Reacción del sector bancario

La Bolsa española consiguió ayer una pequeña recuperación de la mano de los grandes valores y después de una sesión bastante convulsa.

El Ibex 35 subió el 2,13% poco después de la apertura y llegó a caer el 1,31% arrastrado por Nueva York. Al final, y gracias a una curiosa remontada de los tres grandes valores, consiguió subir el 0,38% y cerrar por encima de los 7.500 puntos.

Para algunos observadores, la reacción de los valores bancarios pudiera responder al deseo de sacudirse de encima las llamadas "posiciones a corto", mediante las que algunos fondos especulativos están apostando a la baja y presionando en esa dirección sobre el precio de las acciones. Al final del día, las acciones de los tres principales bancos españoles mejoraron desde los mínimos, pero sin conseguir alcanzar los niveles máximos de la apertura. Así, las acciones de Banco Santander subieron el 2,77%, después de llegar a subir el 5,74%. BBVA terminó con una ganancia del 2,15% tras llegar a subir el 5,39% y Banco Popular cedió el 0,27% tras una subida del 2,67%.

El mercado estaba confuso con estos movimientos, que tanto pueden significar la entrada de dinero de refresco, como un intento de asustar a los especuladores, siendo esta última opción la que contaba con más adeptos.

Los datos económicos publicados ayer, lejos de aportar novedades, incidieron en la dirección habitual, con una fuerte caída del PIB alemán en el cuarto trimestre del ejercicio pasado y un nuevo retroceso en la cifra de venta de viviendas de segunda mano en Estados Unidos en el mes de enero. Los precios industriales repuntaron en España en ese mismo mes, aunque en términos interanuales cedieron el 0,6%.

Los inversores muestran estos últimos días una gran confusión ante los vaivenes que registran los mercados y que sólo pueden explicarse por la "proximidad" de la puesta en marcha real de las medidas de apoyo en Estados Unidos. Cualquier síntoma de mejora o comentario más o menos positivo se ve impulsado por tomas de posiciones inmediatas que, a la mínima desviación, van seguidas por un rápido desmantelamiento de posiciones. En cualquier caso, se trata de la actividad de los inversores a corto, ya que los llamados "inversores finales" siguen sin acudir al mercado.