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El aceite de girasol y la leche suben más del 25% en 2007

El auge de productos básicos se aceleró desde agosto

Manuel V. Gómez

Un litro de aceite de girasol se ha encarecido en 12 meses un 33,74%; ha pasado de costar una media de 1,05 euros en diciembre de 2006 a 1,41 un año más tarde. El litro de leche ha subido un 25,85% en el mismo periodo: de 0,77 euros a 0,97. El kilo de harina de trigo, un 19%, y el de pollo, un 16,30%. Incrementos que han acabado por convertir 2007 en un mal año para los precios de los alimentos.

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La subida de los precios de estos cuatro productos básicos no encuentra parangón en los últimos cuatro años. No han estado solos. Les han acompañado otros productos como los huevos, las anchoas, los espaguetis, las cebollas o los pimientos, según la serie mensual correspondiente a diciembre publicada ayer por el Ministerio de Industria y que obtiene de los datos recogidos durante las tres primeras semanas de cada mes.

Esta escalada de precios se ha fraguado desde el pasado verano. Entre enero y agosto, la leche sólo se había encarecido un 2,6%; y el aceite de girasol, un 3,81%. Desde entonces sus precios se han disparado y han contribuido, decisivamente -junto con el petróleo-, a que la inflación se desbocara y se situara en noviembre (último dato, pues hoy se publica el indicador adelantado de diciembre) en el 4,1%.

A la hora de explicar este encarecimiento, la causa parece extraída de un manual de economía: la ley de la oferta y la demanda. En el caso de la leche, los límites a la producción impuestos por la Unión Europea han provocado escasez de oferta en un momento en que se ha disparado la demanda internacional de este producto con China a la cabeza. De hecho, la UE ya ha reaccionado y ha propuesto un aumento de las cuotas lácteas.

La misma teoría sirve para abordar la subida del aceite de girasol, la mayor de todas. España es importador neto de pipa y aceite de girasol, y este año la producción ha caído en el principal mercado de abastecimiento: Europa del Este. El pollo, por su parte, ha confirmado en 2007 lo que ya apuntó en 2006: que su tradicional papel de freno de la inflación es cosa del pasado. El ajuste de la oferta tras la gripe aviar y el repunte de la demanda (en parte por los inmigrantes) han provocado el cambio.

El aceite de oliva, por el contrario, es uno de los pocos alimentos cuyo precio ha bajado. La caída del 17,2% contrasta con las fuertes subidas de años anteriores. El cordero, el conejo o la trucha son otros alimentos que se han abaratado en 2007.

Sobre la evolución mensual, en diciembre se ha notado la temporada navideña. El cordero, que ha subido casi un 4%, y las gambas congeladas, un 10,91%, así lo demuestran. Junto con ellos, el aceite de girasol y la harina de trigo han vuelto a acudir puntuales a su cita y se han encarecido con fuerza.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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