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La primera crisis del euro

La UE retrasa los objetivos sobre educación y pobreza

La Estrategia 2020 se centra en el empleo, la investigación y el clima

Andreu Missé

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete aplazaron ayer la fijación de objetivos cuantificados sobre educación y pobreza en la estrategia sobre crecimiento y empleo denominada Europa 2020. Los líderes, reunidos en el Consejo Europeo de primavera, rebajaron también las preocupaciones sobre "las divergencias sobre competitividad", como había puesto de relieve recientemente la ministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde. La estrategia Europa 2020 establece objetivos concretos en materia de empleo, investigación y cambio climático.

El objetivo de empleo se ha convertido en una de las máximas prioridades, especialmente a raíz de la crisis económica que ha destruido ya siete millones de empleos, elevando el número de desempleados a 23 millones. En esta materia el Consejo Europeo acordó ayer fijar como objetivo para la próxima década "aumentar hasta el 75% la tasa de empleo de los hombres y las mujeres de edades comprendidas entre los 20 y 64 años". Actualmente esta tasa se encuentra en el 69%.

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Para ello se prestará especial atención a "una mayor participación de los jóvenes, los trabajadores de mayor edad y los trabajadores de menor cualificación, mejorando la integración de los inmigrantes legales".

En investigación y desarrollo, se fija el compromiso de "aumentar los niveles combinados de inversión pública y privada hasta un 3% del PIB". En este campo, la UE ya cosechó un notable fracaso en la pasada década con la Estrategia de Lisboa, que había previsto alcanzar este objetivo del 3% para 2010, cuando durante todos estos años se ha mantenido por debajo del 2%. Mientras, en EE UU este gasto representa el 2,6% del PIB y en Japón, el 3,4%.

El tercer objetivo se refiere a las emisiones de gases de efecto invernadero sobre el que la Unión ya tiene un compromiso de reducción del 20% para 2020. El Consejo se compromete "a adoptar una decisión para avanzar hacia una reducción del 30% en comparación con los niveles de 1990, a más tardar para 2020, como oferta condicionada con vistas a un acuerdo mundial".

En los dos objetivos restantes relativos a educación y pobreza, la cuantificación de objetivos se ha retrasado al Consejo de junio. En materia de educación, la Comisión Europea había propuesto reducir desde el 15% actual hasta el 10% el porcentaje de abandono escolar. Igualmente Bruselas proponía aumentar la proporción de población de entre 30 y 34 años con estudios terciarios desde el 31% actual hasta el 40%. En materia de educación la fijación de un objetivo cuantificado no ha sido posible, sobre todo por la oposición de Alemania, que ha pedido más tiempo para negociar con los Gobiernos de los länder, que son los que tienen la competencia en esta materia.

Tampoco ha sido posible un acuerdo para reducir la pobreza. La Comisión había propuesto un objetivo muy moderado que pretendía tan sólo reducir un 25%, es decir unos 20 millones, el número de personas que viven en Europa bajo el umbral de la pobreza. El compromiso no fue posible porque varios países pusieron en duda que la UE tuviera competencias para ello, según explicó el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, defendió las competencias de la Unión, recordando que el artículo 151 del Tratado de Lisboa se refiere expresamente a "la lucha contra la exclusión social" y el artículo 153 menciona que la UE "debe completar las competencias de los Estados en la lucha contra la exclusión social".

También ha sido devaluada la referencia a la preocupación por las divergencias de competitividad entre los Estados. De las conclusiones han desaparecido las frases que decían: "Si bien la evolución presupuestaria ha sido objeto de seguimiento en virtud del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, se ha prestado insuficiente atención a las divergencias en la competitividad dentro de las economías de la UE y en el exterior. La acción política es tanto más necesaria en los Estados miembros que muestran de modo persistente grandes déficits de cuenta corriente y grandes pérdidas de competitividad". Esta cuestión se ha aplazado también para junio.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó: "Vamos a analizar el conjunto y los problemas de cada país". En su opinión, "esto es coordinación y esto es bueno".

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