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La UE refuerza el fondo de rescate a cambio de un duro ajuste social

Francia y Alemania imponen su criterio en competitividad y moderación salarial

Andreu Missé

La cumbre de los líderes del euro del pasado viernes y la madrugada del sábado acabó con mejores resultados de lo previsto para estabilizar el euro. Al final se cumplieron los objetivos de Berlín y París. Ambos países aceptaron una mayor dotación del fondo de rescate y más flexibilidad para su uso a cambio del duro ajuste social que implica la aceptación del Pacto de Euro (anterior Pacto por la Competitividad).

Grecia obtuvo importantes rebajas en las condiciones de los créditos de ayuda de la UE porque aceptó nuevos sacrificios. Portugal y España se comprometieron a más ajustes y reformas. Zapatero precisó: "Seguramente haremos algunas [reformas] más que concretaré en el próximo Consejo del 24 y 25 de marzo".

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A Grecia se le insta a "continuar de la manera más rigurosa las reformas estructurales" y a completar "el programa de privatización por valor de 50.000 millones de euros". A cambio se le rebajó en un punto el tipo de interés de los préstamos de ayuda, del 5,2% al 4,2%, y ampliará el vencimiento de los mismos hasta siete años y medio. Supone un ahorro de 6.000 millones.

Irlanda provocó la mayor polémica del cónclave y fue una de las razones por las que duró más de siete horas. El nuevo primer ministro irlandés, Enda Kenny, que también pedía un recorte de los intereses de los créditos de ayuda de la UE, se fue con las manos vacías tras un duro enfrentamiento con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al no aceptar una subida del impuesto sociedades. Irlanda mantiene un largo pulso con la UE, por mantener un tipo del 12,5% del impuesto de sociedades, que favorece la deslocalización de empresas hacia su país. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, señaló: "Los irlandeses no han cumplido todas las condiciones, luego no se pueden beneficiar de los tipos reducidos por el momento".

El Pacto del Euro significa un compromiso por parte de los Estados para emprender profundas reformas y ajustes, cuyos resultados se revisarán cada año. Hay aspectos socialmente muy sensibles. Así, se señala que se "prestará particular atención" a medidas como la "revisión de los acuerdos de fijación de salarios, y cuando sea necesario, del nivel de centralización del proceso de negociación colectiva y de los mecanismos de indexación". En materia de empleo el pacto propugna "reformas del mercado laboral para fomentar la flexiseguridad y la reducción del trabajo no declarado" y sobre las pensiones se propone como ejemplo "el ajuste de la edad de jubilación efectiva a la esperanza de vida o mediante el incremento de la tasa de actividad".

Van Rompuy ha tenido un papel destacado en suavizar los objetivos del original Pacto de Competitividad y lograr a su vez que la canciller alemana, Angela Merkel, aceptase ampliar el fondo de rescate, a lo que se había negado sistemáticamente. En este clima, los líderes acordaron que "la capacidad de préstamo aprobada de 440.000 millones de euros del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, (FEEF) será plenamente efectiva". Este fondo de carácter temporal será sustituido a partir de junio de 2013 por otro de permanente Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEDE) con una dotación de 500.000 millones.

Más significativo aún es el acuerdo de que ambos fondos "podrán intervenir también, como excepción, en el mercado primario de deuda dentro de un programa con condicionalidad estricta".

Los jefes de Gobierno de la zona euro acordaron también que todos los Estados deben contar con planes para hacer frente a "las vulnerabilidades que aparezcan en las nuevas pruebas de resistencia a la banca que deberán estar acabadas antes de verano". De la misma manera se insiste en el compromiso de reducir a un ritmo anual de una veinteava parte la cuantía de deuda pública que exceda del 60% del PIB.

Zapatero (izquierda) saluda a Merkel, junto a Sakorzy.
Zapatero (izquierda) saluda a Merkel, junto a Sakorzy.JULIEN WARNAND (EFE)

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