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Rusia alimenta la idea de una OPEP del gas como arma de presión política sobre la UE

El Kremlin deja abierta la puerta a la articulación futura de una alianza de productores

Pilar Bonet

La articulación en torno a Rusia de una alianza de países productores de gas, inspirada en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), no es realista a corto plazo, pero ha sido considerada por los dirigentes rusos, incluido el presidente Vladímir Putin, según afirman conocedores del tema. Los representantes del Kremlin niegan tener hoy esos planes, pero dejan abierta la puerta -e incluso provocan especulaciones- como arma de "presión política" sobre los europeos, señala una fuente que desea el anonimato. Esa estrategia se reaviva en vísperas de la cumbre Rusia-UE del jueves y viernes próximos en Helsinki (Finlandia), en la que el suministro energético será el tema central.

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Moscú, afirmaba la citada fuente, actúa como lo hizo Gazprom, el consorcio de gas controlado por el Estado, el pasado abril. Alexéi Miller, su director ejecutivo, indujo a los embajadores de la UE a pensar que el gas ruso se dirigiría hacia Asia y no habría para todos si demoraban la firma de contratos a largo plazo con Gazprom o flirteaban excesivamente con otras opciones energéticas y geográficas.

El dilema insinuado por Miller es falso a corto plazo. Para convencerse basta echar una ojeada al sistema de gasoductos (denso en Europa y escaso en Asia), a la ubicación de los principales yacimientos (en Siberia occidental y la península de Yamal), y a las inversiones y tiempo requeridos para explotar yacimientos sustitutivos de los que han superado su fase máxima.

"Vladímir Putin dijo que había que crear una alianza del gas hace unos años", afirmó a EL PAÍS Valeri Yázev, el presidente del comité de Energía y Transportes de la Duma Estatal (la Cámara baja). El diputado, el principal lobbista parlamentario de Gazprom, dice que él mismo propuso hace "siete u ocho años" la creación de una OPEP del gas. Es "una buena idea comercial, aunque puede que la dirección del país no la considere hoy actual", señala. "La posición oficial del Estado en este tema no está formulada", agrega.

En noviembre de 2005, en una reunión intergubernamental ruso-venezolana en Caracas, un representante de Gazprom argumentó sobre una OPEP del gas ante el presidente, Hugo Chávez, que fue muy receptivo, señala el diputado Vladímir Simago. "De vuelta a Moscú, el vicepresidente del Gobierno, Alexandr Zhukov, discutió el tema con Miller y éste, con Putin", afirma Simago, que era miembro del grupo bilateral de expertos energéticos. "Putin no se opuso", señala.

Siguió una febril actividad viajera de los directivos de Gazprom por los países productores de gas, como Brasil, Libia y Argelia, y la firma de acuerdos como el de Gazprom y Sonatrach (el consorcio del gas argelino). "La OPEP del gas no avanzará, porque supondría dividir el mundo en dos bandos y tiene connotaciones antiamericanas en contradicción con la política de Gazprom", afirmaba Simago, según el cual Chávez la ha debatido con los dirigentes iraníes.

Yázev no renuncia a la OPEP del gas, pero plantea hoy otra cosa, a saber una integración de productores y transportistas de gas del espacio postsoviético. Su criatura, en abreviatura rusa, se llama Manngo y "en una primera etapa" se basaría en la Asociación Económica Euroasiática (Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Rusia, Tazhikistán y Uzbekistán) con Ucrania y Moldavia como observadores, según el proyecto.

Integrar la producción

El mercado del gas no es hoy global y en el territorio europeo de la ex URSS depende de la red de gasoductos e infraestructura heredados de la Unión Soviética. Para "consolidar de forma eficaz" las actividades de suministradores y países de tránsito en ese mercado además de "acuerdos de precios bilaterales" se requiere "la integración económica y de producción", señala el documento.

Manngo contribuiría a consensuar tarifas comunes, a la explotación y modernización conjunta de infraestructura de tránsito y propiedad conjunta de activos en empresas de producción, transporte y refinado. Además, elaboraría recomendaciones para armonizar las leyes y crearía "condiciones para el reparto justo de ingresos de la exportación de gas entre todos los participantes en la alianza". En una segunda etapa, el proyecto podría ampliarse a países como Irán, Qatar, Malasia, Argelia, Nigeria y posteriormente a Venezuela y Trinidad y Tobago.

"La UE es un cartel de consumidores que desearían resolver sus suministros de gas con cada país por separado. Los suministradores y países de tránsito tenemos el derecho a concertar nuestros intereses. Rusia desempeñaría el papel clave en Manngo por ser el centro del continente euroasiático y del mayor sistema del mundo de gasoductos (155.000 kilómetros)", dice Yázev. Representantes de países invitados a participar en Manngo debaten hoy sobre él en Moscú. No está claro qué piensan de la idea de productores como Kazajistán y Turkmenistán, a merced del monopolio de Gazprom para transportar su gas por gasoductos rusos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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