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La Policía arresta a un joven de 31 años por el fraude de 1.500 millones en UBS

El banco suizo aumenta su lista de problemas y confirma un agujero en sus cuentas por operaciones no autorizadas de un agente en los mercados

El banco suizo UBS ha confirmado hoy que ha descubierto unas pérdidas por valor de alrededor de 2.000 millones de dólares (1.456 millones de euros al valor actual) en operaciones no autorizadas de uno de sus operadores de la banca de inversión. La entidad ya avisó al presentar sus resultados hasta junio de que, en lo que quedaba de año, sus beneficios se iban a resentir por unas "medidas adicionales de ajuste" que, precisamente, ascendían a 2.000 millones de euros sin dar más detalles. A media mañana se ha conocido que un agente de Bolsa de 31 años, Kweku Adoboli, ha sido detenido en Londres sospechoso de ser el presunto autor de estas operaciones.

El arresto ha tenido lugar a las 03.30 de la pasada madrugada, hora local en Reino Unido, en el centro de Londres. Según informa la Policía, el detenido es "sospechoso de fraude por abuso de posición". Actualmente, Adoboli se encuentra bajo custodia policial y las autoridades ya han comenzado la investigación.

La entidad no descarta que el fraude le arrastre a pérdidas en el tercer trimestre

En un comunicado difundido minutos antes de la apertura del mercado bursátil suizo, el banco informó de que el presunto fraude todavía está siendo investigado, pero que hasta ahora se ha podido constatar la importancia de la pérdida originada por esta actividad, que tiene muchas similitudes con el fraude del broker Jêrone Kerviel en la entidad francesa Société Générale y que causó un agujero de unos 5.000 millones de euros.

UBS ha insistido en que es posible que esta circunstancia introduzca una importante variación en los resultados del tercer trimestre de 2011 y ha adelantado la posibilidad de que se contabilicen pérdidas.

En su breve nota, la entidad aseguró que las operaciones no autorizadas no afectaron a las posiciones de los clientes. La información tuvo un efecto inmediato en las acciones de UBS, que perdieron un 8,5 % de su valor en los primeros minutos de actividad de la Bolsa de Zúrich.

Este nuevo escándalo se suma a la cadena de problemas que ha sufrido la entidad en los últimos años. Primero, fue una de las grandes víctimas de la crisis de las hipotecas tóxicas o subprime a este lado del Atlántico. Después, sufrió un proceso judicial en Estados Unidos por ayudar a sus clientes a evadir impuestos. También afronta una denuncia por supuestas manipulaciones en el mercado en el que los bancos se prestan dinero entre sí. Y ahora, descubre un agujero equivalente a dos tercios de sus beneficios acumulados entre enero y junio. El banco cerró junio con unas ganancias de 2.822 millones de francos suizos, un 33% menos que en 2010.

Ante las dificultades que afronta a corto y medio plazo para recuperar su nivel de beneficios, UBS anunció en agosto un plan de reestructuración que prevé despedir a unos 3.500 empleados durante los próximos dos años.

Fotografía de Kweku Adoboli en su perfil de una red social.
Fotografía de Kweku Adoboli en su perfil de una red social.

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