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La crisis del euro

Sarkozy a Cameron: "Estamos hartos de que nos digáis lo que tenemos que hacer"

La tensión entre los socios del euro y los miembros de la UE que no lo son aumenta. -Reino Unido impone que la cumbre del miércoles sea de los Veintisiete y no solo de los miembros de la Unión Monetaria

La cumbre de la UE de este domingo no ha logrado un acuerdo claro para superar la crisis, algo que tendrá que esperar al miércoles, pero sí se ha saldado con una mayor división entre los países socios que no forman parte de la Unión Monetaria con los miembros de la eurozona. El descontento entre el grupo de 10 países de la UE que no tienen la divisa europea, con Reino Unido a la cabeza, ha aumentado tras lo ocurrido este fin de semana, ya que la dinámica de la crisis del euro les deja cada vez más escorados frente a la toma de decisiones clave que, en cualquier caso, les acabarán afectando. Sin embargo, para los Estados del euro no es fácil tener que estar escuchando las recomendaciones sobre lo que deben o no deben hacer y la tensión ha llegado hoy a un punto en el que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha espetado al primer ministro británico, David Cameron, que están "hartos" de que les digan lo que tienen que hacer.

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"Estamos hartos de que no digáis lo que tenemos que hacer", ha dicho Sarkozy a Cameron después de que el dirigente francés intentara sin éxito excluir al británico y al resto de los países no euro de la cumbre del miércoles, donde deben cerrar los acuerdos que hoy se les han resistido. "Vosotros habéis dicho que odiáis al euro y no queréis uniros (a la moneda única), pero ahora queréis intervenir en nuestros encuentros", ha continuado Sarkzoy, según han informado fuentes diplomáticas de Bruselas.

El Gobierno británico, pero también el sueco y el polaco ven cada vez peor el interés de los países del euro de reunirse solo entre ellos para debatir las medidas que, al final, van a desembocar en decisiones que les impliquen a todos, independientemente de que ellos no estén en la Unión Monetaria. Este proceso se ha visto acelerado desde el estallido de la crisis de deuda, que obligó a los socios de la divisa europea a adaptar sus políticas económicas y ajustar gastos.

A ojos de los países que no son del euro, este fenómeno les está expulsando del proyecto de construcción europea, ya que la UE, esto es los Veintisiete países miembros, poco a poco se va quedando sin contenido en favor de una Europa de dos velocidades en la que los Estados del euro llevan la batuta y al resto no le queda otra que seguir el ritmo de los acontecimientos.

Cameron: "Nos afecta a todos"

En opinión del primer ministro británico, David Cameron, ya es suficiente. "La crisis de la zona del euro afecta a todas nuestras economías, también a la de Reino Unido", ha advertido. "Es del interés de Gran Bretaña que los países de la zona euro resuelvan sus problemas. Pero se está volviendo peligroso, y yo se lo he dicho francamente a ellos, que tomen decisiones que afecten a otros países del mercado único, como los relativos a los problemas financieros", ha explicado el dirigente británico tras el Consejo Europeo.

Por este motivo, el Gobierno británico ha exigido que la reunión convocada a instancias de Alemania para el miércoles en la que se debe cerrar un gran acuerdo contra la crisis, sea también de todos los países de la UE y no solo del euro, que se reunirán antes que los Veintisiete, lo que ha desatado el enfrentamiento con Sarkozy. Para asistir a la cita, el dirigente inglés ha suspendido una gira oficial por Japón y Nueva Zelanda que tenía pensado realizar esta semana. Una cosa es ser euroescéptico, calificativo que comúnmente se le ha atribuido a Londres, y otra muy diferente es ser un marginado.

Además, a Cameron se le multiplican los frentes ya que esta semana afronta otro conflicto relacionado con la UE dentro de casa. En Londres, mañana votan los diputados para decidir si celebran un referéndum sobre la continuidad o no del país en la Unión Europea. "No creo que este sea el mejor momento" para ello, ha lamentado el premier, de cuyo partido (Conservador) surgen algunas voces a favor de abandonar la UE. Cameron gobierna gracias al apoyo de los Liberales, quienes siempre se han mostrado a favor de la UE.

"Los países de la zona del euro no puede decidir en su esquina asuntos que afectan a toda la Unión ", resumió a AFP un diplomático europeo que habló bajo condición de anonimato. También se mostró molesto por esta tendencia el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, que simuló ignorar a su llegada este domingo a Bruselas la convocatoria de otra cumbre para mediados de semana. "He oído algo sobre ello", ha ironizado.

Preocupaciones de Bruselas

Para atajar la creciente división en la UE entre los países del euro y los que no tienen la moneda única, los primeros han interpelado al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso. "No debería haber ninguna separación entre la zona del euro y el resto de la Unión Europea ", ha advertido el jefe del Ejecutivo comunitario. Junto a esta división, Bruselas también está preocupada por la gestión "intergubernamental" de Europa desde París y Berlín, que no solo margina al resto de países, sino también a las instituciones comunitarias.

En contraste con la postura de Reino Unido, Francia aboga por que la zona euro crezca como una entidad aparte con vistas a reforzar el "gobierno económico" de los Diecisiete. Pero esta visión no es compartida por todos, incluso dentro del euro. Para Holanda y Finlandia, "todos los Estados miembros (de la UE) deben participar en la decisiones" para preservar la prosperidad económica del continente, según afirman en una carta firmada conjuntamente por Suecia.

El primer ministro británico, David Cameron, atiende a la prensa tras el Consejo Europeo.
El primer ministro británico, David Cameron, atiende a la prensa tras el Consejo Europeo.SEBASTIEN PIRLET (REUTERS)

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