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Telefónica promete dividendos récord pese al impacto de la crisis

Alierta elevará el pago un 21,7% hasta 1,4 euros por acción en 2010 y dará al menos 1,75 euros en 2012 - La compañía rebaja su previsión de beneficio

Miguel Jiménez

El presidente de Telefónica, César Alierta, prometió ayer a los más de 1,5 millones de accionistas de la compañía dividendos multimillonarios pese al impacto de la crisis sobre las cuentas. Telefónica elevará un 21,7% el dividendo con cargo a 2010, hasta los 1,40 euros por acción y, para animar aún más la fiesta, Alierta se compromete a que en 2012 el dividendo no baje de 1,75 euros. Ésa es la cara de la moneda de la séptima conferencia de inversores de la compañía, celebrada ayer en Madrid. La cruz es que la empresa ha tenido que asumir que las previsiones que dio en la anterior conferencia, hace dos años en Londres, no se cumplirán debido al deterioro de la situación económica, que ha sido mucho más grave de lo que cabía imaginar.

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Telefónica hará un enorme esfuerzo para retribuir a sus accionistas. Los 1,40 euros de dividendo por acción suponen, con el número de acciones actualmente en circulación -que puede variar algo hasta entonces-, el pago de 6.587 millones de euros, el dividendo más alto pagado nunca por parte de una compañía española. Y la previsión para 2012 equivale a 8.234 millones, un nuevo récord.

Para ello, Telefónica destinará a dividendos una parte de sus beneficios mayor que nunca (en torno a dos tercios en 2010). Al tiempo, la compañía ha eludido asumir ningún compromiso sobre recompra de acciones propias, la otra vía de retribución al accionista que Telefónica ha usado profusamente en los últimos años. Alierta, eso sí, dejó la puerta abierta a estudiar "recompras tácticas" de acciones en caso de que haya exceso de flujo de caja libre. Además, la compañía ha decidido reducir el ritmo de sus inversiones, dado el contexto económico.

La compañía pagará esos dividendos récord a pesar de que las perspectivas financieras han empeorado. Para empezar, la compañía ha enterrado la previsión de 2,304 euros de beneficio por acción para 2010 que lanzó hace dos años, pero que había reiterado una y otra vez (en octubre pasado, en febrero y en mayo de este año), con escasa receptividad por parte de los analistas.

La compañía utiliza ahora la previsión que dio en febrero para el caso de un "escenario extremo" en lo concerniente a la evolución económica y de depreciación de las divisas frente al euro. Aunque desde las últimas veces en que se reiteró el objetivo original las monedas se han recuperado y la economía ha frenado su deterioro, la compañía asume ahora como objetivo 2,10 euros de beneficio por acción, si bien Alierta se apresuró a subrayar que se trata de un "mínimo" y que se logrará en "el peor escenario posible".

Entre la previsión anterior y la nueva hay unos 960 millones de euros de diferencia en el beneficio del grupo. Con todo, la nueva estimación aún supone unos beneficios récord para la compañía, cercanos a los 10.000 millones.

Para una empresa que -a diferencia de casi todas las demás- llevaba a gala cumplir religiosamente las previsiones que venía formulando desde 2003, se trata, sin embargo, de un primer borrón, pero no el único. La compañía asume también que buena parte de las previsiones de ingresos y resultados operativos del grupo y de las filiales que formuló en Londres en 2007 tampoco se cumplirán, debido a una crisis económica y una contracción del consumo que nadie imaginaba hace dos años.

La compañía rehuyó ayer dar ante los 300 analistas e inversores reunidos en Madrid previsiones financieras por filiales, pero las del grupo muestran que habrá un frenazo en el ritmo de crecimiento del negocio. Así, si en Londres pronosticó un crecimiento medio anual de los ingresos en la horquilla del 5% al 8% anual para el periodo 2006-2010, ahora prevé que aumenten entre un 1% y un 4% entre 2008 y 2012. Del mismo modo, el resultado bruto operativo (OIBDA) aumentará en ese cuatrienio en una horquilla del 2%-4%, frente al 7%-11% que esperaban entre 2006 y 2010.

El impacto cambiario acumulado y la ralentización del negocio llevan, de hecho, a que los objetivos implícitos para 2012 -a tipo de cambio constante- sean inferiores a los que se deducían de las previsiones de Londres para 2010 (véase cuadro), tanto en ingresos como en resultado operativo.

En todo caso, las perspectivas más brillantes son las de Latinoamérica y las más sombrías, las de España, donde Telefónica no espera que la recuperación empiece hasta 2011, según señaló Guillermo Ansaldo, presidente de Telefónica de España.

Las acciones subieron hasta un 2,6% con la promesa de mayores dividendos, pero la euforia se fue enfriando y, tras llegar a caer un 1,5%, cerraron con un descenso del 0,18%.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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