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Reportaje:

El 'cambio de ciclo' agita a las inmobiliarias

Algunas compañías empiezan a cerrar oficinas como consecuencia de la ralentización del mercado

No hay datos globales y las empresas prefieren hablar de ajustes al mercado y no de cierres, pero los elevados precios y la disminución en el ritmo y volumen de ventas empieza a poner a algunas agencias inmobiliarias ante un escenario menos favorable y en algunos aprietos. Los 'compradores', ante los elevados precios, con la evolución al alza del Euríbor muy presente y expectantes en medio de un runrún de posibles bajadas de precios, se lo piensan más. Los tiempos de venta se amplían y detrás de los escaparates de las inmobiliarias quedan también muchos particulares que hicieron cálculos optimistas con la venta de su vivienda y que tienen que hacer frente a situaciones con las que no contaban.

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La noticia, publicada la semana pasada por Cinco Días, de que Fincas Corral podría haber cerrado la mitad de las 350 oficinas con las que contaba a comienzos de año, ha centrado de nuevo la atención de los medios en un sector que se enfrenta a una nueva etapa menos dulce.

Según la Red de Expertos Inmobiliarios, el 30% de las agencias inmobiliarias que operan en España podría cerrar en 2007, mientras que el resto deberá adaptar sus fórmulas de marketing para hacer frente a la reducción de ventas de viviendas. En declaraciones a Europa Press, el presidente de la organización, Eduardo Molet, explicó que el sector inmobiliario ha sufrido "un parón muy importante desde el segundo trimestre del año", que se ha materializado en un descenso de las ventas de viviendas, situación ante la cual "muchas agencias no pueden aguantar".

Pero estas previsiones no son nuevas. Ya hace unos meses, la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI) pronosticó que la nueva situación- ralentización del crecimiento del precio de la vivienda y caída de los ritmos de venta- podría provocar el cierre de una de cada tres agencias inmobiliarias, de forma que se clausurarían 18.000 de las cerca de 60.000 oficinas que hay en España.

Nuevas fórmulas para subsistir

Según los expertos del sector, el cierre afectará más a las pequeñas agencias inmobiliarias especializadas en segunda mano y aquellas que no tengan el negocio diversificado. "Antes, la intermediación inmobiliaria estaba regularizada, es decir, que para ejercer había que ser agente de la propiedad, pero en 2004 se cambio la norma y comenzaron a surgir multitud de pequeñas agencias que han funcionado mientras ha habido negocio", explica el consejero delegado de la consultora e inmobiliaria Roan, José Luis Marcos.

Según datos recopilados por EFE, los cambios han comenzado a afectar a algunas agencias de intermediación inmobiliaria, como Re/Max, que ha cerrado cerca de un 8% de sus oficinas en lo que va de año; o Best House que, aunque no ofrece datos concretos, sí reconoce que lo empieza a notar, eso sí, "de forma muy leve". Otra inmobiliaria importante del sector, Look & Find, alega que actualmente el tiempo de venta ha aumentado, pero hace una lectura positiva de este punto. Según la red inmobiliaria, esta circunstancia ha impulsado su negocio porque la "captación es más sencilla" ya que "ahora los propietarios recurren a las agencias para vender su piso mientras que antes lo hacían con sus propios medios".

Desde Tecnocasa, una de las principales cadenas del sector, confirman que este año se ha paralizado su plan de expansión y que se "están cerrando algunas oficinas más que otros años" aunque tampoco ofrecen cifras concretas. "Es una respuesta natural a un cambio de ciclo. Se vende menos y eso se tiene que traducir en algunos ajustes. Quizá esta sea la situación normal, no la que se ha vivido hasta ahora", explican desde la compañía a ELPAIS.com.

Eduardo Molet, de la Red de Expertos Inmobiliarios, considera que el mes de septiembre será "clave" para conocer el alcance de la desaceleración del mercado en el ámbito de las agencias inmobiliarias, o lo que es lo mismo, para ver cuantas agencias vuelven a abrir tras haber colgado el cartel de ''cerrado por vacaciones''.

¿Y quién compra ahora mi piso?

El piso de Lucía, que prefiere mantener el anonimato bajo pseudónimo, lleva casi dos años esperando un vendedor. En noviembre de 2005 decidió ponerlo en venta en una de las oficinas de la inmobiliaria catalana Fincas Corral, inmersa, según publicó la semana pasada Cinco Días, "en un plan de ajuste ante el cambio de ciclo". En esa fecha no tenía demasiada prisa por vender y acordó dejarles su piso 'en exclusiva'. A cambio, si en un año y medio no le habían encontrado otro comprador, una patrimonial, de nombre Pinesa y participada por ellos, se comprometía a adquirirlo por un precio previamente pactado y en una fecha concreta. Todo quedó fijado en un documento suscrito por Lucía y la patrimonial en la oficina de la inmobiliaria y en el que se especifican los detalles de la operación.
"En un año y medio no encontraron ningún comprador y el día fijado para la firma de la escritura, en mayo de este año, no se presentó nadie", explica. Durante los 15 meses pactados, le habían adelantado alrededor de 9.000 euros que se descontarían "del precio total en el momento de formalizarse la escritura de compraventa". Lucía, que les remitió un burofax tras el 'plantón', ha estado dos meses oyendo excusas y esperando una solución que no ha llegado. Es más, esta semana, a la vuelta de vacaciones, se ha encontrado con la oficina donde tramitaban su expediente cerrada. "Antes de irme hablé con la delegada y no me comentó nada, me dijo que creía que mi caso ya estaba solucionado. Ahora mi expediente está en otra oficina y sigo en la misma situación: sin un comprador y sin que Pinesa cumpla su compromiso", afirma Lucía, decidida ya a emprender acciones legales. "Ahora dicen que me darán una respuesta en breve, pero desconfío. Sé que mi caso no es aislado".
Lucía, al igual que otros clientes, ha usado un foro de Internet para exponer su caso y compartirlo con otros que se han visto o se ven en una situación similar. Es el caso de Luisa, que también prefiere mantener el anonimato, y que ante los retrasos en la firma de la compraventa, y haciendo frente ya a una hipoteca puente para una nueva casa, decidió finalmente vender por su cuenta. En otros, como en el de Luis, el acuerdo se cumplió y Pinesa adquirió su inmueble, aunque con retraso y no con pocos disgustos por su parte. "Me decían que lo iban a vender en un par de meses, finalmente cumplieron su compromiso, pero tardaron un mes y medio más de lo fijado en el contrato. Son retrasos que te acarrean muchas complicaciones". Ni desde la inmobiliaria ni desde Pinesa, hay respuestas. ELPAIS.com ha intentado ponerse en contacto con ellos sin éxito. Ningún responsable ha querido ofrecer su versión ni ha ofrecido datos.

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