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La crisis del euro

Sarkozy: un acuerdo París-Berlín está lejos

Francia anuncia que el nuevo Pacto de Estabilidad exigirá déficit cero en 2016

El acuerdo entre París y Berlín para salvar el euro está todavía "lejos", según contó ayer Nicolas Sarkozy a sus colaboradores en el tradicional desayuno de los martes. Las discrepancias, según reveló Le Monde, son "profundas", y el presidente francés no espera una solución rápida, o al menos tanto como para poder anunciarla mañana en su esperado discurso de Toulon, la ciudad del sur del país -territorio Frente Nacional- donde en 2008 declaró la guerra a los mercados y se puso a la tarea de "refundar el capitalismo".

Los alemanes insisten en la ortodoxia fiscal y en un "super-Maastricht", un acuerdo entre Gobiernos que permita avanzar más deprisa hacia un nuevo pacto de estabilidad, con más control fiscal y sanciones automáticas para los países que no cumplan los objetivos de déficit. Los franceses quieren a cambio más solidaridad: emisión de euros y compras masivas de obligaciones por parte del Banco Central Europeo, creación de eurobonos para mutualizar la deuda europea, refuerzo rápido del fondo de rescate.

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Sin romper el pacto de omertà sobre el BCE sellado con Angela Merkel y Mario Monti en la trilateral de Estrasburgo de hace unos días, Sarkozy espera que el instituto dirigido por Mario Draghi presione a la canciller, quizá confiando en que algunas voces autorizadas de Berlín han abierto la mano en los últimos días sobre una intervención temporal del BCE.

Merkel se ha opuesto en público a los eurobonos, por lo menos hasta que no haya pasado la crisis, y el fondo de rescate puede estar en vía muerta porque los inversores parecen desconfiar cada vez más de las zozobras del Titanic. Otro punto de fricción es la reforma de las instituciones. París aceptaría un control mayor de las cuentas si se encarga de ello la Comisión o un nuevo superministro del euro, pero se niega, en un ejercicio rampante de gaullismo, a que la Corte de Justicia europea meta mano en los presupuestos, considerados una competencia nacional no negociable.

En lo que sí parece haber acuerdo es en un nuevo calendario para la corrección del déficit de los 17 países del euro, siguiendo la estela avanzada por Monti en Estrasburgo. La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno francés, Valérie Pécresse, anunció que la revisión del Pacto de Estabilidad obligará a todos "a cumplir la regla del déficit cero en 2016".

El pacto está abierto "a aquellos Gobiernos que acepten voluntariamente una trayectoria de regreso al equilibrio fiscal", precisó la ministra, enfatizando que París no quiere formar un núcleo duro que separe a los países cuya deuda soberana se beneficia de la triple A de los demás. "Ese no es el deseo de Francia", zanjó Pécresse.

Acosado por la fragilidad de su nota crediticia, Sarkozy recibe presión por todos los flancos. A babor, la OCDE afirmó que Francia vivirá en recesión este trimestre y el primero del año próximo, y rebajó siete décimas la previsión de crecimiento para 2012: un 0,3% del PIB frente al 1% que promete el Gobierno de Sarkozy. A estribor, el número de parados aumentó en octubre un 1,2%. No tienen trabajo 2,8 millones de personas en Francia, el máximo desde 1996.

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