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La primera crisis del euro

La UE encarga a Van Rompuy y Zapatero la estrategia del G-20

España logra una silla de invitado permanente en el foro económico

Miguel González

El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente permanente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, serán los encargados de diseñar la posición de la Unión Europea en la próxima cumbre del G-20, convocada para finales de junio en Toronto (Canadá). El encargo se lo hicieron ayer los jefes de Estado y Gobierno europeos a propuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy. Se trata de un espaldarazo para el presidente de un país que no pertenece al foro encargado de diseñar la nueva arquitectura del sistema financiero internacional.

Al menos formalmente, ya que fuentes de La Moncloa aseguraron ayer que España ha obtenido ya el estatuto de "invitado permanente" de este club, que reúne a los países más ricos y a los emergentes, al que accedió en la cumbre de Washington de noviembre de 2008 gracias a la silla que le prestó Sarkozy y en el que se ha consolidado asistiendo a las cumbres de Londres (abril de 2009) y Pittsburgh (septiembre de 2009).

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España ya ha estado en las reuniones preparatorias de la reunión de Toronto, a través del secretario general de la Presidencia del Gobierno, Bernardino León, por lo que Zapatero contará con asiento propio en la cita de junio; mientras que la representación europea será bicéfala: Rompuy y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, tendrán dos sillas, pero un solo micrófono (es decir, una sola voz) y un solo sherpa (un asesor encargado de la negociación técnica).

Eso sí, Zapatero se quedará fuera de la cumbre del G-8, el club de los países más ricos del mundo, que se reúne también en Toronto en junio, al que acudió José María Aznar en 2002 como presidente de turno de la UE.

La posición común de la UE se aprobará en la cumbre europea del 17 y 18 de junio, la última de la presidencia rotativa española, y deberá pronunciarse, entre otros asuntos, sobre la propuesta de creación de una tasa mundial sobre las transacciones financieras (la denominada tasa Tobin). Pero los europeos tendrán que acudir a Canadá con los deberes hechos, lo que significa algo más que un papel. "Creo que es muy importante que Europa termine su propio trabajo para que en Toronto podamos mostrar a nuestros socios lo que hemos hecho", subrayó Barroso. La UE tiene aún en tramitación el conjunto de directivas de reforma y supervisión del sistema financiero e incluso ha aparcado alguna, como la que regula los hedge funds (fondos especulativos), debido a la resistencia de Reino Unido.

Zapatero subrayó la importancia que tiene la próxima reunión del G-20, ya que "el futuro de la UE no va a depender sólo de los que hagamos como europeos sino también de las reglas generales de la economía internacional". Pero Barroso advirtió de que existen "señales preocupantes" y el riesgo de que "los líderes del G-20 rebajen sus ambiciones", una vez que lo peor de la crisis parece haber quedado atrás.

El presidente español, que compareció junto a Barroso y Rompuy en la conferencia de prensa que puso fin a la cumbre, expresó su satisfacción por los resultados y calificó de "salto cualitativo" la aprobación de las líneas generales de la Estrategia 2020, que fija la hoja de ruta para una recuperación económica sostenible, aunque los Veintisiete no fueron capaces de cuantificar sus objetivos en materia de educación y lucha contra la pobreza, pese a que Zapatero y Barroso se batieron "a brazo partido", en palabras de Rompuy. La asignatura queda pendiente para junio, cuando los países deben presentar también sus propias metas nacionales.

La credibilidad de la nueva estrategia, como subrayó el presidente español, "estará en su cumplimiento" y para ello se dotará de "más capacidades" a la Comisión Europea. Zapatero se mostró de acuerdo con que ésta vigile también la pérdida de competitividad y el persistente desequilibrio en la balanza de pagos de algunos países; un caso en el que se encuentra España, aunque él pareció ponerlo en duda cuando dijo que, aunque todos los estudios señalan que la competitividad de la economía española está en retroceso desde la entrada en el euro, "es uno de los pocos países que no han perdido cuota de mercado en el comercio internacional".

Zapatero no concretó ayer cuánto costará a España el mecanismo de rescate financiero para Grecia diseñado por el Eurogrupo, en el caso de que finalmente se ponga en marcha, pero el líder del PP, Mariano Rajoy, criticó en Madrid su "entusiasmo" y le pidió "prudencia", ya que, aseguró, "para poder prestar a otros, previamente tendremos que pedirlo prestado nosotros", informa Europa Press.

Barroso, Rompuy y Zapatero, de izquierda a derecha, en la rueda de prensa conjunta, ayer en Bruselas.
Barroso, Rompuy y Zapatero, de izquierda a derecha, en la rueda de prensa conjunta, ayer en Bruselas.EFE

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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