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La banca frena los beneficios y los dividendos por la dureza de la crisis

Se moderan los resultados de 2008 por la morosidad y para tener más capital

Íñigo de Barrón

Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del Santander, dijo en su última comparecencia pública en octubre que tal y como está la economía "toca replegarse a los cuarteles de invierno". Por la experiencia de Sáenz, uno de los banqueros con más trayectoria en España y experto en rescate de entidades en quiebra, como Banesto y Banca Catalana, se debe considerar muy en serio su advertencia. En el negocio financiero, los cuarteles de invierno se traducen en provisiones para reforzar el capital, que es el pilar que da solidez a una entidad y de lo que carecen las entidades internacionales en crisis. Además, se prestará la máxima atención al riesgo, a los créditos. La liquidez, el tercer lado del triángulo, será otra de las obsesiones. No hay que olvidar que cuando lleguen las fusiones en el sector, los fuertes se comerán a los débiles y ahí será más importante el capital que los beneficios.

Josep Oliu: "En las crisis, la rentabilidad es sacrificable temporalmente"

Lo que dijo el número dos de uno de los bancos más grandes del mundo es que ha cambiado la tendencia de la última década. Ha dejado de ser prioritario alardear de beneficios y dividendos. Por eso, los analistas creen que los resultados de las grandes cajas de ahorros y bancos repetirán las cotas de años anteriores, en los mejores casos, o incluso se recortarán los beneficios hasta un 10%. "Es lógico que se curen en salud y hagan más provisiones sea a costa de presentar caída de beneficios", comentan fuentes del sector.

El Santander se olvidará de los míticos 10.000 millones que prometió (probablemente los reducirá en más de 500 millones) y el BBVA situará el resultado recurrente cerca de los 5.400 millones, similar al de 2007. En el Popular y en el Sabadell, algunas firmas de análisis consultadas también esperan un beneficio inferior al de 2007. "En tiempos de crisis, la rentabilidad es sacrificable temporalmente", reconoce Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell.

La Caixa y Caja Madrid (que presenta una morosidad elevada y una gran inestabilidad institucional) ya presentaron resultados a la baja en septiembre y podrían acentuar esta tendencia para el cierre del ejercicio. No hay que olvidar que las cajas no cuentan con las ventas que hicieron en Bolsa en 2007 y no tienen accionistas que les presionen.

Hasta ahora sólo Banesto, filial del Santander, ha presentado resultados. Aunque ha ganado un poco más que en 2007, ha hundido la cuenta con 60 millones de provisiones voluntarias. Muchos lo ven como un modelo para el Santander y el resto del sector.

¿Y los dividendos? Para resolver este enigma, los banqueros todavía tienen más tiempo porque el último pago (el que marca la tendencia) no se reparte hasta marzo o abril. En el mercado se da por seguro su descenso en la mayoría de los casos, con la excepción de BBVA y Santander, que podrían repetir los de 2007. Otras fuentes apuntan la posibilidad de pagarlos, en parte, con acciones.

"La rentabilidad por dividendo (en dinero que se recibe en proporción al coste de las acciones) está entre el 8% y el 9%. Esta cifra es la más elevada de los últimos años y anticipa un seguro recorte del dividendo", comenta Íñigo Vega, analista de Iberian Equities. No obstante, oficialmente nadie admite que vaya a meter la tijera en la remuneración de sus accionistas, un tema casi tabú, aunque sí se reconoce que la rentabilidad por dividendo "está disparada". En las cajas, esta partida se traduce en la dotación a la obra social, que también se reducirá de manera sensible, como ha reconocido la Confederación Española de Cajas (CECA).

Para muchos ejecutivos las previsiones del Gobierno eran un punto clave. Las palabras del ministro de Economía, Pedro Solbes, reconociendo que se trata de "una situación de extrema dificultad", disiparon las dudas. En lenguaje financiero eso significa más morosidad y menos demanda de crédito. Es decir, más gasto en provisiones y menos ingresos por comisiones. El peor de los mundos. Es cierto que las provisiones anticíclicas inventadas por el Banco de España, ese colchón que han alimentado las entidades en la época de vacas gordas, mitigarán en parte la situación. Pero no serán la panacea. Los créditos seguirán la línea del PIB nominal: no crecerán más del 5%, una cifra que tal vez ni siquiera se alcance, según algunos ejecutivos. Juan Ramón Quintás, presidente de las cajas, lo dijo sin tapujos: "Se deben castigar al máximo" los resultados de 2008 para destinarlos a provisiones porque este ejercicio "va a ser difícil". No hay que olvidar que las cajas ya tienen una morosidad del 3,7%, un 52% más que la de los bancos.

Con ese panorama, es lógico que los banqueros no vean ventajas en cerrar 2008 con una cifra alta de resultados si este año va a ser mucho más difícil. ¿Para qué colocarse un listón alto cuando un año después será imposible igualarlo? Hasta ahora los ejecutivos estaban presionados por los mercados financieros y por los competidores. Sin embargo, la Bolsa ha dejado de ser una preocupación porque los inversores no valoran los buenos resultados. La actual fortaleza de la banca española sólo le ha servido para que su cotización pierda un 50% frente al 70% de algunos competidores internacionales.

"Cuando empecemos a publicar algún dato feo puede que el castigo bursátil no sea mucho mayor porque ya lo han descontado en la cotización", comenta un alto ejecutivo bancario que pide mantener el anonimato. Lo cierto es que la banca no está en las carteras de las firmas de Bolsa.

Los grandes competidores -el otro factor de presión- han dejado ser una referencia. "Algunos están hundidos y otros nacionalizados. Los Gobiernos de Europa y Estados Unidos han inyectado 590.000 millones de euros en sus bancos y apenas superan nuestro nivel de capital. Esto nos quita presión sobre los beneficios", confiesa un ejecutivo bancario.

No enfadar al Gobierno

Una de las razones fundamentales para no alardear de ganar dinero en plena crisis es evitar poner en un aprieto al Gobierno. La banca ya mantiene actualmente un enfrentamiento abierto con el Ejecutivo por la escasa concesión de créditos, por lo que nada podría tensar más esta situación que convertirse en primera página por presentar unos resultados deslumbrantes. María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular, afirmó que "si la banca gana mucho dinero, habría que retrotraer las inyecciones de liquidez del Gobierno". "Si tienen tantos beneficios ¿para qué les tenemos que ayudar?", se preguntó.

El Banco de España se ha manifestado al respecto muy claramente, sin ambigüedades. El gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador, explicó en octubre pasado: "Si hemos de afrontar un periodo de menor crecimiento del negocio, con mayor incertidumbre y menores beneficios, las entidades deberían hacer un esfuerzo para reforzar su base de capital. Parece lógico pensar en retener más beneficios o hacer ampliaciones de capital".

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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