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S&P cumple su amenaza y rebaja la nota de la comunidad de Madrid y de la ciudad de Barcelona

La devaluación era previsible tras el descenso en la calificación del Reino de España por el aumento de los riesgos. -Aragón se libra de la tijera de momento

Apenas tres días después de rebajar la nota de solvencia al Reino de España, Standard & Poor's ha cumplido su amenaza y ha recortado en un peldaño la calificación a la Comunidad de Madrid (de AA a AA-) y a la ciudad de Barcelona (también de AA a AA-). Además, ha añadido que las mantiene en perspectiva negativa, lo que no permite descarta nuevos descensos en un futuro. Según ha justificado esta agencia, una de las tres que domina el negocio de la medición de riesgos, la devaluación es una consecuencia del recorte en la calidad crediticia de España conocida en la madrugada del jueves al viernes.

En aquella jornada, la agencia de calificación ya advirtió de que la rebaja del rating de España desde AA a AA- podría tener un "impacto negativo" en la calidad crediticia de gobiernos regionales y locales y entidades dependientes del Ejecutivo español que califica. En concreto, este aviso iba dirigido, además de para Madrid y la ciudad de Barcelona, para Aragón (que tiene una AA con perspectiva negativa), así como a las principales empresas participadas por el Estado como el ICO, la SEPI o el propio FROB.

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Calificación crediticia según las agencias

Hoy, S&P ha argumentado el recorte por los mismos motivos y que, en esencia, se resumen en un aumento de los riesgos en contra de estas economías. Además, con vistas al futuro añade que podría volver a recortar sus notas de solvencia si la economía retrocede en 2012 o si España se desvía significativamente de los objetivos de reducción del déficit.

Habitualmente, las agencias de calificación ponen la nota del Estado como techo de solvencia de las Administraciones territoriales y de los organismos y entes autónomos, así como de las entidades financieras. Por eso, cuando se produce una rebaja de la calificación del Estado, provoca una reacción en cadena. Esto mismo sucedió tras la decisión de Fitch, la agencia que junto a la propia S&P y Moody's controla este mercado, decidió rebajar la nota al Reino de España hace dos semanas y, en la jornada siguiente al tijeretazo, hizo lo propio con el rating de Asturias, Cantabria y Madrid.

La agencia rebajó la calificación de España con el argumento de que el elevado desempleo, el débil crecimiento económico, las duras condiciones financieras y el alto nivel de endeudamiento del sector privado suponen importantes retos para el futuro.

"A pesar de las señales de resistencia en el desempeño económico durante 2011, vemos destacados riesgos para las perspectivas de crecimiento de España debido al alto desempleo, las duras condiciones financieras, el aún alto nivel de deuda del sector privado, y la probable desaceleración económica en los mayores socios comerciales de España", explicó.

Asimismo, la agencia señaló que los "activos problemáticos" podrían continuar debilitando el sistema bancario español y que la "incompleta" reforma laboral podría contribuir a agravar el problema del desempleo, factores que pesarían en la recuperación.

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