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La salida de la crisis

La Reserva Federal comprará bonos del Tesoro para impulsar la economía

El banco central de EE UU mantendrá los tipos durante un "periodo prolongado"

Enfrentada a una economía anémica, la Reserva Federal (Fed) -el banco central de EE UU- se encontró ayer ante una difícil situación al pactar la estrategia que seguirá a corto plazo para evitar una recaída y que el país entre una espiral deflacionista de difícil salida. Para apoyar el crecimiento, introdujo un ligero ajuste en la manera en la que estructura su balance: comprará bonos del Tesoro a medida que vaya venciendo la deuda hipotecaria que adquirió para sostener la economía cuando peor estaban las cosas.

La pérdida de empleo en junio y julio evidencia la encrucijada en la que se encuentra EE UU. Las empresas no van a contratar hasta ver más demanda, y los consumidores no gastan si no tienen seguridad económica. La caída del 0,9% de la productividad en el segundo trimestre es otro signo de lenta recuperación. ¿Qué puede romper entonces este ciclo de negatividad? La autoridad monetaria fue cauta y se abstuvo de reactivar el mecanismo de recompra de activos, como pedían algunas voces. Sí hizo un gesto simbólico al anunciar que reinvertirá en títulos del Tesoro el efectivo que reciba conforme la deuda hipotecaria que tiene en balance madure. La Fed evita así que su balance encoja, modificando su estructura.

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También confirmó que los tipos seguirán excepcionalmente bajos, en torno al 0% "durante un periodo prolongado". A partir de ahí, se trataba de descifrar lo que Ben Bernanke calificó como una situación "inusualmente incierta". La Fed rebaja su visión sobre la marcha de la economía al admitir que la expansión está siendo "más modesta de lo anticipado" y que se "ralentiza".

Un estudio de la Fed de San Francisco admite que la posibilidad de que haya una recesión durante los próximos 18 a 24 meses es "significativa", mayor que la de una expansión. Un deterioro, en todo caso, que llegaría a partir del verano de 2011, y no a corto plazo, como teme Wall Street, que antes de la decisión se dejaba un 1% y que se fue recuperando conforme asimiló el anuncio.

Bernanke ya aseguró el mes pasado en el Capitolio que en la Fed están listos para dar pasos adicionales con los que estimular la economía, sobre todo si no se produce la mejora esperada en el mercado laboral. Pero cualquier movimiento debe tener en cuenta la situación política, con las elecciones legislativas cada vez más cerca en noviembre. Todo esto provoca que se tenga la sensación de que la Fed tiene un margen de maniobra muy limitado para hacer frente a una recaída. La autoridad monetaria podría seguir dándole a la máquina de hacer dinero, pero eso no haría más que elevar sus reservas (estimadas en 2,05 billones de dólares) y aplazar la retirada de estímulos activada durante la crisis.

Aunque los datos constatan que la economía no avanza por el cauce normal, ante tanta incertidumbre la Fed necesita tiempo. Pero como dice el banco central, las políticas que se adopten ahora serán decisivas para definir el patrón de crecimiento. Más adelante, quizá sea tarde.

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, durante una comparecencia el pasado julio.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, durante una comparecencia el pasado julio.REUTERS

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