izquierda, conversa con el consejero delegado de Magna, Sigfried Wolf.
Miguel Sebastián, a la izquierda, conversa con el consejero delegado de Magna, Sigfried Wolf.REUTERS

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