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Tribuna:Economía global
Tribuna
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Rescates bancarios

El Gobierno español aprobará probablemente en breve el desarrollo del marco jurídico que se dió en octubre, dentro del Plan de Acción concertado de los países de la Eurozona, para recapitalizar entidades financieras. Como es conocido, el caso español constituye una excepción entre las principales economías por la fortaleza relativa de sus entidades financieras en esta primera fase de la crisis. Aun cuando, como en la mayoría de los países, los bancos y cajas han gozado del apoyo del sector público en forma de financiación directa o avales para la emisión de títulos en los mercados, no han requerido aún dicho apoyo público para reforzar sus recursos propios.

Sin embargo, la primera fase de la crisis del sector financiero, determinada por las cuantiosas pérdidas generadas en las principales entidades internacionales debido al hundimiento de los precios del "crédito estructurado" (activos tóxicos) y al estrangulamiento de los mercados mayorista, está dando paso a una muy severa corrección de la actividad en una segunda fase en todo el mundo y, por ende, al aumento de la morosidad y el deterioro añadido de los balances y resultados del sector. Dado el modelo de negocio de las entidades españolas y la especificidad de la crisis en nuestro país, a diferencia del mucho más limitado impacto que tuvo la primera fase en España, estos efectos de segunda ronda se prolongarán en el tiempo con una notable intensidad, afectando negativamente a su buen posicionamiento relativo en cuanto a niveles de rentabilidad y solvencia.

En la actual crisis, los rescates bancarios que han exigido la inyección pública de capital, tanto convencional (acciones) como con instrumentos híbridos aceptables como recursos propios regulatorios, presentan tres elementos diferenciales respecto a los rasgos que en potencia pueden definir el caso español. El primero es que, en casi todos los casos relevantes, la inyección de capital público ha sido sobrevenida, sin gozar apenas los gobiernos y supervisores de margen de maniobra para poner en marcha mecanismos alternativos de ordenación y/o racionalización del sector.

El segundo es que el grueso de las entidades afectadas han sido, por las propias características de la génesis de la crisis, entidades de gran tamaño y muy activas internacionalmente; en otras palabras, entidades que en la nueva jerga supervisora cabe calificar de "sistémicas": Citigroup, Bank of America, JP Morgan, Goldman Sachs, Merril Lynch, AIG entre otras en EE UU; RBS, HBOS o Lloyds en Reino Unido; Commerzbank o HRE en Alemania; BNP, Societe Generale o Credit Agricole en Francia; UBS en Suiza o ING en Holanda, por ejemplo.

Siendo estas entidades sistémicas, en el caso español, las que sin embargo hasta la fecha han mostrado una situación más distante a tales necesidades de apoyo, el último y significativo rasgo distintivo a nivel internacional es la relativamente mayor aportación pública de capital que han necesitado (más de 450.000 millones de dólares en total hasta ahora), y que previsiblemente requirirán finalmente, los sectores bancarios de los países de nuestro entorno.

D. Manzano y D. Suárez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Afi).

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