_
_
_
_
_

El Gobierno solo esperará una semana más para el acuerdo sobre convenios

Rosell logra el apoyo de la CEOE para prorrogar los contactos con los sindicatos pero advierten de que quedan flecos por cerrar

Los empresarios han despejado esta mañana una de las principales dudas que pesaban sobre la negociación de la reforma de los convenios. La Junta Directiva de CEOE, según informa EP, ha autorizado a su presidente, Joan Rosell, a proseguir los contactos con los sindicatos para llegar a un acuerdo. No obstante, han matizado que falta por "concretar más" los avances alcanzados hasta la fecha y han reiterado a Rosell su deseo de que la reforma preserve los "intereses de los empresarios", por lo que tampoco han descartado que el proceso finalice en fracaso si no se alcanzan sus objetivos. No obstante, el Gobierno ya ha advertido de que solo esperará una semana más a que haya acuerdo y, en caso contrario, decidirá por su cuenta.

Tras el resultado electoral, la tentación de romper es mayor
Habrá un indicador trimestral de absentismo laboral para corregirlo
Más información
La caducidad del convenio tensa el final del pacto de negociación colectiva
Esperando la reforma de la negociación colectiva
Los empresarios mantienen la tensión por los convenios
La reforma que ultiman sindicatos y CEOE limita la prórroga de convenios

Según ha explicado el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, la reforma de la negociación colectiva tiene que estar antes del 6 de junio, fecha en la que termina el plazo de enmiendas a la reforma de las pensiones en el Congreso, ya que entre ellas se prevé incluir la reforma de las mutuas que están negociando los agentes sociales. Por tanto, ha advertido, los contactos entre patronal y sindicatos deberían culminar "durante la semana próxima".

Tras una junta en la que, según fuentes de la asociación, se han evidenciado algunas discrepancias, los empresarios cuentan con cerrar el acuerdo el 3 viernes de junio, lo que daría pie al Gobierno para aprobarlo en el Consejo de Ministros de ese mismo día con el suficiente tiempo para cambiar la ley sobre las pensiones con las nuevas funciones de las mutuas. Según ha afirmado hoy el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, en la sesión al control en el Congreso tras mostrarse confiado en que en "pocas fechas" habrá acuerdo, la voluntad del Ejecutivo es trasladar lo pactado a una ley lo más rápido posible. En su opinión, la razón de estas prisas es que se trata de una reforma "fundamental" para contribuir a la recuperación económica. El calendario, tras varios retrasos, fijaba finales de este mes para cerrar el proceso.

"No hay problemas, se sigue trabajando para convencernos mutuamente (empresarios y sindicatos)", ha comentado hoy a la salida de la reunión de la CEOE uno de sus vicepresidentes, Joan Gaspar. Además, ha descartado que los empresarios hayan pedido "más dureza" para finiquitar la negociación a Rosell, que ha visto legitimada con la votación de hoy su gestión al frente de la patronal. Porque frente a las voces críticas que han emergido últimamente entre el empresariado contra un eventual pacto de convenios, Rosell aceptó ayer mismo fotografiarse sonriente junto a los líderes de Comisiones Obreras y UGT y divulgar esa imagen.

No obstante, según ha destacado Rosell, "no puede negarse que todo el mundo -presente en la reunión- está al lado de Rosell". Precisamente, uno de los más críticos con el devenir de las negociaciones, el presidente de Ametic, Jesús Banegas, ha decidido ausentarse de la Junta al considerar que iba a ser una "repetición" del comité ejecutivo celebrado con anterioridad. Eso sí, pese al apoyo al líder de la CEOE, Gaspart ha destacado que, "si no se llega a un acuerdo, tampoco pasa nada". En este punto, también han responsabilizado a los sindicatos, que en opinión del secretario general de la patronal valenciana (Cierval), están "muy cerrados" en sus planteamientos. Por este motivo, ha defendido que "mañana podría haber acuerdo si los sindicatos quieren".

Los líderes sindicales Cándido Méndez (UGT) e Ignacio Fernández Toxo (CC OO) se reunieron ayer en la sede de CEOE durante más de cuatro horas con Rosell y su secretario general, José María Lacasa, para tomar el pulso de la negociación tras una semana de parálisis. Pero en ese paréntesis ha ocurrido un hecho crucial: las elecciones autonómicas y municipales, que han desplomado el poder socialista y permiten vaticinar una próxima victoria del Partido Popular en las elecciones generales. Y hay empresarios que preferirían esperar a ese momento para contar con una reforma de los convenios más dura que la que puedan firmar ahora con los sindicatos.

