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Rosell admite que "le gusta la música" del decreto de negociación colectiva

"La época de ligar salarios al IPC se ha acabado", dice el presidente de la CEOE

Íñigo de Barrón

Nadar y guardar la ropa. El presidente de la CEOE, Juan Rosell, presentó ayer en Santander su argumentario más liberal, enfrentado a los planteamientos básicos de los sindicatos, con los que marcó enormes diferencias. Sin embargo, reconoció que los meses de negociación "no han sido una pérdida de tiempo".

Acorde con la línea que domina ahora la patronal, cercana al Partido Popular, Rosell no regaló adjetivos al Gobierno pero, tras una ronda de preguntas de los periodistas, admitió que "le gusta la música" del decreto de reforma de la negociación colectiva aprobado el viernes. Tras conocer la propuesta del Gobierno del miércoles pasado, el comentario de la CEOE fue que no le gustaba "ni la letra ni la música".

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Durante su intervención en el curso de economía de la UIMP, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), Rosell trató de quitar hierro a la situación señalando que "se habían colocado demasiados temas en la negociación" con los sindicatos y que en el trámite parlamentario "se podrá mejorar alguna cosa para conseguir que esto funcione y evitar que lo que hay ahora sea papel mojado".

Antes de la conferencia del presidente de la CEOE, Valeriano Gómez, ministro de Trabajo, comentó en el mismo foro que el Ejecutivo había establecido "unas líneas rojas que no nos gustaría modificar" en referencia a la ultraactividad de los convenios que limita su duración una vez caducados a entre 8 y 14 meses, y respetar la base del acuerdo sobre flexibilidad interna.

Para Rosell estas condiciones son una base "para mejorar, pero algo que está mal hecho desde el principio tampoco puede enderezarse mucho. Se podían haber solucionado más cosas si hubiera habido más ambición en la negociación", afirmó. Sobre la ultraactividad apuntó que "no es una gran cuestión". "Se está haciendo un problema de donde no lo hay" dijo.

Rosell, que aseguró no saber de política y no se pronunció sobre un adelanto electoral, dejó claro que a partir de ahora la idea de la patronal es desligar los salarios de la evolución de la inflación en los nuevos convenios. "La época de la indexación se ha acabado, y se ha acabado sí o sí. El IPC se ha convertido, en cuanto a salarios, en una antigualla. Ya me dirán ustedes qué tiene que ver el precio de los carburantes con la revisión salarial", afirmó Rosell. "La clave de futuro es la productividad, y la productividad subsectorial", aseguró Rosell.

El ministro de Trabajo también criticó el papel de la patronal madrileña (CEIM), durante la negociación porque "emitió un informe en el que señalaba que no se debía continuar negociando con este Gobierno para no obstaculizar la reforma que podrían alcanzar con el siguiente Ejecutivo", en referencia al PP. Gómez dijo que esta actitud buscaba la "ruptura de la negociación". Rosell salió al paso explicando que "además del informe de CEIM hubo otros más extremos. Se pusieron todos encima de la mesa, hubo un debate en profundidad y yo lo que hice fue un suma y resta de posiciones para llegar a una postura intermedia", explicó. Incluso declaró: "Yo mismo tengo posturas más extremas de las que digo aquí, pero al final defiendo la posición de todos los empresarios".

Para el presidente de la CEOE, buena parte del paro se debe a la legislación laboral, que "es hija del franquismo y nieta de la República. Quien crea que es buena, que vaya a hablar con los parados". Según resumió, la legislación "es inflexible en la entrada del trabajador, en el mantenimiento del puesto del trabajo y bastante inflexible en su salida". Respecto al fondo de capitalización para el despido (modelo austriaco), el líder de los empresarios dijo que le parece bien como posibilidad para avanzar.

Rosell (derecha) habla con Méndez y Toxo en presencia del rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, ayer en Santander.
Rosell (derecha) habla con Méndez y Toxo en presencia del rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, ayer en Santander.PABLO HOJAS

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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