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Problemas en la deuda soberana de la UE

Portugal teme que la crisis irlandesa le arrastre a pedir ayuda externa

El riesgo de contagio sería menor de no pertenecer a la zona euro, dice Lisboa - El BCE recuerda a Dublín que puede utilizar el fondo europeo para sus bancos

La indecisión de Irlanda para pedir ayuda a la Unión Europea para resolver sus problemas financieros está provocando serias turbulencias en la zona euro. El clima de incertidumbre está contagiando a Portugal, cuyo ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, reconoció ayer que existía un "riesgo elevado" de que su país tuviera que pedir ayuda financiera exterior. Otros países, como Italia y España, se sienten afectados por la inestabilidad en los mercados de deuda,aunque de manera mucho menos intensa. El Gobierno de Dublín se resiste a pedir ayuda a la UE por el coste político que le acarrearía en las próximas elecciones parciales.

Teixeira dos Santos lanzó ayer la voz de alarma al señalar que el riesgo de que Portugal tenga que recurrir a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener ayuda financiera de emergencia es elevado, debido al peligro creciente de contagio en los mercados financieros. "No estamos ante un problema nacional, sino que se trata de problemas de Grecia, Portugal e Irlanda", declaró al Financial Times.

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El recrudecimiento de la presión de la UE sobre Irlanda, en conversaciones con Bruselas para evaluar la situación de su deuda, amenaza con agravar la delicada situación de Portugal, ha reconocido el ministro portugués. El titular de Finanzas ha precisado que los mercados miran las economías de estos tres países en conjunto, porque todos ellos están en la zona euro. "Probablemente, la mirada sería distinta si no estuviéramos en la zona euro. El riesgo de contagio podría ser menor".

Como han hecho estos días los demás países en el punto de mira de los mercados, el ministro portugués negó que existan contactos, ni siquiera informales, para solicitar ayuda. Lo que sucede, matizó a medios portugueses, es que "la probabilidad de que Irlanda acuda al fondo de rescate europeo aumentaría la presión sobre Portugal".

Los temores de Portugal se produjeron en pleno desconcierto sobre si Irlanda seguirá o no los pasos de Grecia y necesitará el rescate de la UE. El vicepresidente del Banco Central Europeo, Vitor Constancio, lanzó una sugerencia cargada de intención al recordar a Irlanda que podía utilizar el fondo de rescate europeo para recapitalizar a sus bancos. Las autoridades irlandesas insisten en que no necesitan recursos para financiar su déficit público del 32%, hasta medidos de 2011. El problema inmediato de Irlanda no está, sin embargo, en la financiación de su deuda pública sino en cómo liquidar o reparar los bancos que tiene en bancarrota.

Los bancos irlandeses han precisado ayudas públicas directas por una cuantía próxima a los 44.000 millones de euros (34.000 millones para el Anglo Irish Bank; 7.200 para el Allied Irish Bank y 2.700 para la Irish Nationwide Building Society). No obstante, si se contabilizan todas las ayudas aprobadas por la Comisión Europea -inyecciones de capital, garantías y adquisición de activos dañados por el "banco malo" NAMA- la factura asciende a 286.000 millones de euros, superior al 170% del PIB irlandés, lo que supone unos 60.000 euros por persona. Hasta el momento, los bancos irlandeses se sostienen por la liquidez que les proporciona el BCE.

Constancio precisó que "los problemas del sector bancario irlandés no eran solo problemas de liquidez, sino también en algunos casos problemas de capital". Aunque el fondo de rescate europeo no puede prestar dinero directamente a los bancos, "el Gobierno irlandés", añadió el vicepresidente del BCE, "podría utilizar este dinero para este fin". Aseguró que las autoridades europeas han analizado la situación del país y están "dispuestas a ayudar". En este sentido, cuando el pasado 2 de mayo la UE acordó un rescate de 110.000 millones para Grecia, se autorizó a Atenas a destinar 10.000 millones al saneamiento de sus bancos. En el caso de Irlanda, la mayor parte de los fondos irían a parar finalmente al saneamiento de sus bancos, que incurrieron en todo tipo de riesgos, lo que políticamente sería más difícil de digerir para los contribuyentes.

El portavoz de la Comisión, Amadeu Altafaj, insistió de todas formas en que "la UE tiene los instrumentos necesarios para proveer de asistencia, si estos son solicitados y son necesarios". Pero recordó que las autoridades irlandesas han dejado claro que no la han pedido y que "sus necesidades financieras están resueltas hasta el verano".

El primer ministro irlandés, Brian Cowen, señaló que su Gobierno discutirá hoy las medidas adecuadas para la ayuda a las entidades bancarias del país en la reunión de ministros de finanzas de la UE. No obstante, Cowen precisó que no espera que se llegue a ningún acuerdo en concreto.

Tras la crisis de Grecia, la UE creó dos fondos para acudir en ayuda de países con problemas financieros. Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha comprometido 250.000 millones.

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