_
_
_
_
_

Merkel urge a la UE a que acuerde un plan para recapitalizar la banca

La canciller pide que el próximo Consejo Europeo fije criterios comunes - Francia y Bélgica admiten que tendrán que asumir más compromisos en Dexia

La crisis de Dexia ha enfrentado a Europa a la realidad. La necesidad de la recapitalización de los bancos europeos ha dejado de ser un debate más o menos teórico entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las autoridades europeas. La canciller alemana, Angela Merkel, dejó ayer bien clara la situación. Hay que recapitalizar los bancos europeos que lo precisen, hay que hacerlo deprisa y Alemania está lista para ello. En su comparecencia junto al presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, la canciller fue muy explícita: "Si aceptamos que hay una constatación común de que los bancos no están suficientemente capitalizados en las actuales circunstancias", dijo Merkel, "Alemania está preparada para avanzar hacia la recapitalización".

La autoridad bancaria estudia la necesidad de capital si empeora Grecia
Moody's avisa de que países sin AAA, como España, tienen riesgo de rebaja
Más información
El coste de no tener a un tipo como Trichet
El FMI reclama al BCE que amplíe la compra de deuda
Barroso propone una acción coordinada para recapitalizar a la banca
Alemania y Francia acuden divididos a la reunión del domingo sobre la banca
Sarkozy y Lagarde analizan en París la crisis de la zona euro

La canciller dejó muy clara la posición individual de Berlín, aunque aceptó cierta coordinación al afirmar que "necesitamos criterios comunes, disponemos de muy poco tiempo y tenemos que tomar una decisión pronto". Merkel apuntó al próximo Consejo Europeo de los días 17 y 18, como el marco adecuado para unificar criterios entre los distintos países y la Comisión Europea. "Si necesitamos discutir esto [la recapitalización] en la cumbre estamos dispuestos a hacerlo".

Las negociaciones para sanear las instituciones financieras proseguirán hoy en Berlín donde se celebrará una reunión de la cúpula de autoridades económicas mundiales a la que asistirán la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, y el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet. En el encuentro se analizará la situación del euro y las reformas en marcha del sistema financiero, que hasta ahora han tenido un alcance muy limitado, se preparará la próxima reunión del G-20 y, sobre todo, se abordará la situación de Grecia. Merkel no descartó la posibilidad de que la quita a la deuda de Grecia sea superior al 21% acordado el pasado julio, para hacer más viable la salida de la crisis a Grecia, pero precisó que habría que esperar el informe de la troika (Comisión, FMI y BCE) para tomar decisiones.

La crisis del banco franco-belga Dexia ha puesto de relieve lo insuficientes que resultaron las pruebas de resistencia a la banca del pasado julio, que no conteplaron una eventual quita en el pago de los bonos griegos. Ahora, la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) tiene el mandato de analizar país por país cuánto capital adicional necesitarían los bancos en el caso de la depreciación de los bonos griegos, según publicó ayer la edición on line de Financial Times citando fuentes involucradas en el proceso. Estas recalcaron que esta actuación no implica que se estén preparando para una suspensión de pagos de Grecia, sino una forma medida de precaución para acelerar las negociaciones para recapitalizar la banca.

La urgencia para reforzar el capital de los bancos se vio activada ayer por los nuevos malos presagios de la agencia de calificación Moody's, en un informe en el que indicaba que "todos los países del euro menos aquellos que tienen la máxima calidad crediticia es probable que sufran una presión contra sus calificaciones". Por tanto, "se espera que unos pocos países que tienen una nota inferior a AAA [la más alta posible, el equivalente a una matrícula de honor] logren mantener sus ratings". España, cuya calificación es la tercera más alta posible con una Aa2, está en el grupo de países que ha perdido su matrícula de honor a lo largo de la crisis.

Pero los malos augurios de la agencia de calificación fueron contrarrestados por la inequívoca señal lanzada por Merkel, que cuenta con el apoyo de otros países, para aumentar el capital hasta los niveles que lo precisen y el apoyo del FMI. Ayer, por una vez, los políticos y los funcionarios ganaron a los mercados. Todas las grandes Bolsas europeas subieron y las primas de riesgo (el diferencial en el interés que pagan los distintos países por el bono a 10 años respecto a Alemania) se relajaron.

A pesar de que Moody's había rebajado el pasado martes la nota de solvencia de Italia en tres escalones, la prima de riesgo de este país bajó ocho puntos básicos, hasta acabar en 368. La española también mejoró, con una disminución de 12 puntos, hasta los 324. Solo la belga, afectada por Dexia, subió cinco, hasta los 216. Fráncfort lideró las subidas de las bolsas europeas con un 4,73%, seguida de París, con el 4,25%. La italiana avanzó un 3,94% y el español Ibex recuperó un 3,06%. El dólar apenas se movió de los 1,33 dólares. Wall Street también subió. El índice S&P creció un 1,79%, el industrial Dow Jones un 1,21% y el tecnológico Nasdaq un 2,32%.

Los políticos belgas y franceses empiezan a admitir que deberán asumir más compromisos para salvar a Dexia. El ministro de Economía francés, François Baroin, reconoció que no habrá más remedio que desmantelar de Dexia, el banco semipúblico belga-francés especializado en prestar a los organismos locales y primetió que en breve las autoridades de ambos países darán "una respuesta muy importante" a las entidades locales que temen por su financiación.

Pese a las nuevas llamadas a la calma de París y Bruselas, el primer derrumbe bancario de la zona euro tras el estallido de la crisis de la deuda soberana ha provocado enorme inquietud entre los ahorradores belgas, que según informó ayer el diario Die Tijdt retiraron el martes 300 millones de euros de sus depósitos del banco.

París asumió con una extraña calma aparente el nuevo salvamento de Dexia, un gigante del tamaño del BBVA que ya tuvo que ser rescatado en 2008 por su implicación frontal en la fiebre de las hipotecas basura; Francia y Bélgica podrían perder los 6.500 millones aportados entonces, y ahora deberán garantizar los cerca de 95.000 millones de activos problemáticos o tóxicos que se calcula mantiene el banco, que posee al menos 21.000 millones en bonos soberanos griegos depreciados en más de un 50%.

El ministro Baroin dio a entender que Dexia se partirá en dos trozos, y que la actividad de préstamo a los organismos municipales franceses será asumida por París a través de dos instituciones estatales, la Caja Francesa de Depósitos y la Banca Postal. "Ese es el camino más serio", dijo Baroin a la radio RTL, "estamos trabajando en una solución sólida y estructurada, y esa parte es la que mejor conocemos".

Algunos medios hablaron de "liquidación ordenada"; otros de "quiebra" y de "venta rápida de los activos sanos", otros como Le Monde, de "muerte anunciada". "Dexia jugó un juego muy peligroso al incitar a regiones, provincias y Ayuntamientos a avalar productos estructurados, es decir, créditos complejos, opacos, aleatorios, especulativos", señaló el editorial del diario. El Ejecutivo belga respaldó el martes la creación de un banco malo para agrupar los activos nocivos y dar un respiro al banco. El primer ministro belga en funciones, Yves Leterme, insistió en que Bélgica junto a Francia garantizará la continuidad de la entidad.

Merkel junto a Barroso, durante la comparecencia de ayer tras reunirse en Bruselas.
Merkel junto a Barroso, durante la comparecencia de ayer tras reunirse en Bruselas.YVES LOGGHE (AP)

La agenda de Cinco Días

Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_