El viaje de los sindicatos a Atenas para participar en el congreso de la Confederación Europea de Sindicatos, celebrado la semana pasada en la capital griega, interrumpió los contactos, que ya parecían apuntar al acuerdo, y dejó espacio para las discrepancias en el seno de la CEOE. La patronal celebró una junta el jueves en la que emergió el rechazo de dirigentes empresariales al acuerdo que están perfilando los negociadores. Estos sectores pedían iniciativas más contundentes que las que hay sobre la mesa para reformar los convenios por primera vez en 30 años.

Lo que patronal y sindicatos intentan pactar incluye como principal novedad un mecanismo de desbloqueo de la negociación colectiva. Cada convenio tendrá que contemplar un plazo máximo de diálogo entre empresa y trabajadores para renovarlo. Si no hay acuerdo, actuarán los mediadores o los árbitros, que dictarán resolución, como hizo Manuel Pimentel en el conflicto de los controladores aéreos.

Como medida de flexibilidad, las empresas sometidas al convenio sectorial podrán abrir uno propio en cualquier momento, incluso antes de que venza el sectorial. Eso permitirá fijar condiciones diferentes a las sectoriales, aunque requerirá, eso sí, el acuerdo de empresa y sindicatos. La flexibilidad interna para adaptarse a las dificultades constituye la clave de esta reforma.

El elemento más novedoso radica en la introducción del absentismo injustificado como parte del pacto. A instancias de la patronal, las empresas contarán con un indicador trimestral de absentismo para saber cómo evolucionan las ausencias injustificadas al trabajo. El borrador de ese apartado, al que ha tenido acceso este periódico, recoge la elaboración trimestral de "un ratio de evaluación, tanto en el sector público como en el privado, de forma que puedan adoptarse las medidas correctoras adecuadas". El documento no aclara quién se hará cargo de este indicador, que sería pionero en las cifras españolas del mercado laboral.

El texto recoge otro logro para la CEOE. Se trata de la tan reclamada rebaja de cuotas sociales. Con lenguaje alambicado, se insta a revisar los resultados de este acuerdo y, "con vistas a los Presupuestos de 2012", hacer un "ajuste" (es decir, rebaja) "de cotizaciones por contingencias profesionales". En la práctica, el Gobierno puede llegar a aceptarla a cambio de destinar ese ahorro a la creación del fondo austriaco para financiar despidos. Este instrumento, contemplado en la reforma laboral, debería estar en vigor el año próximo.

El acuerdo fomenta la participación de las mutuas, hasta ahora dedicadas a accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, en las enfermedades comunes. Sin otorgar bajas ni altas, estas empresas, que gestionan recursos públicos, colaborarán con la Seguridad Social y los servicios de salud en "el acortamiento del tiempo de recuperación de la salud, con el consiguiente efecto derivado sobre los costes empresariales", por ejemplo prestando sus servicios para la pronta recuperación del paciente.

La ventaja sindical en este terreno consiste en ganar representación en las mutuas, de cuyas decisiones ahora no participan.

Las bases de un pacto cercano

- Sindicatos y empresarios están de acuerdo en que si no hay un pacto para renovar los convenios entre en escena un mediador o un árbitro. La participación de este actor no sería inmediata. Tendría que pasar un tiempo desde que finaliza el plazo

de vigencia del convenio. Superado ese tiempo, que cada sector fijaría, el árbitro resolvería sobre el conflicto.

- Las empresas podrán pactar con sus trabajadores un convenio propio que modifique las condiciones del marco sectorial en cualquier momento. No obstante,

para que esto sea posible

será necesario que antes

haya un pacto entre

patronal y sindicatos.

- Para impulsar la flexibilidad interna en las empresas, además de promover los convenios propios de empresa, se pretende aumentar el papel

de las comisiones paritarias sectoriales. El objetivo es agilizar los procedimientos de los descuelgues salariales y las modificaciones de

las condiciones sustanciales del trabajo (distribución

de jornada, horarios o traslados geográficos).

- Las mutuas laborales tendrán más participación en el control de las enfermedades comunes. A cambio, los sindicatos logran más representación en

estos órganos controlados

por los empresarios.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_