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La crisis del euro

Merkel, Sarkozy y Trichet acercan posiciones antes de la reunión sobre Grecia

Termina el encuentro entre los dirigentes europeos para consensuar una posición en el encuentro de hoy. -La alemana dice que confía en que los países de la UE lleguen a un acuerdo. -Barroso advierte que la situación es "muy grave" y pide responsabilidad

En la víspera de la cumbre extraordinaria de los líderes europeos para encontrar una solución a la crisis griega, Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se han reunido en Berlín. El encuentro, que ha tenido lugar en medio de fuertes turbulencias en los mercados durante las pasadas jornadas, se ha cerrado sin declaraciones sobre su contenido, pero con indicios de consenso, según medios alemanes.

En la reunión del jueves la UE intentará frenar la escalada de incertidumbre en los mercados para no poner en peligro la recuperación económica de Europa y del resto del mundo. Tras la conversación de esta noche, que fue convocado el martes tras una conversación telefónica entre ambos líderes, el presidente francés viajará desde Berlín a Bruselas junto con la canciller para asistir a la reunión de los líderes europeos.

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, se unió a última hora a la cita, según una fuente diplomática citada por AFP. La reunión se consideraba de vital importancias para cerrar un acuerdo entre los líderes de los países de la zona euro, divididos hasta ahora por el papel que debe adoptar el sector privado -banca y aseguradoras, principalmente- en el segudo plan de ayuda heleno. Las miradas reposan sobre Alemania, cuya canciller, Angela Merkel, rebajó el martes las expectativas asegurando que nadie debe esperar de la reunión "un avance espectacular".

La dirigente alemana dijo la tarde del miércoles, según un portavoz, que espera que los líderes alcancen el jueves un pacto para un nuevo rescate a Grecia. "Tenemos mucha confianza en que mañana se encontrará una solución positiva y sensata", ha afirmado el portavoz de la canciller Steffen Seibert, quien sin embargo ha insistido en que la participación del sector privado en el rescate sigue siendo para ellos una prioridad. El Gobierno de la primera economía de Europa se ha mantenido hasta ahora en su postura de no aceptar una solución que no contemple la implicación forzosa del sector privado. Por su parte, Barroso se ha decantado por afrontar la cumbre con una voluntad constructiva. "Los líderes deben llegar a la reunión diciendo lo que pueden hacer, lo que quieren hacer y lo que harán; no lo que no pueden hacer o lo que no harán. Es lo que les pido", ha dicho el portugués en una breve declaración a la prensa sin admitir preguntas.

Su petición no solo se dirige a Alemania, sino a todos los agentes participantes, incluido el Banco Central Europeo (BCE). "Pido a todos los líderes que muestren la ética de la responsabilidad europea". "Hay también una responsabilidad del BCE. La solución exigirá que todos los actores asuman plenamente su responsabilidad", ha enfatizado.

El presidente de la Comisión se ha sumado a las voces que piden responsabilidad a políticos e instituciones para afrontar la reunión del jueves. El jefe del Ejecutivo comunitario ha realizado un llamamiento similar al que hizo el martes el Fondo Monetario Internacional (FMI), advirtiendo que "la situación es muy grave y exige una respuesta o, de lo contrario, las consecuencias negativas se sentirán en todos los rincones de Europa y más allá".

Cita con Papandreu

Además el presidente de la Comisión, que el jueves tiene previsto un encuentro con líder griego, Giorgos Papandreu, antes de la gran cita, ha recordado lo que supone la moneda única para Europa: "El euro es un de nuestros mayores activos. Sus beneficios superan ampliamente el esfuerzo que se exige a los Estados miembros en los diferentes bandos de la negociación. No nos lo podemos tomar a la ligera o de lo contrario la historia juzgará a esta generación de líderes con dureza."

Papandreu también ha hecho su llamamiento. "Los mercados están diciendo con más fuerza lo que yo estoy diciendo también: que recia está haciendo lo que puede, pero esa grecia no va a ser capaz de soportar el peso de toda Europa y de todos los problemas que Europa tiene", ha asegurado.

Distintas estrategias

Altos responsables de la eurozona seguían el miércoles en Bruselas dando vueltas a potenciales soluciones creíbles, sin perder de vista la irrenunciable exigencia de Merkel de que el sector privado intervenga en la nueva operación de rescate de Grecia. Tal demanda podría desencadenar una reacción negativa de las agencias de calificación, que ven en la jugada una suspensión de pagos enmascarada. Las tres opciones que barajan los expertos tienen consecuencias, que tratan de evaluar. Un aplazamiento del cobro de la deuda por parte de los acreedores podría muy bien ser sancionado por las agencias de calificación, según informa Ricardo Martínez de Rituerto.

Como alternativa se abre paso la posibilidad de que Grecia compre su propia deuda con ayuda de los préstamos europeos, aprovechando que el coste de la deuda griega en los mercados es ahora muy asequible, lo que permitiría reducir la carga. Una tercera posibilidad es crear un impuesto bancario en la eurozona, en la que Francia ve la ventaja de que no hacer intervenir directamente a la banca en el plan de salvamento heleno y, gracias a ello, permite escapar al estigma de la suspensión de pagos. Contra esta opción se han alzado, como cabía esperar, los responsables del sector bancario europeo.

En Alemania, el sector bancario apunta que si los líderes políticos están pensando en crear un impuesto especial debería ser para todos los europeos y no solo para los bancos; en Francia, el presidente de la patronal bancaria, François Pérol, recurrió a la ironía: "Estamos en Europa, así que lo más probable es que la solución al problema sea un impuesto".

Los llamados "cinco sabios", los economistas de alto nivel que aconsejan al Gobierno alemán, no se andan con paños calientes y proponen directamente una suspensión de pagos radical. "Sería deseable una quita de alrededor del 50% sobre las actuales obligaciones", escriben en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. "El endeudamiento de Grecia bajaría así del 160% al 106%" del producto interior bruto, explican.

Todas estas teorías, soluciones, ambigüedades, confusiones y vaivenes tienen nerviosos no sólo a los mercados. El FMI también se queja de la falta de un plan de acción coherente por parte de los socios europeos y, en consecuencia, alerta de que la situación podría "tener consecuencias completamente inesperadas".

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