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Trichet abre el grifo de la liquidez, pero deja a Draghi la bajada de tipos

El BCE comprará bonos por valor de 40.000 millones y ampliará a un año las subastas - Merkel dice que recapitalizar bancos "sería un dinero bien invertido"

El presidente del Banco Central Euroepeo (BCE), Jean-Claude Trichet, anunció ayer la reactivación de dos medidas anticrisis para frenar los problemas del sector financiero europeo. Comprará el BCE bonos de los bancos de la eurozona por un monto de hasta 40.000 millones de euros. También reinstaurará las subastas de liquidez a largo plazo. Son medidas ya puestas en práctica en 2009, cuando el sistema financiero mundial seguía en barrena por la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers hace ahora tres años. Que se repitan ahora ofrece una pista sobre la gravedad de la situación. Trichet, que se despidió en la capital alemana de la presidencia del BCE, abrió además la puerta a una posible rebaja de los tipos de interés en la Eurozona, que dejó ayer inalterados en el 1,5%.

Destacó ayer Trichet que el Consejo de Gobierno del BCE había discutido "los pros y los contras" de rebajar los tipos ya en octubre, con lo que dio alas a las especulaciones sobre una posible rebaja antes de 2012. Para entonces ya presidirá el BCE el italiano Mario Draghi. Se esperaba que Trichet se despidiera del BCE con una nueva rebaja de tipos, hasta el 1%. Sin embargo, el gobernador saliente destacó que la inflación "va a permanecer por encima del 2%" (ahora en el 3%), lo cual ata las manos del BCE para tocar los tipos. La primera reacción de los mercados fue de decepción. El euro cayó por momentos hasta 1,3304 dólares.

Para auxiliar a los bancos y evitar así una sequía de dinero que colapse el sistema, el BCE lanza dos subastas de liquidez a largo plazo: una con vencimiento a 12 meses y otra, a 13. Serán créditos cerrados a tipo fijo y sin límite de cantidad. Barra libre de crédito en el BCE.

Esta medida se demostró efectiva durante la crisis de 2008 y 2009, cuando la desconfianza entre los bancos amenazaba con anquilosar el flujo de dinero. Ahora, la crisis de deuda de los países del euro está empezando a tener efectos similares a los del hundimiento de Lehman Brothers en 2008. Se debe a la exposición de los bancos europeos a los bonos de los países con problemas de refinanciación (Grecia, Italia, Irlanda, España y Portugal). Nadie sabe hasta dónde alcanzan los riesgos asumidos por los grandes bancos de la eurozona. Así que nadie quiere prestar a nadie.

Además, el BCE empezará en noviembre a comprar bonos garantizados de bancos, cuyos negocios "no están funcionando correctamente". Las compras se efectúan en los mercados primarios y secundarios, mediante un programa que se prolongará hasta octubre de 2012. Entre 2009 y 2010, el BCE compró este tipo de bonos por un valor total de 60.000 millones de euros.

El Banco de bancos percibe sombras en la situación económica de la zona euro. Según Trichet, "considerables riesgos de caída y una gran incertidumbre" se ciernen sobre la economía de Europa. El crecimiento será "sólo muy moderado".

Mientras dure la crisis de deuda, el BCE mantendrá en marcha el programa de compra de deuda soberana de los países más afectados. De momento, de Grecia, España, Italia, Portugal e Irlanda. Trichet se limitó a recordar que dicho programa, muy criticado por los miembros alemanes del BCE, es "temporal".

La situación amenazadora de los bancos europeos preocupa en Berlín. La canciller Angela Merkel repitió ayer su propuesta de inyectar capital en los bancos afectados por la crisis. Pretende con ello evitar que ésta se agrave a los niveles dramáticos de 2008, cuando se vio obligada a salir a la palestra para garantizar todos los ahorros de los alemanes. Ayer, Merkel se reunió en Berlín con la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI) Christine Lagarde, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) Jean-Claude Trichet y el presidente del Banco Mundial Robert Zoellick, con los que debatió entre otras cosas los preparativos para la próxima reunión del G-20, que se celebrará en Cannes en noviembre.

La canciller destacó que la recapitalización de los bancos con problemas "sería dinero bien invertido", porque podría evitar nuevas estatizaciones multimillonarias a costa del contribuyente, como la del alemán Hypo Real Estate (HRE) hace algo más de dos años. No obstante, Merkel dijo esperar que los bancos puedan recapitalizarse por sí mismos "como primer paso". Añadió Merkel que el fondo de estabilidad del euro recién aprobado por el Parlamento alemán tiene la capacidad de rescatar bancos, pero "sólo bajo condiciones estrictas y en el caso de que su situación suponga una amenaza para el euro en su conjunto".

Lagarde (izquierda) camina junto al secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, Merkel y Zoellick, ayer en Berlín.
Lagarde (izquierda) camina junto al secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, Merkel y Zoellick, ayer en Berlín.J. EISELE (AFP)

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