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Solbes recibe el espaldarazo de Zapatero tras sugerir que piensa en la retirada

Alejandro Bolaños

"Es un gran gestor de las cuentas públicas y va a cumplir con su deber". El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, zanjó ayer así el incipiente debate sobre la continuidad del vicepresidente económico, Pedro Solbes. Y aprovechó la conferencia de prensa en el Palacio de la Moncloa, donde recibió al primer ministro marroquí, Abbas el Fassi, para descartar también una próxima remodelación del Gobierno.

Las preguntas a Zapatero fueron suscitadas por el propio Solbes. El vicepresidente participó a primera hora de la mañana en un foro organizado por Cinco Días. Solbes cerró su intervención de forma inesperada: "Mi futuro político es el de alguien que ha tenido interés en estar en este tipo de trabajo y en estas actuaciones toda su vida profesional. Pero hay momentos en los que, a ciertas edades, uno piensa qué tiene que hacer en la vida también". Cuando los periodistas le pidieron alguna aclaración más, recibieron otra respuesta peculiar. "Lo que tengo claro es que no me presentaré a las próximas elecciones", dijo el vicepresidente, quien matizó sobre su continuidad: "No he dicho nada ni lo voy a decir".

Las declaraciones de Solbes, de 66 años, alentaron las dudas sobre una próxima remodelación del Ejecutivo de Zapatero. Unas dudas alimentadas por la crudeza de la crisis y amplificadas durante semanas en ámbitos políticos y periodísticos. Hasta tal punto, que el secretario de Estado de Economía, David Vegara, ha tenido que afrontar en cada una de sus últimas ruedas de prensa preguntas sobre si se considera el sustituto de Solbes. Ayer no fue la excepción. Y Vegara volvió a negar: "No me veo, en absoluto, como ministro en este momento".

Zapatero se esforzó por cortar de raíz las especulaciones. Achacó las palabras del vicepresidente a "su sentido de la ironía" y recordó que ya había expresado su deseo de "dedicarse más a la actividad privada" otras veces. "Solbes nació funcionario y alto cargo", añadió. "Hay algo que es evidente y es que ni Solbes ni yo estamos pensando a día de hoy en las próximas elecciones [en 2012]", dijo el presidente, quien insistió en que "el Gobierno está ahora comprometido con un amplio plan de estímulo de la economía". Y volvió a descartar una crisis en su Ejecutivo: "Respeto incluso que algunos lo deseen, pero vamos a trabajar y van a trabajar los ministros que fueron designados tras las últimas elecciones generales".

Antes de provocar un reguero mediático, el vicepresidente resaltó la "ambición" de las medidas adoptadas por el Gobierno para suavizar la recesión. "Salvo que logremos ahorro en otras partidas gracias a la austeridad, no debemos esperar nuevas medidas de gasto", afirmó Solbes. El vicepresidente avanzó que convocará la mesa parlamentaria para debatir reformas estructurales en enero y que habrá otras dos subastas para comprar activos a la banca antes de mediados de febrero.

También se le inquirió a Solbes sobre la venta de una participación de Repsol a la compañía rusa Lukoil. El vicepresidente mostró "algunas reservas" por tratarse de una compañía de origen público y extracomunitaria.

Pedro Solbes.
Pedro Solbes.

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