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Telefónica no podrá votar sobre la oferta en la junta de PT

La CNMV suspende la cotización de la operadora lusa al inicio de la junta de accionistas.- La empresa española ofrece 7.150 millones de euros por su participación en Vivo

Por el momento, a Telefónica, que tiene un 2% del capital, no le está permito votar en la junta de accionistas sobre su oferta por Vivo por "conflicto de intereses". Tampoco pueden Societe Generale ni Mediobanca (entre los dos suman un 4%). La operadora española había mejorado horas antes de la asamblea su oferta por la participación que la compañía lusa mantiene en la operadora brasileña de telefonía móvil Vivo hasta 7.150 millones de euros, lo que supone 650 millones más que el importe de la oferta anterior.

Las acciones de la operadora portuguesa Portugal Telecom (PT) registraban esta mañana fuertes subidas en la apertura de la Bolsa, un 6,33% a los pocos minutos del comienzo de la negociación en el parqué lisboeta, tras haber registrado un alza del 7,7% en la apertura de la sesión. La Comisión Nacional del Mercado de Valores ha decidido suspender la cotización de sus acciones en cuanto se iniciara la junta de accionistas. A la misma ha acudido un 68% del capital, por debajo de la estimación que daba ayer la mesa de la junta, que rondaba el 75%.

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Segunda propuesta de mejora

España ganó anoche a Portugal en el Mundial de fútbol. En los negocios, por ahora van ganando los portugueses. Telefónica ha dado su brazo a torcer. La operadora española ha elevado su oferta por el 30% de la operadora brasileña Vivo que está en manos de Portugal Telecom (PT) hasta los 7.150 millones de euros. Se trata de la segunda vez que mejora su propuesta pese a que había asegurado en repetidas ocasiones que no aumentaría su última oferta de 6.500 millones, realizada el pasado 1 de junio, que ya estaba 800 millones por encima de su ofrecimiento inicial de 5.700 millones,comunicado a finales de mayo.

Esta segunda mejora, remitida a última hora de la noche de ayer a la comisión del mercado de valores portuguesa (CNVM), se produce apenas unas horas antes de que se celebre en Lisboa la decisiva Asamblea General de Accionistas de PT, que debe votar si aprueba o no la propuesta de compra de Telefónica.

En el hecho relevante remitido al regulador no se aclara si la decisión de Telefónica forma parte de un pacto con los accionistas principales de la operadora lusa, reacios a aceptar la anterior oferta de 6.500 millones en consonancia con la oposición frontal de los gestores de la operadora, aunque todo apunta a un acercamiento hacia la dirección de PT.

De hecho, en el comunicado a la CNVM, Telefónica asegura que se mantienen las otras condiciones que se pactaron a comienzos de junio con los máximos gestores de PT, encabezados por su presidente, Zenial Baba. Por ese acuerdo, Telefónica permite a PT aceptar la oferta de inmediato o entregar ahora el control de Vivo e ir vendiendo gradualmente en un plazo de tres años, al ritmo que le convenga. Eso le permitiría a PT no dejar Brasil de golpe e ir encontrando oportunidades de inversión, así como evitar el pago de un dividendo extraordinario a los accionistas por la venta. Asimismo, la española ofrecía a PT una opción de compra sobre su participación del 10% en la portuguesa (ahora en el 2% tras la venta del 8% realizada la pasada semana a accionistas internacionales). Esa opción puede ser ejercida por PT o por una tercera parte que la portuguesa designe a precio de mercado durante el mismo plazo de tres años.

Pese a ese pacto (no reconocido nunca oficialmente), los gestores, los principales accionistas portugueses (Espirito Santo, Ongoing, y Caixa General de Depósitos) y el propio gobierno portugués volvieron a presionar a Telefónica para que elevara su proposición al entender que el control absoluto de Vivo tenía "mayor valor estratégico" que el que estaban dispuestos a pagar. Y parece que esos argumentos han convencido a la operadora española que ha elevado su oferta inicial en 1.450 millones de euros. Del pacto se pasó al enfrentamiento abierto. Telefónica, incluso, llegó a amenazar veladamente con presentar una opa hostil sobre la propia PT, que en el momento de la primera oferta valía en Bolsa 6.755 millones, o disolver Brasilcel, la sociedad conjunta con PT tenedora de las acciones de Vivo.

El consejo de administración de PT no se reúne hoy, por lo que oficialmente no podrá tomar postura antes de la junta de accionistas, que serán finalmente los que decidan. Lo van a tener difícil para rechazar la oferta de Telefónica ya que valora el 30% de Vivo en apenas 300 millones de euros menos de lo que vale el 100% de todo PT, cuya capitalización bursátil a cierre de ayer era de 7.440 millones de euros.

La empresa presidida por Alierta ha debido sopesar los últimos reveses que se ha llevado por parte de los reguladores y daba por seguro que ni su participación directa del 2% en PT ni el 8% que vendió a varios inversores la pasada semana (considerado un mero aparcamiento de acciones), le iban a servir en la junta porque es más que probable que el presidente de la Asamblea, António Menezes, les denegara el derecho al voto alegando conflicto de intereses.

Ahora queda ver si el frente portugués contra la oferta, aglutinado por los gestores de la compañía, tiene asegurado más del 26% del voto, gracias a Espirito Santo, Caixa General de Depósitos y Ongoing y otros accionistas menores, cambia su voto. Y si Telefónica consigue el respaldo de los fondos y accionistas extranjeros (Brandes, UBS, Barclays, Deutsche Bank, Blackrock, entre otros).

En esta situación, la participación puede ser relevante. El diario portugués Jornal de Negocios señalaba ayer que rondará el 75%, superando el anterior récord del 66% que se logró en la junta que votó la opa hostil de Sonae. Como solo hace falta mayoría simple, a Telefónica le bastaría en ese caso el 37,6% de los apoyos. Todo se decide hoy pero Vivo está más cerca, aunque a un alto precio.

El presidente de Telefónica, César Alierta, durante la última junta celebrada en junio en Madrid
El presidente de Telefónica, César Alierta, durante la última junta celebrada en junio en MadridÁLVARO GARCÍA

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