_
_
_
_
_
Propiedades

Reyal Urbis refinancia su deuda de 4.600 millones

Los bancos firman el acuerdo y la promotora logra una carencia de tres años para amortizar el crédito

Semana de infarto la vivida en Reyal Urbis, la inmobiliaria presidida por Rafael Santamaría, ante la tesitura de alcanzar el segundo acuerdo de refinanciación en año y medio o verse abocado al concurso de acreedores con una deuda financiera de 4.582 millones de euros y un pasivo de 5.700 millones. Los plazos se acababan y la ansiada firma no terminaba de rubricarse , mientras se sucedíanlos contactos telefónicos y las idas y venidas entre Ayala, 3 y Rafael Calvo, 39, las sedes respectivas de la inmobiliaria y de Lazard, el banco de inversión estadounidense contratado por la promotora para abordar la negociación con las 59 entidades financieras acreedoras.

Tras el ajetreado fin de semana, el pasado lunes todo parecía estar a punto. Los diez principales acreedores firmaron y la cotización en bolsa de Reyal se disparó un 34,42%, pero el martes nueva demora y la acción vuelve a caer un 6,57%. Fue sólo un susto de última hora. "No hay ninguna posibilidad de que no se firme. Se firma seguro. Lo que ha pasado es que el lunes por la tarde uno de los bancos comunicó que no firmaría hasta el jueves", comentaba una fuente cercana a la negociación que confirmaba el hecho, certificado por el consejo extraordinario de Reyal, de que el acuerdo definitivo se alcanzaba ayer. Y así fue. Anoche, en un comunicado de la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se confirmaba.

Más información
Las inmobiliarias adelgazan para afrontar su elevada deuda

Ahora, para que el acuerdo tenga plena validez debe contar con un informe favorable de Ernst&Young -el experto independiente designado por el Registro Mercantil de acuerdo con la Ley Concursal- que certifique la viabilidad del plan de negocio presentado, así como la obtención de determinados aplazamientos de pago solicitados a la Agencia Tributaria por una deuda de 175 millones de euros.

El acuerdo extiende el vencimiento final de los 3.200 millones de euros correspondientes al crédito sindicado hasta diciembre de 2016, y fija el mes de junio de 2013 como la fecha prevista para la amortización del primer pago de este crédito, lo mismo que sucede con las financiaciones bilaterales con cada entidad financiera. La línea de liquidez, para atender necesidades de tesorería se limita a 35 millones de euros, lejos de los 150 solicitados al principio de la negocación, y se amortizará con cargo a los ingresos que se obtengan por la venta de activos.

Otro aspecto fijado en la negociación pasa por la ejecución de operaciones de compra de activos a cambio de reducir de Reyal por un importe mínimo de 400 millones de euros, una opción a la que se han adherido una decena de entidades, y se abre la posibilidad de que lo hagan las demás, en cuyo caso se llegaría a un máximo de 700 millones, con lo que esa deuda bajaría incluso de los 4.000 millones. A pesar de que en los últimos meses Reyal ha vendido tres edificios de oficinas -dos en Madris y uno en Sevilla- la empresa busca que esos activos sean suelo o promociones en curso, y no más activos patrimoniales. "Lo que se va intentar es no vender todo lo que está alquilado para seguir obteniendo ingresos por renta", asegura una de las fuentes próximas a la negociación.

Entre los activos en renta actuales, Reyal Urbis cuenta con nueve edificios de oficinas -cinco en la capital, uno en Pozuelo de Alarcón, dos en Vigo y uno en Las Palmas-; los centros comerciales ABC Serrano y La Esquina del Bernabéu (propiedad del Real Madrid), en Madrid, y Pirámides Martíanez, en Tenerife; los once establecimientos de Rafael Hoteles, y dos naves industriales en Sevilla y Valladolid.

Los bancos controlarán Castellana 200 (apoyo)

Cuatro años después de comprar a Restaura, por 222,5 millones de euros, el solar de 7.082 metros cuadrados situado entre los números 198 y 208 del paseo de la Castellana, con vuelta a la calle de Carlos Maurrás, Reyal Urbis va a perder el control del proyecto. Las seis entidades que lo financian (Santander, Banesto, BBVA, Sabadell, Banco de Valencia y Bancaja) han forzado, como condición para firmar, la constitución de una sociedad para que este activo estatégico quede desligado del proceso de refinanciación, y evitar así que, caso de la inmobiliaria se vea abocada al concurso de acreedores, el inmueble quede al margen. Las entidades tendrían el 51% de esa sociedad tras aportar 25 millones adicionales a los 170 ya comprometidos, y quedaría el 49% restante en manos de Reyal Urbis, que pondría el solar y las obras ya acometidas y mantendría su gestión.

Las obras fueron paralizadas a la vuelta del pasado verano, una vez certificada la necesidad de que Reyal Urbis tendría que volver a refinanciar su deuda ante la imposibilidad de cumplir con los compromisos adquiridos un año antes, en octubre de 2008. Inicialmente, el proyecto contemplaba una inversión de 350 millones de euros para 160 viviendas, un hotel de cinco estrellas, un centro comercial de lujo, 860 plazas de garaje repartidas en cuatro plantas bajo rasante y la torre circular de ocho plantas para albergar la futura sede de la promotora. Con la caída del mercado residencial, las cuentas empezaban a no salir y se optó por sustituir las viviendas por oficinas. Un cambio de uso que propiciaría la puesta en el mercado de unos 14.000 metros cuadrados terciario.

Ahora, la idea barajada por los bancos y cajas es que el proyecto se reanude, aunque parcialmente, para seguir sólo adelante con las oficinas y los aparcamientos, y dejar el hotel y el centro comercial para más adelante. Se matan dos pájaros de un tiro. Al acabar la obra, contarían con un activo de buena salida, tanto en venta como en alquiler, y, además, evitarían tener que apuntarse una pérdida del 100% y sólo tendría que provisionar el 30% del crédito moroso ligado al activo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_