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Solbes, Solchaga y Boyer reclaman más estímulo económico

Rato cree que con el déficit actual ya no hay margen para más gasto

Todos los políticos dicen saber qué hacer para salir de una crisis: lo que no tienen tan claro es cómo ganar las elecciones después de pasar por ese trance. Liberados ya de presiones electorales, cuatro ex ministros de Economía y Hacienda —Pedro Solbes, Rodrigo Rato, Carlos Solchaga y Miguel Boyer— mostraron ayer su recetario contra la recesión en la presentación de La primera gran crisis financiera del siglo XXI (Alianza Editorial), el último libro de Guillermo de la Dehesa. Boyer, Solchaga y Solbes, ministros en distintas etapas de gobierno del PSOE, apostaron con mayor o menor énfasis por impulsar y mantener los estímulos fiscales, para que la economía española pueda salir del peor batacazo de las últimas décadas. Rato se desmarcó de esa tesis y sostuvo que lo hecho ya es suficiente, y con un déficit público del 10% del PIB, ha llegado el momento de acometer reformas. El viejo debate entre socialdemocracia y liberalismo —entre partidarios y detractores de Keynes— dista mucho de estar enterrado.

"En este momento hay que tomar medidas de estímulo y dejar las reformas para más adelante", abrió el fuego Boyer. "El déficit no puede ser tan prioritario como el crecimiento", dijo aludiendo al ejemplo alemán, cuyo ejecutivo acaba de aprobar una rebaja de impuestos. Solchaga abogó también por "mantener políticas claramente keynesianas a corto plazo", aunque se decantó por acompañar las medidas anticrisis de una reforma laboral ineludible, para recuperar "cuanto antes el potencial de crecimiento".

Solbes no citó directamente la crisis española, contra la que ha luchado hasta hace sólo unos meses, pero fue meridianamente claro: "En el díficil equilibrio entre ahogar el crecimiento o elevar el déficit, cualquier responsable político elegiría el segundo", terció. Aunque Solbes siempre tiene un pero a mano. "Hay que decidir qué cantidad de déficit es asumible, hay que asumir la necesidad de retirar las medidas de estímulo sin generar derechos adquiridos, y hay que evaluar la calidad del gasto público", afirmó.

Sólo Rato, vicepresidente económico en el gobierno de José María Aznar, se apuntó a otra vía. "Con un déficit del 10% del 12% del PIB el estímulo ya es muy considerable; hay que pensar en algo más". El ex director gerente del FMI no duda al describir ese algo más: "Es una pena, una tragedia que España ajuste siempre por el empleo". "Las reformas —entre las que citó la del mercado laboral— son imprescindibles para no caer en una trampa como la de Japón, Portugal o Italia (crisis muy largas con crecimientos muy lentos)".

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